¿Realmente queremos tanta tecnología de entretenimiento en nuestros coches?

Fernando Alvarez     2 enero 2010     1 min.
¿Realmente queremos tanta tecnología de entretenimiento en nuestros coches?

Los coches que conducimos hoy tienen cada vez más sistemas electrónicos, de seguridad, de navegación y de entretenimiento incluídos. Sin embargo, queda en suspenso la pregunta de si necesitamos todo eso y queda la preocupación del aumento de la dependencia por ciertos artilugios que vienen con nuestros coches. Tomemos por ejemplo el sistema Sync de […]

Los coches que conducimos hoy tienen cada vez más sistemas electrónicos, de seguridad, de navegación y de entretenimiento incluídos. Sin embargo, queda en suspenso la pregunta de si necesitamos todo eso y queda la preocupación del aumento de la dependencia por ciertos artilugios que vienen con nuestros coches.

Tomemos por ejemplo el sistema Sync de Ford, sobre cuya plataforma otras marcas han desarrollado sistemas similares. El Sync permite facilitar el control a través de la voz y una conexión directa de un Ipod, Zune o cualquier otro reproductor MP-3, al traer un formato de conexión USB o con un USB flash drive que contenga música, la cual puede reproducir sin problema, así como mensajes de texto y telefonía Bluetooth. Como vemos, algo que no es escencial a la conducción del vehículo y menos a la seguridad, por las distracciones que podría provocar.

Claro que este tipo de sistemas se colocan como algo opcional y uno es el que decide si lo usará o no. Aún así hay conductores que priorizan más en prestar atención a la ruta que nos da el navegador o buscar una canción en el iPod, que en conducir. Y es que el coche se está convirtiendo en algo parecido a la sala de la casa, en vez de un medio de transporte.

Mientras este tipo de entretenimiento no sea algo invasivo con la conducción, no hay de que preocuparse. Sin embargo, es todo lo contrario. No está mal que escuchemos música mientras conducimos, pero prestemos un poco más de atención al camino, las condiciones del tráfico y a nuestro propio coche. Nos vamos a ahorrar más de un disgusto.

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