Claves y consejos para correr seguro entre coches

Miguel Lorente     4 mayo 2019     4 min.
Claves y consejos para correr seguro entre coches

Correr es una actividad saludable pero, también, conlleva uncierto riesgo. Te invitamos a leer nuestros consejos para correr seguro y disfrutar del ejercicio físico al aire libre

Igual que sucede con las tendencias en el mundo del automóvil, el ejercicio físico se mueve al ritmo de modas que van y vienen pero, como ocurre con algunos segmentos automotrices, existen actividades que no caducan. Correr es una de ellas.

A pesar de haber recibido diferentes nombres, más o menos acertados, se llamó footing, después y ahora, se conoce como running pero, sencilla y llanamente, hablamos de salir a correr, uno de los deportes más populares, con lo que ese adjetivo conlleva.

Una actividad física y mental que equilibra y potencia el estado físico y mental, que, para muchos de quienes lo practicamos, supone también un atención extra cuando hay que interactuar con nuestros habituales compañeros de entrenamiento: los vehículos.

Ya sean coches, motos, camiones, bicicletas y, últimamente, patinetes eléctricos, no siempre es fácil y, a veces, hasta peligroso correr, sobre todo, en las calles de una gran ciudad.

Compartir espacios con los otros usuarios requiere de la atención de quien sale a correr más si se pisa el asfalto. Y no necesariamente hablamos de quienes corren sobre la calzada ya que, pasos de peatones, zonas de preferencia peatonal o calzadas transitables exigen una tolerancia y respeto entre peatones y conductores, porque, el corredor es siempre un peatón.

El corredor es un peatón

Por eso, el primer consejo para correr seguro es hacerlo sobre superficies no transitadas por vehículos. Sabemos que el asfalto es una «alfombra» negra, normalmente, uniforme y confortable para correr sobre ella pero, según la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, en su Artículo 49, Peatones, se recoge la obligación de caminar por las áreas reconocidas para ello y, de no haberlas, por la izquierda de la calzada en el sentido que se transite.

Es por esto que, corredores y conductores, debemos respetar la normativa y estar atento ante estas disposiciones que son de obligado cumplimiento.

En ciudad, correr por aceras garantiza la independencia de movimientos de quien corre respecto de quien conduce. A la hora de cruzar, como cualquier peatón, deberá hacerlo por los lugares establecidos y respetando la señalización y prioridad, teniendo especial precaución ante salidas de garajes o similares.

Es importante atender a la circulación, respetando las señales dirigidas a los peatones y detenerse antes de realizar el cruce, observar la circulación y, en caso de ser seguro, cruzar.

Correr con los cinco sentidos

Igualmente, es recomendable correr con los cinco sentidos puestos. Aún utilizando pasos de peatones o zonas destinadas al paso de personas, es necesario no confiarse.

Por ello, y aunque es habitual acompañar el ejercicio físico con música, antes de cruzar, corredores y peatones, deberán atender con la vista y el oído puesto en la actividad sobre la calzada, pausar, silenciar o quitarse los auriculares se hace entonces casi imprescindible.

Si el oído apoya o advierte principalmente de peligros, la vista supone el mayor de los sentidos receptivos, tanto cuando se practica atletismo como si no. Salvo en el caso de personas con discapacidades o distrofias oculares, la información que recoge un peatón y, por lo tanto, un corredor, de lo que sucede en la calzada, se recibe en su mayoría por la vista.

Pero los ojos siempre puestos en el objetivo del entrenamiento y no en los gadgets del corredor. Pulsómetros, podómetros, cronómetros, teléfonos móviles… se han hecho ya imprescindibles para quienes quieren hacer un seguimiento de sus entrenamientos, pero no durante ellos. Inicia y finaliza todos las actividades sobre los dispositivos antes de empezar a correr y después, nunca durante el entrenamiento y, mucho menos, sobre la calzada o próximo a ella.

Pero también ocurre lo mismo en el caso de quien conduce un vehículo. La información se recoge, primordialmente, gracias al sentido de la vista.

Otro consejo para correr seguro es el uso de gorra o gafas de sol ya que reduzcan la posibilidad de sufrir un deslumbramiento.

En épocas lluviosas como la primavera o el otoño, e incluso en caso de que aparezca hielo en la calzada, hay que prestar atención ante una zona del pavimento resbaladizo y evitar puntos donde se comprometa el agarre y la tracción, algo tan válido para las suelas de las zapatillas como para los neumáticos.

Ver y ser visto resulta de extrema importancia.

Si el uso de las luces en un coche reduce exponencialmente el riesgo de accidente, utilizar ropa de colores llamativos y, en caso de baja luminosidad ambiental, prendas reflectantes o dispositivos luminosos, reduce el riesgo de ser atropellado mientras una persona corre.

Además, la velocidad de un peatón que corre es mayor que cuando anda, por lo que, ante una situación inesperada, el corredor deberá recular su velocidad de trote, calcular los movimientos antes de cruzar o transitar la calzada y, en caso de estar seguro de ser visto por quien conduce el vehículo que circula, hacer uso de la calzada.

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