Peugeot 208 1.6 e-HDi 92 CV, prueba (Motor, prestaciones, comportamiento y consumo)

Jaime Arruz     17 septiembre 2013     6 min.
Peugeot 208 1.6 e-HDi 92 CV, prueba (Motor, prestaciones, comportamiento y consumo)

El equipo de pruebas de Highmotor se pone al volante del Peugeot 208 diesel, concretamente probamos el motor de 92 CV e-HDi, una versión muy equilibrada entre prestaciones y buenos consumos. En la primera parte te contamos todo sobre el motor, comportamiento, prestaciones y consumo.

Hace más de 30 años que Peugeot es uno de los líderes del segmento de los utilitarios gracias al 205, en los años 80, y a los 206 y 207 en los 90 y 2000. A finales del pasado año llegó el sustituto de este último, el 208, que se presentó con muchas novedades tanto en el apartado estético como en el tecnológico, el equipamiento y los motores. Además, garantizaba una mayor habitabilidad y un maletero algo más grande. Y todo con una carrocería ligeramente más pequeña.

Hace unos meses mi compañero Diego G. Moreira tuvo una primera toma de contacto con el 208, en su caso con el motor de gasolina 1.4 VTi de 95 CV. Ahora hemos podido probar la versión diesel 1.6 e-HDi 92 CV, quizá la más interesante de la gama por ser la más equilibrada. Es la variante intermedia por potencia y precio entre las de gasóleo, tiene un motor que responde bien y consume poco y puede ofrecer mucho equipamiento. Todo ello hace del 208 1.6 e-HDi de 92 CV una opción muy interesante.

Motor y prestaciones

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El motor diesel 1.6 e-HDi de 92 CV que llevaba nuestra unidad de pruebas se sitúa por encima del 1.4 HDi de 68 CV y por debajo del 1.6 e-HDi de 114 CV. Decíamos que puede que sea la versión más interesante y equilibrada porque no se queda corta de potencia como la de 68 CV y tiene la fuerza suficiente, siempre que se juegue adecuadamente con la caja de cambios, para no echar de menos los 22 CV frente a la variante más potente.

Este propulsor diesel e-HDi de 92 CV responde bien a las demandas del conductor a través del pedal del acelerador cuando gira por encima de unas 1.800-2.000 rpm. Ahí, entrega la potencia de forma clara, con lo que es posible ganar velocidad con rapidez y en pocos metros. Esto permite, por ejemplo, realizar un adelantamiento con seguridad en carreteras de doble sentido o incorporarse a una vía rápida con garantías de que se va a poder llevar a cabo la maniobra sin ningún tipo de problemas.

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Si se deja al motor bajar de vueltas y que trabaje en la zona inferior del cuentarrevoluciones, a menos de esas 1.800-2.000 rpm, sí se echa de menos una respuesta mejor. La solución es sencilla: reducir una marcha. Así se vuelve a disponer de fuerza suficiente en el acelerador como para solventar casi cualquier circunstancia que uno se encuentre en la carretera. Por tanto, una correcta gestión de la caja de cambios garantizará plena satisfacción en lo que respuesta del motor se refiere.

Este motor, algo ruidoso, especialmente en frío y a bajas vueltas, va asociado a una transmisión manual de cinco velocidades de tacto menos blando, lo que lleva siendo tendencia en Peugeot en los últimos años, algo que es de agradecer. Tiene unos recorridos cortos bien definidos que facilitan el paso de una marcha a otra.

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Aunque este motor e-HDi de 92 CV no es un prodigio de suavidad, ya que produce algunas vibraciones al salir desde parado; sí es muy agradable, por rápido y suave, su sistema de parada y arranque automático (‘Stop & Start’) en las detenciones, como semáforos y atascos. Es de los mejores dispositivos de sus características entre los disponibles hoy día. Para que el conductor sepa en todo momento cuánto tiempo ha estado el motor parado, y por tanto sin consumir, hay un indicador ‘ECO’ en el cuadro de instrumentos que muestras los minutos y segundos en los que el ‘Stop & Start’ ha estado activado.

