Coches con historia: el Ford Falcon en las carreras de rallyies

Un coche americano de mediados de la década de los 60´s, metido en las carreras europeas de rally de la misma época. ¿Habrá un anacronismo mayor que éste? Lo cierto es que Ford tuvo la idea de inscribir a unos cuantos Ford Falcon (unos ¡20!) en las carreras de los inicios del rally.

Los años 60´s fueron buenos años para Ford. Se desvelaba el éxito de ventas del Mustang, los GT-40 conseguían triunfar en Le-Mans superando a la maquinaria de competición europea y en el mercado norteamericano existía el Ford Falcon. Una berlina que se consideraba «de tamaño reducido» y que prestó parte de su diseño modular al Ford Mustang que acabó por eclipsarlo definitivamente en 1964.

En aquellos tiempos lo que contaba para los coches americanos era la potencia bruta y con esa filosofía fue que acudieron a Europa. Los coches se preparaban con el motor V8 de 300 caballos y nada más. No había elementos de seguridad, ni jaulas antivuelco, solamente el racimo de luces antiniebla que comenzaban a verse en las competiciones de rally y suspensiones capaces de aguantar el castigo para un coche que no estaba pensado para ello.

Como dato curioso, se usaron los frentes de fibra de vidrio que en esa época se empleaban para las carreras de aceleración, en EEUU; sucedió que Ford fabricó más unidades de fibra de las que hubiera tenido que fabricar para homologación, las cuales fueron llevadas y vendidas en Europa.

El éxito de los Falcon fue discreto. En una de las ediciones del rally de Montecarlo ganaron todas las etapas, pero no ganaron la carrera por las penalizaciones que los comisarios les fueron imponiendo a lo largo del recorrido. El gran piloto de Fórmula 1, Graham Hill, dió sus primeros pasos en las carreras a bordo de uno de estos coches en su nativa Inglaterra y los coches que sobrevivieron a las temporadas de rally, fueron luego usados en campeonatos locales, tanto de rally como de turismos.

Vía | Speed Hunters