Prueba Ford Mustang Fastback GT 5.0 V8 421 CV, el último americano

Diego G. Moreira     29 enero 2018     11 min.
Prueba Ford Mustang Fastback GT 5.0 V8 421 CV, el último americano

Esta es nuestra prueba del Ford Mustang Fastback GT 5.0 V8 421 CV,un deportivo al más puro estilo americano con muchos detalles atípicos en sus rivales europeos

El concepto del Ford Mustang es tan exclusivo como estraño en la vieja Europa, acostumbrados motorizaciones pequeñas con todo tipo de tecnologías para ahorrar al máximo combustible. Hay deportivos, pero es otro concepto completamente diferente, modelos con una precisión de bisturí que convierten cualquier puerto de montaña es una ruta recta.

Pero el Ford Mustang es diferente, un enorme deportivo, con enorme bloque V8 atmosférico, con un chasis que hasta no hace mucho montaba ballestas (afortunadamente en la generación actual ya no) y que nos translada a la conducción al más puro estilo americano. Mientras el Model Year 2018 presentado en Frankfurt no llega al mercado no hemos querido dejar pasar la oportunidad de probar el Ford Mustang Fastback GT 5.0 V8 421 CV con caja de cambios manual de seis relaciones, otro modo de hacer las cosas.

Diseño Exterior: Muscle Car llamativo desde cualquier ángulo

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Un Mustang se reconoce a distancia, da igual que lo veamos desde su imponente y deportivo frontal o desde su trasera con el logo GT de enorme tamaño, rápidamente se identifica que ese coche de aspecto impropio en Europa y leve rugido es americano, es un Ford Mustang.

El caballo preside la parrila frontal, con unos faros rasgados (de xenon) y un enorme capó con dos nervios que acentuan la imagen y el caracter de deportivo americano, de muscle car. Por si eso no es suficiente, la defensa de corte deportivo pone la ginda a un agresivo frontal. Eso sí, las luces diurnas son de bombilla.

Lateramente destacan sus llantas de 19 pulgadas y la anchura de la parte trasera del coche, creando una imagen muy particular cuando desde el interior vemos por los retrovisores. Pese al corte deportivo, no es un coche demasiado bajo en comparación con otros similares europeos.

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En la zaga los faros centran nuestra atención, tres rectángulos verticales sobredimensionados hacen las veces de luces traseras (con tecnología LED). Justo a continuación se puede ver ell logo GT que nos indica que estamos ante el potente V8 y no el motor de cuatro cilindros EcoBoost (aunque sea mucho más racional). El broche a la deportividad se puede ver en el difusor trasero justo en medio de las dos salidas de escape.

Diseño interior: calidad americana y espacio justo para cuatro

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Cuando pasamos al interior del Mustang vemos que las plazas delanteras tienen un espacio correcto, pero que las traseras son testimoniales. El enorme salpicadero rodea a los dos ocupantes de las plazas delanteras, además es alto al igual que el tren central.

El diseño es simétrico, con materiales que mezclan acabados en cuero con plásticos duros, pero todo ello al estilo americano, aunque es cierto que los ajustes son correctos. La pantalla es la protagonista y justo debajo un climatizador, muy trabajado en cuanto a diseño (y calidad de los botones) aunque algo saturado. Debajo del climatizador una serie de mandos nos permiten despertar a los 421 CV, cambiar de modo de conducción, encender los cuatro intermitentes o ajustar la dureza de la dirección, de nuevo el diseño de los mandos es llamativo.

La postura de conducción es cómoda, pese a que no es muy baja en comparación con otros deportivos, los asientos delanteros recogen perfectamente el cuerpo (sobretodo en sujeción lateral) y tienen un mullido cómodo algo que se nota al hacer muchos kilómetros. El asiento tiene ajuste eléctrico parcial, puesto que para regular el respaldo es manual. La visibilidad es correcta, salvo la trasera y la palanca de cambios se encuentra en una posición elevada siendo muy cómoda. La mayor pega que le encuentro a la postura de conducción (además de estar rodeado por el tren central) es la distancia con los pedales por causa del enorme recorrido que tiene el pedal del embrague, lo que que o estamos muy lejos del embrague o muy cerca de los demás pedales.