Comportamiento

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Si el 207 ya era un modelos muy satisfactorio, el 208 un poco más porque es más estable, más fácil de conducir en situaciones complicadas como curvas enlazadas a alta velocidad y se descoloca menos en los fuertes cambios de apoyo en los tramos revirados.

En conjunto, el 208 es uno de los utilitarios que mejores sensaciones transmite a su conductor, que mejor responden, gracias a sus reacciones precisas y su buena suspensión. Ésta hace bien su trabajo porque no es dura ni seca, filtra bien las irregularidades del piso y sujeta adecuadamente la carrocería, evitando que ésta tenga grandes movimientos laterales o hacia adelante.

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La dirección, en un primer instante, es un poco blanda. Es lo que transmite cuando se maniobra con ella en parado y a baja velocidad. Sin embargo, una vez en marcha, a medida que se va ganando velocidad, esa percepción desaparece ya que la dirección se va haciendo más dura y ofrece un mejor tacto, más preciso.

En autovías, autopistas y carreteras de doble sentido, así como en las circunvalaciones de las grandes ciudades, el 208 se encuentra a gusto porque tiene buena estabilidad y permite viajar en él cómodamente. La circulación urbana también es su hábitat, si cabe todavía más, ya que su pequeño tamaño lo hace muy manejable.

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A ello también contribuye su volante, más pequeño de lo habitual y uno de sus rasgos característicos. Permite maniobrar con suma facilidad, algo a lo que ayuda igualmente su capacidad para girar mucho en poco espacio. Esto permite callejear sin problemas. Aparcar también es algo que no requiere muchos esfuerzos gracia a la suma de todos esos factores.

Quizá su única pega puede ser, para algunos conductores, que los pedales quedan algo juntos entre sí y que la visibilidad desde el puesto de conducción no es lo buena que debiera en determinados giros debido al generoso tamaño de los pilares del parabrisas. Como la luneta no es muy grande, los sensores traseros de ayuda al estacionamiento resultan muy útiles.

Consumo

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Uno de los puntos fuertes del 208 1.6 e-HDi de 92 CV es que gasta poco en toda circunstancia. Esta versión tiene un consumo medio homologado de 3,8 l/100 km, tanto con cambio manual de cinco velocidades como con cambio automático pilotado (‘CMP’) de seis relaciones. Es difícil llegar a esa cifra tan baja, pero no es complicado, a poco que se realice una conducción eficiente, lograr consumos próximos a unos 5,0 l/100 km.

En autopistas y autovías, conduciendo de forma normal, acelerando con decisión cuando sea necesario, por ejemplo para subir una fuerte pendiente o para realizar un adelantamiento, el gasto medio de combustible se sitúa en torno a 5,5 l/100 km circulando a una media de unos 120 km/h.

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En carreteras de doble sentido y en los alrededores de los entornos urbanos, cuando se circula a 90-100 km/h, el consumo está más cerca de los 5,0 l/100 km. Por su parte, en ciudad, a nada que se preste cierta atención a la conducción y no se apuren mucho las marchas, se lograrán consumos próximos a los 6,0 l/100 km. Para gastar por encima de esa cifra hay que viajar constantemente con el motor muy alto de vueltas y sin prestar atención ni a la eficiencia ni a la caja de cambios.

El 208, como muchos modelos del mercado hoy día, tiene un indicador de marcha recomendada, útil para lograr el mínimo consumo posible.

En la segunda parte de la prueba del 208 nos centraremos en el diseño de la carrocería y el interior, además de detallar los elementos más destacados del habitáculo, con especial atención al espacio disponible, los materiales y los ajustes, así como al sistema multimedia con pantalla táctil que permite manejar diferentes dispositivos.

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Fotos | Jaime Arruz y Equipo de pruebas


un comentario

  1. Alfredo dice:

    Yo aconesejo a todo el mundo a comprarse un Peugeot, yo tuve un 307 y la verdad es que me arrepiento de haberlo vendido para adquirir algo más grande. Era pequeño, confortable, no se iba en las curvas y le pisaba bien y consumía muy poco combustible. Confío en que el 308 irá aún mejor que el predecesor.
    Un saludo

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