Los coches de empresa: ¿son un incentivo real para el trabajador?

Jaime Gomez     25 enero 2017     4 min.
Los coches de empresa: ¿son un incentivo real para el trabajador?

El 51% de las empresas españolas utiliza el coche de incentivo como recompensa ante la pérdida de poder adquisitivo. Los sueldos en nuestros país son un 18 % más bajos que la media europea, mientras que la inflación española aumentó un 1,6% en 2016. Se prevé que la venta de vehículos renting aumente un 10% en 2017.

Según el Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO), el coche de incentivo se va a democratizar para convertirse en un beneficio laboral al estilo del seguro médico. El modelo de ganancia salarial moderada que impera actualmente en España parece estar contribuyendo a recuperar la figura del coche de incentivo dentro de las políticas de recursos humanos, en un intento de las empresas por compensar la pérdida de poder adquisitivo de sus empleados. Tanto es así que el 51% de las compañías lo contempla como elemento de retribución flexible, según revela el Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO).

Las empresas españolas siguen la estela de las europeas y buscan paliar con el coche de incentivo el impacto que tuvo en los bolsillos de los trabajadores el incremento de la inflación, que cerró 2016 con un crecimiento del 1,6%.

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La reducción de categoría y motorización de los vehículos proyecta una imagen de empresa responsable con el Medio AmbienteEn este sentido, los datos del CVO apuntan al papel motivacional que ejerce actualmente el coche de empresa en un contexto en el que España se sitúa como uno de los países con los sueldos más modestos de la zona euro, alrededor de un 18 % más bajos que la media europea.

Ante esta coyuntura, el coche de empresa está viviendo un proceso de democratización y se está equiparando a otros beneficios laborales más habituales como puede ser el seguro médico privado o los cheques restaurante.

Con este cambio de tendencia, los datos del CVO explican que las empresas hayan rebajado la categoría y motorización de los vehículos de incentivo, sustituyéndolos por modelos socialmente responsables, no sólo para racionalizar los costes de la flota, sino también para encajar con los rangos de bajas emisiones y proyectar una imagen de empresa responsable.

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«El coche se ha convertido en una herramienta de la empresa para recuperar competitividad y cubrir la diferencia salarial. Sin embargo, se busca la practicidad. La crisis primero, que hizo que no estuviera bien visto en época de recortes el uso de vehículos de alta gama, y las políticas de responsabilidad social corporativa después, han conseguido que la tendencia a rebajar la categorización de los vehículos haya llegado para quedarse”, afirma el director del CVO, Manuel Orejas.

Esta tendencia y la eficiencia energética, explican que las previsiones del CVO para 2017 apunten a un crecimiento significativo de casi el 10% en las ventas de coches destinados al renting. Por su lado, los modelos de alta gama tan sólo aumentarán un 4%.

El trabajador también gana

Un trabajador con sueldo medio en torno a los 35.000 euros y coche de empresa vería beneficiado un 8% el IRPFEstá claro que los costes de un vehículo en propiedad para un particular pueden llegar a ser un quebradero de cabeza, más si cabe a medida que la edad del mismo aumenta. Costosas reparaciones, muchas visitas al taller y un mantenimiento, a la vez que una cuota de seguro anual hacen que se asigne un presupuesto importante de gastos fijos en el hogar. Si el coche fuera de empresa, todos estos gastos se reducirían prácticamente a cero.

En nuestro país los coches de empresa se considera una retribución en especie, por lo que es necesario que aparezca en la nómina, por lo que el trabajador paga Seguridad Social e IRPF. Este valor cambia en función de muchos factores, como es el uso del vehículo en la empresa (hasta un 20% de reducción) o las ayudas en función de sus emisiones y características de su motor: híbrido y eléctrico. En este caso, y teniendo en cuenta los tramos de este último en 2015, los ingresos brutos anuales hasta 12.450 euros suponen el 19,5% de retención; de 12.451 euros a 20.200 euros, el 24,5%; de 20.201 a 35.200 euros, el 30,5%; de 35.201 a 60.000 euros, el 38% y por encima de esta cifra, el 46%.

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Suponiendo un caso tipo de un trabajador con cierto cargo en una empresa en España, su sueldo se situaría en el rango del 38% de IRPF (de 35.201 euros a 60.000 euros). Visto el párrafo anterior, negociar un coche de empresa con el trabajador puede hacerle bajar un tramo en la cotización del IRPF, hasta ocho puntos porcentuales de este impuesto, que al cabo del año serían de unos 3.000 euros, además del beneficio de no gastar en el coche.

Las empresas, por otro lado, reducirían el valor de las nóminas y aumentarían su negocio operativo, pero también eleva su capacidad de aumentar la flota de vehículos y, por lo tanto, obtener descuentos por volumen y negociar mejores condiciones económicas de compra.

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