Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV, prueba (Parte I)

Diego G. Moreira     22 mayo 2010     6 min.
Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV, prueba (Parte I)

Regresamos con una prueba del un SUV, ya hemos probado varios modelos 4×4 desde un atípico Chevrolet Captiva de GLP hasta el Citroën C-Crosser, pero esta vez me voy a un modelo que se sitúa más cerca de los premiums que de los SUV generalistas, y que acaba de incorporar un nuevo motor diesel. Se […]

Regresamos con una prueba del un SUV, ya hemos probado varios modelos 4×4 desde un atípico Chevrolet Captiva de GLP hasta el Citroën C-Crosser, pero esta vez me voy a un modelo que se sitúa más cerca de los premiums que de los SUV generalistas, y que acaba de incorporar un nuevo motor diesel.

Se trata del Mazda CX-7 que hasta ahora sólo lo teníamos disponible en el mercado con un propulsor gasolina, (el 2.3 de 260 CV) algo que lastraba las ventas de este SUV. Con la llegada del nuevo motor 2.2 CRTD de 175 CV, tenemos un SUV con una estética muy cuidada, unas buenas prestaciones y sobretodo un motor diesel con lo que ello conlleva en cuanto a consumos.

La llegada de este motor, se suma a una serie de cambios que llegan con la versión que se puso a la venta a finales de 2009, entre los que podemos destacar cambios exteriores o un nuevo sistema para reducir gases, el denominado Sistema de Reducción Catalítica Selectiva (SCR). Por tanto vamos a centrarnos en el motor de este CX-7, su comportamiento y sus consumos y emisiones.

Motor y prestaciones

Mazda_CX-7

Como comentamos antes, la novedad mecánica principal es este motor de 2,2 litros (2.184 cc) que entrega una potencia de 173 CV, es un motor conocido dentro de la marca japonesa, también disponible en otros modelos con una variante de 185 CV. Lo mejor de este motor es la fuerza con la que empuja a este CX-7, puesto que sus 400 Nm de par, se notan y hacen que en el comportamiento del SUV no se note ni su peso ni sus medidas.

El motor empieza a responder desde las 1.700 r.p.m., pero sin duda donde mejor se mueve es entre las 2.000 y 2.500 r.p.m., y el empuje se mantiene con fuerza hasta las 3.500 r.p.m., pero tiene poca respuesta a bajas vueltas. Este motor va asociado a un cambio manual de seis relaciones, un cambio muy preciso y con una palanca corta que se encuentra en una posición muy cómoda para engranar las marchas y es bastante elástico (sobretodo la sexta), contando con una primera que se hace muy practica para su uso off-road, si bien es cierto, que el uso fuera del asfalto no es una de sus virtudes.

Comportamiento

Mazda_CX-7

En comportamiento es cercano al de una berlina, me ha sorprendido que si tenemos en cuenta el tamaño del CX-7, en el momento que te pones al volante sorprende por el aplomo del vehículo, al contar con un chasis muy bien calibrado y cuyo punto fuerte son las carreteras.

Incluso, lo hemos metido por zonas de curvas bastante rápidas y constantes cambios de apoyo y la respuesta ha sido muy buena para tratarse de un SUV de 1,8 toneladas de peso.

En comportamiento por ciudad, se comporta bastante bien, tenemos una buena visibilidad y sobretodo un punto elevado de visión y su motor hace que se mueva de forma bastante ágil, quizás sus medidas no son lo más indicado pero la cámara de visión trasera facilita las cosas al aparcar, eso sí, debería de contar con un sensor delantero que sería muy útil para maniobrar.

Mazda_CX-7

La dirección también ayuda a ese comportamiento, con tacto preciso pero bastante asistida. Y sin duda otra de las características donde destaca es en confort de marcha, puesto que es un vehículo pensado para la carretera que mima a los ocupantes y el confort abordo es muy bueno, siendo un vehículo práctico para realizar viajes, puesto que en el interior del habitáculo apenas tendremos rumorosidad, pese a que su motor suena a diesel y se nota, pero cuenta con una buena insonorización interior.

Para frenar este Mazda CX-7, cuenta con cuatro frenos de disco de prácticamente el mismo diámetro para las cuatro ruedas, siendo ligeramente mayores los delanteros, estos frenos detienen sin problemas a este SUV.

Consumos

Mazda_CX-7

En el apartado de consumos, sigue la tónica dominante en el segmento. Este motor 2.2 CRTD de 173 CV no destaca por un consumo excesivamente bajo, pero es lo suficientemente racional para un SUV de estas características. El consumo medio que homologa es de 7,5 litros a los 100 km, nosotros de media en autopista a velocidad legal rondamos los 6,5 l/100 km. El consumo medio durante la prueba en recorrido por ciudad (30 %) y carretera (70%) rondo los 8,5 litros a los 100 km.

En el apartado de emsiones, destaca la incorporación del Sistema de Reducción Catalítica Selectiva (SCR), que se encarga de reducir las emisiones en un 40% de óxidos de nitrógeno (NOx), quizás os suene menos conocido que el CO2, pero que son también emisiones nocivas para la atmósfera. Estas reducciones se hacen gracias al uso de un spray, (AdBlue) a base de urea acuosa, que genera una reacción química reduciendo de esa manera las emisiones contaminantes.

Comportamiento Off-road

cX7

Antes de hablaros del comportamiento off-road, tenemos que dejar claro que, como la mayoria de los SUV del mercado, no está orientado cara un uso campero, al CX-7 le gustan las carreteras y es donde mejor se defiende. Si salimos del asfalto nos vamos a topar con varios problemas, lo primero son las ruedas con llantas de 19″ y neumáticos orientados hacía el uso en carretera.

Por otra parte, tenemos que recordar que no tiene reductora, sino un sistema de reparto de tracción automático que envía la tracción al tren trasero en caso de falta de agarre. Esto es una pena, porque el CX-7 cuenta con una buena altura libre del suelo y con unos buenos ángulos, por tanto donde mejor se va a defender es por pistas no asfaltadas o zonas de difícil agarre, (no hemos podido probarlo por nieve, -demasiado buen tiempo- ).

Pero esto pasa en la mayoría de los SUV, porque muchos de ellos ni siquiera llegan a pisar zonas complicadas más allá de zonas o caminos sin asfaltar, por tanto para la mayoría de los usos el Mazda CX-7 responderá bastante bien, también podrían haberlo dotado de un control de descensos que es un elemento que si incorporan otros modelos de la competencia y que siempre es una ayuda.

Después de hablaros del comportamiento del CX-7, y del motor diesel de 173 CV, en la segunda parte de la prueba hablaremos del diseño tanto exterior (muy propio de Mazda) como del diseño y habitabilidad interior, así como la calidad de los acabados.

Mazda_CX-7

Fotos | David Taboada
Agradecimientos a Borja por la colaboración en la prueba

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