Prueba Ford Ranger 3.2 TDCi Wildtrak 200 CV, contundencia sin renunciar a nada

Diego G. Moreira     21 julio 2016     13 min.
Prueba Ford Ranger 3.2 TDCi Wildtrak 200 CV, contundencia sin renunciar a nada

Nos ponemos al volante de la pick-up más bestia del mercado español: el Ford Ranger Wildtrack con motor 3.2 TDCI 200 CV 4×4 . Analizamos su diseño exterior al más puro estilo americano, también te contamos sobre su comportamiento y sus habilidades off-road, o su completo equipamiento impropio en una pick-up.

El pasado mes de Mayo se celebró el Rallye de Portugal 2016, un evento que al tenerlo cerca queríamos presenciarlo en persona como viene siendo una costumbre. En esta edición el protagonista era el norte del país vecino, con zonas en medio de la montaña que requerían un vehículo capaz para acceder a los diferentes lugares o incluso para acceder a aquellos lugares no tan conocidos o con accesos sencillos.

Ante esta situación decidimos poner a prueba una pick-up y dentro de la pequeña lista de modelos que aún continuan en el mercado, hemos escogido al fabricante americano. Precisamente este mismo año Ford estrenó la nueva generación de la Ranger con importantes cambios y un diseño al puro estilo americano que llama la atención allá donde va, más aún si se trata del acabado Wildtrak que culmina la gama con un exclusivo equipamiento y acabado, donde el naranja es protagonista. Por tanto nos hemos puesto al volante de un Ford Ranger con motor diesel 3.2 TDCi de 200 CV y tracción 4×4.

Diseño exterior: ADN americano por los cuatro costados

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La robustez de su diseño nos recuerda a la mítica Ford F-150, todos los detalles del exterior están muy trabajados para conseguir un aspecto imponente para esta pick-up. El frontal está diseñado al más puro estilo americano con una parrilla de grandes dimensiones en color negro haciendo contraste con el color de la carrocería y a ambos lados unos faros halógenos de pequeño tamaño pero iluminación correcta.

En la línea lateral destaca la carrocería separada de la caja trasera, las enormes llantas de aleación de 18 pulgadas con unas medidas pensadas para el uso off-road, puesto que «calza» unos neumáticos Continental Cross Contact en medidas 265/60 R18. En una entrada de aire lateral se puede ver la numeración que hace referencia a la cilindrada 3.2 de su motor de cinco cilindros diesel. Otro elemento práctico para acceder al coche pero incómodo en uso off-road son las estriberas laterales.

En la zaga destaca el nombre del modelo en grande en todo el portón trasero, y los estribos de la defensa que están reforzados para soportar un peso mayor. Justo debajo del óvalo de Ford se puede ver la cámara de visión trasera, bastante práctica para aparcar o maniobrar con este pick-up.

Caja trasera: la practicidad de una pick-up

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La caja trasera en nuestra unidad estaba totalmente al descubierto, pero opcionalmente se puede equipar una persiana metálica que permite dejar a salvo las cosas y enseres depositados en la parte trasera. En la caja dispone de una toma de 12V totalmente estanca y de varios ganchos para atar cualquier tipo de sujeción y transportar la carga de forma segura. Otro detalle práctico, es que el portón de la caja aguanta hasta 200 kg de peso (es decir, dos personas sentadas, por ejemplo). El material de la base de la caja y laterales, es un plástico duro, que aguanta muy bien el uso, se puede limpiar simplemente con agua y resiste a arañazos y marcas.

Diseño interior: como si fuera un turismo

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Tras pegar un pequeño salto y acceder al interior del Ranger, una vez que estamos al volante la diferencia con cualquier turismo es inexistente (salvo por la altura). El diseño del salpicadero es sencillo y con materiales plásticos (incluso en algunas zonas se recurre al cuero con costuras en color naranja), en la parte central se encuentra la pantalla táctil de 8 pulgadas con la que se controla toda la parte multimedia y el sistema de navegación. Nos ha gustado especialmente la instrumentación -muy completa y a todo color- con dos zonas diferenciadas que nos informan sobre el ordenador de abordo y sistemas de seguridad, y en la parte derecha sobre los datos de navegación o multimedia.

Los asientos en esta versión son de color naranja en tela y cuero, naranja que también vemos en el apoyabrazos central en las costuras. La postura de conducción es considerablmente elevada, con el volante bastante vertical -algo a lo que hay que acostumbrarse-, destacando la buena visibilidad tanto frontal, como lateral y trasera. La sujeción lateral es correcta y cuando hacemos kilómetros al volante o si nos aventuramos por una pista fuera del asfalto, el mullido es cómodo.

Hay tres tipos de carrocería en la Ranger, la de cabina sencilla (2 plazas), la Super Cab (cuatro plazas con dos puertas pequeñas de apertura al contrario que las convencionales) y la doble cabina de cuatro plazas y puertas convencionales. Nosotros hemos probado la única carrocería disponible en la versión Wildtrack, es decir, doble cabina, con amplias plazas traseras donde hay espacio más que suficiente para los pies y para la cabeza -a la altura de una berlina-.

