Lexus CT200h, prueba (Motor y prestaciones)

Diego G. Moreira     9 junio 2012     4 min.
Lexus CT200h, prueba (Motor y prestaciones)

Prueba del Lexus CT200h, primera parte sobre el motor y prestaciones.

Hasta el momento Lexus sólo contaba con potentes híbridos entre su flota, motores que superaban o ser acercaban a los 300 CV, y aunque se combinara con un híbrido, seguían siendo poco económicos. Pero eso ha cambiado con en lanzamiento de un compacto, premium y además híbrido.

Esta vez probamos el Lexus CT200h, un modelo que cuenta con el esquema híbrido similar al del Toyota Auris o Prius, con dos propulsores que combinados (tanto el de combustión como el eléctrico) llegan hasta los 136 CV. Otra de las características del CT200h es que podemos tener un Lexus por menos de 30.000 euros.

Motor y prestaciones

Lo más destacable del motor del Lexus CT200h es la suavidad y unos consumos bajos, que no, extremamente ajustados. Es un coche con carácter tranquilo, ideal para las urbes y recorridos extraurbanos alrededor de estas, donde podemos sacarle el mayor partido al conjunto híbrido.

Por un lado tenemos un motor térmico 1.8 que entrega cerca de 100 CV, y por otro un motor eléctrico que aumenta la potencia final hasta los 136 CV. Hablamos, como ya comenté anteriormente, del mismo sistema que equipa el Toyota Prius.

La potencia para mover al Lexus CT200h es suficiente, no le sobran caballos, pero hablamos de un coche de carácter tranquilo, por lo tanto no de un deportivo. Eso sí, con los tres modos de conducción podemos sacarle todo el partido a los 136 CV.

El CT200h dispone del modo ECO, EV y Sport (además del normal). Es decir, por un lado tenemos el modo ECO que maximiza el ahorro de combustible, haciendo que tengamos que pisar mucho más el acelerador para que el coche responda con fiereza y siendo mucho más tranquilo. Por otro lado tenemos el modo EV, es decir, eléctrico, que nos permite durante un breve periodo de tiempo y por debajo de 40 km/h circular en modo completamente eléctrico.


Finalmente el modo Sport hace que ambos motores trabajen conjuntamente para dar el máximo de esos 136 CV, además se incrementa ligeramente el par motor a modo de overboost y eso nos permite unas salidas desde parado muy rápidas y ágiles, eso sí, cuando nos encontremos circulando en autovía o carretera a velocidades algo elevadas, volvemos a notar que sólo disponemos de 136 CV. También cambia el color del cuadro, del típico azul híbrido a rojo. Dicho esto, en gran parte más que suficientes para casi cualquier conductor que no busque deportividad, sino tranquilidad y suavidad al volante.

Asociada al conjunto híbrido va una caja de cambios automática CVT que cumple de manera correcta su función, es además curiosa la palanca de cambios por su pequeño tamaño y forma.

Comportamiento

En este apartado nos ha sorprendido, porque de entrada siendo prejuiciosos, tenemos un vehículo híbrido con un motor no muy potente que no busca la deportividad, por eso pensamos que iría algo más justo en carretera. Pero nos equivocamos de pleno, incluso me atrevería a decir, que el chasis y comportamiento el Lexus va por delante de su potencia.

En ciudad con el modo Sport conectado, tenemos un coche son una respuesta rápida y un comportamiento muy ágil, mientras que cuando salimos a carretera sorprende por la estabilidad en el paso por curva y se mantiene muy aplomado en los diferentes trazados, aunque hayamos elegido una carretera sinuosa y algo complicada para probarlo.

Por otro lado la dirección es simplemente correcta, pero los frenos tienen el típico tacto híbrido. Esto se produce por la frenada regenerativa, cuando los pisamos en un primer momento parece que no actúan, pero si pisamos más o apuramos la frenada vemos que el comportamiento es más que correcto.

Consumo

Este es un apartado muy favorable al CT200h, pero no es milagroso en cuanto a consumos. Los mejores registros los tiene en ciudad, su hábitat ideal y donde podemos realizar un verdadero ahorro frente a otras alternativas. Pero en carretera y autopista marca unas cifras totalmente normales, es decir, bajas pero igualadas o incluso mejoradas por motores diesel de nueva generación.

En autopista (que no es el mejor hábitat para ahorrar con los híbridos) consiguió un consumo de 5,5 litros a los 100 km, es bajo, pero cualquier diesel lo iguala o mejora. Mientras que en carretera las cifras rondaron entre los 4,3 litros del mejor consumo en el recorrido habitual por carretera hasta los 5,3 litros en otras pruebas de consumo realizadas.

Finalmente en ciudad la cifra es realmente buena con sólo 5,8 litros a los 100 km, un dato que deja fuera de combate a cualquier diesel y ya no hablemos de gasolina, aquí si es donde se nota que bajo el capó está un conjunto híbrido.

En la segunda parte de la prueba nos centraremos en el diseño exterior, interior y calidades, así como maletero.

Fotos | David Taboada

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