Audi Q3 2.0 TFSI 220 CV quattro, prueba y opinión

Daniel Valdivielso    @valdi92    1 julio 2015     8 min.
Audi Q3 2.0 TFSI 220 CV quattro, prueba y opinión

Hora de arrancar el Q3. Tras acomodarnos en sus asientos y ajustar correctamente tanto los retrovisores como el volante, pulsamos el botón de arranque -opcional- situado en la parte inferior de la consola central, y un leve zumbido nos da la bienvenida. El propulsor está muy filtrado, y no notamos ningún tipo de vibración o […]

Hora de arrancar el Q3. Tras acomodarnos en sus asientos y ajustar correctamente tanto los retrovisores como el volante, pulsamos el botón de arranque -opcional- situado en la parte inferior de la consola central, y un leve zumbido nos da la bienvenida. El propulsor está muy filtrado, y no notamos ningún tipo de vibración o ruido raro.

Tanto la dirección como la caja de cambios son pura suavidad, cualquier maniobra a baja velocidad se ejecuta con naturalidad, y la conocida «pereza» y «pastosidad» de las cajas de doble embrague está prácticamente extinguida. La insonorización es muy buena, y los viajes en vías rápidas son un placer.

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El propulsor es un 2.0 TFSI de cuatro cilindros, colocado en posición delantero-transversal. Se trata del mismo motor que mueve al actual VW Golf GTI VII, y que en este Audi ofrece 220 CV y 350 NM. Se trata de un motor muy probado, capaz de mover el volumen del Q3 con total soltura y suavidad.

Sus prestaciones son más que respetables para un SUV de 1640 kg, con una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 6.4 segundos y una velocidad máxima de 233 km/h. Estamos hablando, por lo tanto, de que el Q3 en combinación con este propulsor es un vehículo extremadamente ágil en carretera, capaz de mantener cruceros de vértigo y de ganar velocidad con mucha facilidad.

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Para hacer las cosas aún más fáciles, este motor sólo se puede combinar con el conocido sistema de tracción total quattro. El Q3 monta, en este último restyling, un sistema Haldex de quinta generación alojado en el diferencial trasero, que permite una motricidad excelente en cualquier situación sin apenas retraso en la actuación del eje trasero.

La transmisión es automática de doble embrague S-Tronic de 7 relaciones, con un funcionamiento muy bueno. Cuenta con diferentes modos de actuación, incluyendo un modo «eficiente» que busca siempre las bajas revoluciones y que permite desacoplar el motor en marcha para movernos por la inercia del vehículo. Es el llamado «modo a vela».

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El consumo no es el fuerte de este coche, algo que parece medianamente lógico si tenemos en cuenta el despliegue prestacional. Pese a que Audi homologa un consumo medio de 7.2 litros cada 100 km, la realidad es que es relativamente complicado bajar de 9 litros en conducción mixta. En ciudad lo normal es moverse en el entorno de los 11 litros, mientras que en carretera podremos ver en el ordenador cifras que ronden los 7.5 litros.


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