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En las plazas traseras, dispone de dos tomas de corriente: una convencional de 230V/150W y otra de 12V. Además de esconder dos amplios huecos bajo los asientos traseros, ideales para guardar herramientas, así como guanteras amplias en las puertas traseras. También existe un pequeño hueco detrás de los respaldos de los asientos traseros, donde va escondido el gato y los triángulos, y ahí entra cualquier elemento delgado (una pala pequeña, por ejemplo o cualquier otro útil).

Motor y prestaciones: 200 CV con mucha fuerza

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La gama de motores del Ranger está formada por dos propulsores: un 2.2 TDCi de 160 CV y un 3.2 TDCi de 200 CV. Este último propulsor sólo está disponible con el acabado Wildtrack. Eso sí, todas las motorizaciones van asociadas al sistema de tracción total.

Cuando sobre el papel veo la ficha técnica de este Ford Ranger, con su motor 3.2 TDCi de 200 CV, con esa gran cilindrada ya nos damos cuenta que no estamos hablando de la misma interpretación de los 200 CV que puede tener un deportivo por ejemplo o una berlina. Puesto que su potente y robusto motor diesel va en consonancia con la estética y puesta en escena del Ranger Wildtrack.

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Se trata de un propulsor prestacional, con gran par motor -470 Nm- que ayuda al uso off-road y que propulsa con contundencia las 2,2 toneladas de peso del Ranger. La respuesta es muy buena desde bajas vueltas, desde 1.500 vueltas ya empieza a empujar con fuerza, siendo especialmente potente el empuje entre 2.500-3.000 revoluciones. El sonido del motor también va acorde con la estética ruda del Ranger, al ralentí es un sonido ronco pero normal, mientras que al pasar de las 3.000 vueltas tenemos la sensación de ir al volante de una Ford F-150, porque el sonido se vuelve extremadamente fuerte.

Este propulsor va asociado a una caja de cambios manual de seis marchas con relaciones cortas, especialmente la primera y segunda, destinadas a un uso off-road. La dirección tiene un tacto más firme de lo habitual pero no es incómoda a la hora de maniobrar, mientras que el equipo de frenos cumple de forma notable su función y detiene en casi cualquier situación y con contundencia el enorme peso y tamaño del Ranger.

Comportamiento: 4×4 pero con confort

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El primer escenario donde hemos conducido al Ford Ranger es en autovía (eso sí, a 90 km/h de velocidad máxima según marca su ficha técnica) y en este tipo de carreteras, nos ha gustado especialmente la comodidad que desprende, la insonorización es más que correcta -está por encima de lo normal en una pick up- y siempre manteniendo unos niveles de confort más que correctos. Sus 200 CV no lo convierten en un deportivo, pero si que a la hora de hacer un adelantamiento o incorporación son un buen aliado (sin esperar milagros, puesto que el coche pesa lo que pesa y tiene las medidas que tiene).

En carretera sigue manteniendo un notable nivel de confort, eso sí, no es el mejor coche para subir un puerto de montaña o para zonas de curvas rápidas, donde tendremos que estar jugando con la caja de cambios en todo momento y no podemos olvidar su esquema de suspensiones (ballestas atrás, por ejemplo) lo que requiere especial finura al volante en caso de ponernos a realizar una conducción deportiva, aunque como es evidente no es la función que buscan los americanos. Si quieres ir a tomar un café a la Gran Vía de Madrid, no será el coche más práctico (pese a contar con cámara de visión trasera y sensores de aparcamiento) pero verás a todos por encima del hombro (tiene una buena visibilidad frontal y lateral gracias a su altura) y además llamarás la atención como si llevaras un potente deportivo, curiosamente el consumo apenas sube en ciudad con respecto a la media en carretera.

Comportamiento Off-Road

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En este apartado es donde el Ranger cobra todo su sentido, se trata de una de las pick-upa más capaces para sobrepasar cualquier obstáculo allá donde el asfalto no llega. En la parte técnica, dispone de un sistema de tracción total con reductora (que se selecciona desde un mando en el tren central), además de disponer de control de descenso y de un control de tracción mejorado para un uso off-road.

Entre los datos a destacar están los 3.500 kg que es capaz de arrastrar -una de las mejores cifras del mercado- o los 800 mm de profundidad de vadeo, además de una altura libre al suelo de 230 mm, ángulo de ataque de 28 grados y salida de 25 grados, algo que pocas pick-ups o 4×4 pueden igualar. También existe un pack off-road opcional que añade el diferencial trasero bloqueable y de protección extra a los bajos del coche, transmisión y depósito de combustible, para poder circular con mayor seguridad por zonas complicadas.

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Nuestra primera prueba intensa fue en uno de los accesos al Rallye, se trataba de una pista de montaña con las típicas piedras y zanjas hechas por el agua, donde el Ranger pasó sin complicaciones -en modo 4×2 incluso-. La ruta se iba complicando cuando toco atravesar un cortafuegos, ahí sí que hizo falta conectar la tracción pero no la reductora, quedando gratamente sorprendidos con la facilidad que tenía para pasar por cualquier tipo de obstáculo (sólo limitado a veces por las estriberas laterales que reducen la altura libre del suelo). En zonas de rocas y piedras de grandes dimensiones, con paciencia y reductora, el Ranger conseguía pasar sin mayores complicaciones.