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La insturmentación analógica, con el ordenador de abordo en la parte central a color, nos recuerda con las millas que estamos al volante de un coche de concepción americana, aunque al tener también la indicación en km/h no hay problema para rodar por el viejo continente.

Las plazas traseras son aptas sólo para dos adultos que no sean muy altos, puesto que alguien que mida 1,70 m ya no irá cómodo y tocará con la cabeza en el techo. Además el acceso es complicado y el espacio para los pies es reducido (al igual que otros modelos deportivos alemanes a los que les ocurre lo mismo). Justo detrás de los reposacabezas lleva varios ganchos para colgar una chaqueta, un detalle práctico.

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En el apartado de huecos, las guanteras de las puertas son pequeñas, pero dispone de un cofre central de tamaño medio y de la guantera principal también de un tamaño correcto. El maletero, tiene la boca de carga elevada pero sin embargo es de formas regulares lo que permite sacarle bastante partido a los 408 litros que cubica.

Motor y prestaciones

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El Mustang está disponible con dos motorizaciones en nuestro país, una de cuatro cilindros Ecoboost que entrega 317 CV y otra V8 con 421 CV. La opción racional es decantarse por el propulsor de cuatro cilindros, que tiene unos consumos más ajustados y a nivel de prestaciones se acerca bastante al bloque V8. Pero es cierto que conducir un Mustang con el poderoso motor de cinco litros V8 y caja de cambios manual de seis relaciones, es un placer y rareza a partes iguales.

Nada más encender el potente V8 se oye un leve rugir, engranamos la primera (percatándonos del enorme recorrido que tiene el pedal del embrague) y en los primeros metros se nota que el Mustang con este motor no es precisamente suave, aunque si adictivo. La caja es precisa y de corto recorrido lo que añade un plus al disfrute de la conducción, toda la fuerza va directa al eje trasero (con autoblocante mecánico) y es mucha la fuerza que envía el bloque 530 Nm, con lo cual hay que tener suavidad a la hora de soltar el embrague o de hundir el pedal del acelerador, especialmente si el suelo está majado.

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La sensación que predomina al volante es de bravura, como un caballo salvaje al que hay que ir domando con suavidad. A esto contribuye también el sonido del motor a bajas vueltas, un sonido ronco pero suave que se dispara a medida que subimos de vueltas.

El propulsor permite llevarlo a poco más de 1100 vueltas e ir tranquilos, o subir hasta más de 6500 r.p.m. empujando con fuerza desde las 4.500 vueltas y pegándonos al asiento; sus 421 CV están y empujan. De hecho acelera de 0-100 km/h en 4,8 segundos, y es fácil que si en segunda hundimos el pedal, las ruedas traseras enloquecen aunque siempre bajo control en cuanto soltamos ligeramente el pedal.

La dirección tiene un tacto firme (con un enorme volante) pero podemos modificar su dureza mediante un botón en el cuadro central, eso sí, a altas velocidades se agradece esa dureza. Por último destacar el sistema de frenos, Brembo, que literalmente clavan al Mustang al suelo en cuanto rozamos el pedal de freno.

Comportamiento: para rectas infinitas

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Conducir un Ford Mustang es entender el estilo de conducción americano, un coche que está pensando para ser más pasional y bravo que los modelos europeos, la concepción de deportividad difiere de forma notable con respecto a lo que podemos ver en otros modelos deportivos del viejo continente mucho más certeros a la hora de trazar curvas pero también mucho más predecibles. El Mustang no es predecible, no es suave ni tan siquiera las curvas son su hábitat ideal, pero a cambio nos hace sentir la conducción con mayúsculas, y disfrutar de cada cambio de marchas o de cada trazada sea el tramo que sea.

En cualquiera de los modos de conducción que tiene -Normal, Sport+, Circuito y Nieve/Mojado- la aceleración es contundente, pegándonos al asiento y notando como el eje trasero empuja sin descanso en cada cambio de marcha pidiendo más y más, todo ello acompañado de un sonido contundente por encima de las 4.000 vueltas.

