Mitos y leyendas del mundo del automóvil (I)

Ricardo     18 noviembre 2007     4 min.
Mitos y leyendas del mundo del automóvil (I)

Hoy, intentando buscar fotos sobre el despiece de coches que realiza Autobild después de sus test de 100 000 km, encontré un interesante artículo sobre verdades y falsedades que están instauradas en el mundo del motor. Era un artículo muy extenso, así que he optado por dividirlo para que no se haga interminable su lectura. […]

Hoy, intentando buscar fotos sobre el despiece de coches que realiza Autobild después de sus test de 100 000 km, encontré un interesante artículo sobre verdades y falsedades que están instauradas en el mundo del motor. Era un artículo muy extenso, así que he optado por dividirlo para que no se haga interminable su lectura. Lo copio literalmente, ya que no tiene desperidicio.

Los más viejos y frecuentes hacen referencia al país de procedencia (un coche alemán, japonés o italiano), aunque en los tiempos de la globalización y los grandes grupos no tiene sentido hablar de fronteras. Ya no es lo mismo. La producción del automóvil se desplaza progresivamente de los países ricos a los de bajo coste (este de Europa y Asia, con mano de obra mucho más barata). Cada parte del coche se fabrica en un rincón del mundo diferente. Luego están los clásicos truquillos técnicos que fueron útiles durante una época, pero que no han evolucionado al mismo ritmo que los avances técnicos y van con un retraso de una o dos generaciones. La industria del automóvil está en constante evolución en una carrera feroz por fabricar vehículos más seguros, de menor consumo y de fácil conducción.

Lo que ayer era cierto, hoy ya no lo es. Los nuevos sistemas requieren un tiempo de asimilación. Tópicos de siempre y otros nuevos.

Los franceses tienen la suspensión blanda

Todo lo contrario.

Los tiempos de las suspensiones de largo recorrido como la del emblemático 2 CV se acabaron. Nacido en 1948, fue la respuesta francesa al Escarabajo alemán. En muchos países se le conoce con el nombre de “duck” (pato), precisamente por su movimiento de bamboleo. Los coches actuales se han unido a la tendencia generalizada de un calibrado rígido. Lo único que queda como recuerdo de los viejos tiempos son los mullidos asientos.

Los coches suecos son de acero sueco

Eso era antes, ahora menos.

Este es un viejo prejuicio cariñoso de la época en que los Volvo tenían aspecto de tanque (y muchas veces se tenía la sensación de estar conduciendo uno). En la era de los grandes grupos, la chapa de los Volvo (pertenece a Ford) y Saab (pertenece a General Motors) llega de todas las esquinas del globo.

Los japoneses copian a lo bestia

Cierto durante los años 60 y 70 del siglo pasado.

Hoy en día, son los coreanos y, sobre todo, los chinos, los que se han convertido en los maestros del duplicado para, de ese modo, recuperar su retraso técnico y de diseño a toda velocidad. El modelo son los fabricantes occidentales con una larga tradición a sus espaldas.

Los portugueses son malos conductores

En parte, es cierto, pero sus estadísticas han mejorado mucho en los últimos años.

Según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) de hace unos años, la tasa de muertos en carretera en Portugal ascendía a 21 personas por cada 100.000. Esta proporción duplicaba la media de los países desarrollados de la OCDE. Este es uno de los motivos que han llevado al gobierno a contemplar una de las tasas de alcoholemia más bajas de Europa (0,2 gr/l). Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte entre menores de 35 años. Sin embargo, la reducción en el número de muertos en el período 1991-2003 (54%) es mejor que la de España (44%).

Todos los coches italianos se oxidan

Hace tiempo que no.

Hubo una época en que los compradores de Fiat acababan desquiciados y pedían al fabricante italiano que se dedicase a hacer coladores en lugar de vehículos. Como mucho, en los Punto/Uno con más de once años de vida aparece una corrosión algo superior a la media en las piezas de soporte. Seicento, Palio, Bravo/Brava, Marea y Multipla están perfectamente a salvo. Lo mismo vale para los Alfa Romeo y los Lancia.

Un diésel se amortiza a partir de los 20 000 km

No pasa con todos.

Es una regla general, pero depende mucho del modelo y el fabricante del coche. Por ejemplo, un Mercedes ML 320 CDI es rentable a partir del primer kilómetro. Por contra, para un Passat TDI hay que pasar de los 21 000 kilómetros.

Dentro de una semana más

Vía | Autobild

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