Consumos

La cifra media de consumo del Ranger era de 9 litros a los 100 km, se podía reducir en autovía donde conseguimos un consumo medio de 8,5 litros a los 100 km en el recorrido Madrid > Vigo > Madrid, e incluso se podía bajar en carretera hasta los 8 litros a los 100 km, siempre que seamos muy cuidadosos con el acelerador y la topografía ayude. Sin embargo en ciudad, apenas pasaba de los 9,5-10 litros a los 100 km en las diferentes pruebas realizadas.

Equipamiento: sin renunciar a nada

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En nuestros análisis el repaso al equipamiento siempre lo empezamos en el apartado de seguridad, es decir, aquellos elementos de seguridad que tiene de serie el Ranger. Desde el acabado base cuenta con: airbags frontales, laterales, de cortina e incluso airbag de rodilla para conductor, control de estabilidad, control de tracción, ayuda de arranque en pendiente, control de presión de neumáticos, entre otros elementos. En las pruebas de choque EuroNCAP no se ha comprobado esta última generación, pero sí, la previa de 2012 que había conseguido las cinco estrellas y es bastante probable que la actual las mantenga (en especial por la seguridad que ofrece y el nutrido grupo de asistentes a la conducción).

El completo equipamiento disponible -de serie u opcional- está más cercano al de un turismo que al de una pick-up, con elementos como el control de velocidad adaptativo más propio del segmento premium. El equipamiento se estructura en cuatro niveles: XL, XLT, Limited y Wildtrack.

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La unidad que probamos era una Wildtrack, es decir, el nivel de equipamiento más completo dentro de la gama. Destacar elementos como: sistema de navegación táctil (8″) con control por voz, toma USB y conexión Bluetooth, iluminación ambiental con siete colores, climatizador de dos zonas, llantas de aleación de 18 pulgadas, tapicería mixta de tela y cuero, entre otros elementos. Opcionalmente está disponible un pack de seguridad (1.010 euros) que añade elementos inauditos en una pick-up: reconocimiento de señales de tráfico, control de velocidad adaptativo con alerta de alcance, luces largas automáticas y alerta/asistente de cambio involuntario de carril.

Sólo echo en falta con todo este equipamiento las luces de xenón y un sistema de altavoces más acorde al precio final, puesto que sus sólo cuatro altavoces se quedan justos para dar una calidad de sonido más allá de lo correcto.

Precios

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Siempre es recomendable preguntar en su concesionario oficial más cercano, puesto que existen descuentos puntuales o el precio puede verse reducido según el titular que matricule el coche (particular, empresa o autónomo):

  • 2.2 TDCI 160 CV 4×4 XL Cabina Simple 27.100 euros
  • 2.2 TDCI 160 CV 4×4 XL SuperCab 27.600 euros
  • 2.2 TDCI 160 CV 4×4 XL Doble Cabina 29.100 euros
  • 2.2 TDCI 160 CV 4×4 XLT Doble Cabina 30.600 euros
  • 2.2 TDCI 160 CV 4×4 Doble Cabina Limited 33.600 euros
  • 3.0 TDCI 200 CV 4×4 Wildtrack Doble Cabina 36.600 euros

Opinión y valoración personal

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¿Una pick-up para el día a día? Pues… no es tan descabellado. Este es quizás el mejor resumen tras la prueba del Ford Ranger que hemos hecho en Highmotor, nada más empezar la prueba tenía la idea de las pick-ups como vehículos rudos y de trabajo no válidas para el día a día. Es verdad que el Ranger tiene una versión destinada al trabajo puro, pero en la que hemos probado, la Wildtrack, tiene un rodar tan confortable y el equipamiento es tan elevado que no vamos a echar nada en falta frente a lo que nos puede ofrecer una berlina o un SUV, aunque conducir el Ranger tendrá un punto de emoción que no nos ofrecen ni una berlina ni un SUV.

Si quieres adquirir una, tiene que gustarte el mundo 4×4, -y sacarle partido- puesto que ahí está su principal argumento, hoy en día quedan pocos 4×4 puros o con habilidades de verdad fuera de pistas donde un coche alto pasa sin complicaciones. En nuestra prueba pudimos comprobar que no hay casi ningún tipo de terreno que se le resista al Ranger y a su eficaz sistema de tracción total. En carretera asfaltada es un coche cómodo, con un elevado confort abordo (una de las mejores pick-up en este aspecto) y no renuncia a elementos de confort propios de otros segmentos, aunque eso sí, no podemos pasar por alto que su ficha técnica indica que no puede pasar de 90 km/h en autovía.

En resumen, tiene unas capacidades off-road, de tracción y de remolque excepcionales, su diseño impacta y llama la atención, el confort a bordo es más que notable y el equipamiento es más propio de un segmento premium, con lo cual, para aquellos que busquen un 4×4 diferente y efectivo, sin renunciar al confort, el Ford Ranger es una alternativa a tener en cuenta.

Fotos | Equipo de pruebas


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