Volkswagen rescata de la papelera el retorno del Typ 2 con el Bulli

Mañana abre a la prensa el Salón del Automóvil de Ginebra y cuando los medios acudan al stand de Volkswagen, probablemente les resultará difícil centrarse en el Golf Cabriolet y no dejar que les despiste el prototipo que la marca acaba de anunciar, el Bulli Volkswagen. Como si de un ave fénix se tratase, este modelo viene a suceder al difunto Microbus Concept de 2001 y terminar su misión: si el ‘Escarabajo’ pudo volver al siglo XXI, también lo puede hacer el Typ 2, cuya primera generación, la T1 de 1950, fue conocida por los alemanes como Bulli.

Una década después, la estructura general del Microbus de 2001 se ha mantenido, pero varios de sus rasgos estéticos han evolucionado, sin olvidar algunos guiños al célebre «furgón de los hippies» y de los surferos. Por ejemplo, la tonalidad bicolor o la simulación de la «V» en el morro que nace en los faros, los cuales llevan hileras de LEDs con forma de L, y cuyo vértice está en la entrada de aire delantera.

En el resto del Bulli predominan las líneas rectas y grandes ventanales que le dan mucha visibilidad al interior. Sus medidas son 3,99 metros de largo, 1,75 de ancho y 1,70 de alto, es decir, más corto, más ancho y más bajo que el Samba Bus de los 50. Dispone de seis plazas divididas en dos banquetas de tres cada una. De la frontal se pueden abatir 2/3 y la trasera completa, con lo que los 370 litros que ofrece el maletero por defecto suben a 1.600, además de transformar al Bulli en una caravana ideal para excursionistas, el mismo espíritu del Bus T1.

Dentro reina el minimalismo, igual que ocurría en el T1 original por razones obvias. En el caso del prototipo se debe a que muchas de las funciones de la instrumentación y dispositivos de la consola central se concentran en dos pantallas digitales: la del salpicadero con información básica repartida en iconos y la central, la cual es lo que parece: un iPad extraíble desde el que se maneja la climatización, el navegador o aplicaciones que se usan en Internet.

La cuadratura del círculo se alcanza gracias al motor eléctrico que mueve al nuevo Bulli, situado sobre el eje frontal y no detrás como en el Kombi del siglo XX. Esta mecánica produce 115 CV y 270 Nm de par máximo, y lo alimentan unas baterías de iones de litio de 40 kWh de capacidad, las cuales se pueden recargar enchufándolas a puntos de recarga públicos. Su autonomía es de 300 kilómetros, acelera de 0 a 100 km/h en 11,5 segundos y alcanza 140 km/h.

Fuente | Volkswagen