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Eso sí, a la hora de trazar curvas se notan ciertas inercias propias de su envergadura y no destaca por ser preciso a la hora de trazar cada curva, es más, si no tenemos tacto con el pedal del acelerador se revela como buen tracción trasera, aportando un plus de diversión siempre que seamos conscientes de lo que estamos conduciendo, a su favor hay que decir que pese a que es fácil hacer bailar al eje trasero, también es rápido (gracias a los controles) actuando para que no se escape, en cuanto soltamos el pedal del acelerador el coche vuelve al sitio de forma inmediata.

A altas velocidades el Mustang es estable y muy confortable, de hecho sorprende la buena insonorización interior. En carretera o autovía es donde muestra su faceta más amable y confortable, teniendo un rodar relativamente suave e incluso el consumo de combustible marca cifras más racionales.

Consumo

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Tener bajo el capó un bloque V8 se nota al final en el apartado de consumos, puesto que este Ford Mustang GT no es demasiado ahorrador pero para no tener turbo y ser atmosférico el consumo es más que correcto. En autovía rodando tranquilos se puede conseguir un consumo medio de 9,2 litros a los 100 km. Mientras que en carretera la cifra oscila entre si somos muy cuidadosos con el pedal del acelerador y entonces podemos bajar hasta los 9,5 litros a los 100 km, mientras que en conducción normal el consumo medio que hemos obtenido ronda los 12 litros a los 100 km. Por último en trayectos urbanos el consumo medio fue de 16 litros a los 100 km.

Equipamiento

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De serie el equipamiento del Ford Mustang está muy completo, tanto en la versión de cuatro cilindros como en este V8. En el apartado de seguridad equipa múltiples airbags (incluyendo de cortina y de rodilla para conductor), control de estabilidad, asistente de arranque en cuesta o sensor de presión de neumáticos, entre otros sistemas. Pese a todo ello en las pruebas de choque EuroNCAP no ha tenido una buena puntuación quedándose con tres estrellas pese a equipar en la revisión de 2017 el sistema de pre-colisión, pero la protección que ofrece a los ocupantes de las plazas traseras no es todo lo buena que debería (son plazas casi testimoniales) y por tanto ahí la puntuación baja, mientras que la protección para los ocupantes de las plazas delanteras se encuentra dentro de lo normal con un 72% (aunque siendo una cifra claramente mejorable).

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El resto del equipamiento incluye los faros de xenon delanteros (con regulación manual de altura) siendo realmente eficaces a la hora de iluminar la carretera de noche. Incorpora de serie un equipo de sonido formado por 9 altavoces, eso sí, el sistema de navegación con pantalla táctil es opcional y puede adquirirse sólo por poco más de 1.300 euros o en un pack que suma además los asientos de cuero con calefacción y ventilación, y mejora el sistema de sonido Shaker-Pro con 12 altavoces (con una calidad muy buena), todo ello por un precio de 2.450 euros.

Opinión Personal y precio del Ford Mustang

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El Ford Mustang con motor gasolina Ecoboost y 314 CV arranca en los 40.350 euros, con un completo equipamiento de serie. Si queremos la versión GT con el potente V8 de 421 CV el precio sube hasta los 47.350 euros. ¿Qué hace tan especial al Ford Mustang? Sin lugar la dudas el concepto americano de coche, de deportivo, más aún si nos decantamos por el Mustang GT V8.

No es un coche ideal para trazar curvas, pero eso no le resta una enorme capacidad de diversión, eso sí, siempre siendo conscientes que hay que tener más sensibilidad al volante de un Mustang, con una conducción que recuerda a los modelos deportivos con tracción trasera de hace años. El diseño es otro punto fuerte del Ford Mustang, muy llamativo aunque poco espacioso en su interior (sobretodo en las plazas traseras casi inexistentes).

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Si buscas un deportivo diferente, más radical que otros modelos alemanes, el Mustang es una opción recomendable por precio y por la pureza de sus sensaciones al volante, eso sí, el modelo GT con su potente V8 no es precisamente práctico en el día a día, sobretodo por sus consumos, aunque sí lo es para hacer viajes o recorridos por carretera donde saca su mejor faceta.

Fotos | Equipo de pruebas


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