Reciclaje de baterías de vehículos eléctricos, un creciente y millonario problema

Guillermo Lopez     29 junio 2018     4 min.
Reciclaje de baterías de vehículos eléctricos, un creciente y millonario problema

El aumento en las ventas de coches eléctricos que se prevé da lugar a un problema cada vez mayor que no todos los fabricantes coinciden en cómo solucionarlo.

Tras siete años de servicio a bordo de un vehículo eléctrico, las baterías que almacenan la energía eléctrica que los impulsa llegan al final de su vida útil y deben ser retiradas del mismo para garantizar su correcto funcionamiento. En 2018, serán 55.000 las baterías que lleguen a su edad de jubilación, una cifra que se irá multiplicando progresivamente y que se calcula ascenderá hasta los 3,4 millones de unidades en 2025. Y es sólo el comienzo de una escalada que irá en franco aumento a medida que los vehículos eléctricos incrementen su presencia en el mercado y sus ventas se popularicen.

Semejantes cantidades comienzan a prefigurar un problemático futuro en materia de reciclaje, que los fabricantes de automóviles tratan ya de solventar. “Los fabricantes de automóviles tienen ante sí un problema inminente de grandes dimensiones y que ya estamos comenzando a ver, como es el enorme volumen de baterías que se deberán reciclar”, ha manifestado Johan Stjernberg, director ejecutivo de Box of Energy AB, compañía sueca proveedora de Porsche y Volvo Cars.

En China, donde actualmente se vende aproximadamente la mitad de los vehículos eléctricos del mundo, las autoridades ya están creando reglas al respecto. Este próximo mes de agosto entrará en vigor una que convierte a los fabricantes de automóviles en los responsables de las baterías obsoletas y que impide que las mismas sean abandonadas o depositadas en los vertederos. La Unión Europea también tiene y prepara nuevas regulaciones al respecto y se espera que, próximamente, los EE.UU. sigan igualmente esta tendencia.

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Para 2030, distintos organismos pronostican un aumento que multiplica por 25 el volumen actual de baterías en el mercado. Los automóviles serán, con mucho, los mayores usuarios de baterías de ion litio del mundo, muy por encima de la demanda provocada por el uso de teléfonos móviles. Y, en 2040, más de la mitad de las ventas de automóviles nuevos y cerca de un tercio de la flota mundial —el equivalente a unos 559 millones de vehículos— serán modelos eléctricos impulsados a partir de la electricidad acumulada en sus baterías. Para 2050, se prevé que las empresas habrán invertido alrededor de 550.000 millones de dólares en baterías de almacenamiento tanto domésticas, como industriales y de redes de gran escala, según los datos de un estudio al respecto elaborado por la división financiera de nuevas energías de Bloomberg (BNEF).

Los fabricantes de automóviles buscan ya posibles soluciones a este problema, en el que muchos ya están viendo posibles nuevos modelos de negocio, dado que tras siete años dando servicio a un coche, las baterías del mismo pueden, una vez extraídas y convenientemente adaptadas, seguir almacenando y entregando electricidad durante entre otros 7 a 10 años más de uso. Una extensión de su vida útil que ofrece importantes oportunidades tanto a los fabricantes de automóviles como a los proveedores de electricidad y los servicios derivados de ellos, como a los propios usuarios, para usos tanto domésticos como industriales.

General Motors, BMW, Toyota, BYD, la alianza Renault-Nissan y otros muchos fabricantes de automóviles ya trabajan en colaboración con proveedores de sistemas de almacenamiento de energías renovables trabajan en el desarrollo conjunto de un mercado de accesorios y beneficios adicionales que faciliten el uso de las baterías en dispositivos creados a tal efecto para aprovechar una posible segunda vida de las mismas. Una segunda vida que además puede reportar importantes beneficios y flujos de ingresos añadidos para un producto ya amortizado como sería el de las baterías. Volumen económico que permitiría contribuir a reducir el precio de los coches eléctricos y, con ello, popularizar su compra.

“La lógica detrás de todo esto es la llamada economía circular, gracias a la cual la batería proveniente del vehículo eléctrico se convertirá cada vez más en un importante componente dentro del mundo de la energía”, afirmó Cecile Sobole, gerente del programa para el negocio de los vehículos eléctricos en Renault. “El mercado de segunda vida en aplicaciones de almacenamiento para las baterías de los coches eléctricos será enorme”, indica Johan Stjernberg, director ejecutivo de Box of Energy AB.

En todo caso, el problema del reciclaje de las baterías de los vehículos eléctricos sigue siendo objeto de debate. Y de igual manera que muchas empresas se inclinan por explorar el camino de la reutilización que permita dotar de una segunda vida a las baterías, otros como Tesla optan por profundizar en la recuperación de las materias primas utilizadas para producirlas, dado que no consideran adecuado prolongar el uso de sus baterías tras 10 años de uso.

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