Simulación de vehículos autónomos circulando por una intersección

Fernando Alvarez     11 febrero 2013     2 min.
Simulación de vehículos autónomos circulando por una intersección

Una simulación de una intersección de dos avenidas, siendo transitada por vehículos autónomos, nos muestra cómo sería un futuro en donde los coches autónomos se comuniquen entre sí y en donde las señales de tráfico desaparecen. De manera milagrosa, los vehículos evitarían chocarse entre sí con una precisión milimétrica. ¿Una pavorosa perspectiva de lo que nos tiene reservado la tecnología?

¿Habéis visto vídeos en donde se muestra una caótica intersección de calles en China o Rusia, que tan de moda están en YouTube? Porque la simulación que ha difundido un periódico americano el día de hoy, demostrando cómo sería una intersección de dos avenidas transitada por vehículos autónomos, es muy similar. Casi diría que es peor.

En la simulación, podemos ver cómo sería el tráfico si la mayoría de los vehículos fueran autónomos. Los de color amarillo son coches conducidos por humanos, mientras que los blancos son autónomos. Como podrás ver después del salto, pasar por esa intersección es poco menos que milagroso, por lo que desde ya te avisamos que ir a bordo de uno de estos vehículos no será apto para personas que sufran de alguna enfermedad cardíaca.

La idea es que existan en el futuro carreteras y calles que no cuenten con ninguna señal de tráfico tal como las conocemos hoy. Es decir, sin semáforos ni señales de ningún tipo, un vehículo equipado con un dispositivo autónomo podría comunicarse con los demás vehículos, creando una red de comunicaciones que haría posible que el caos que se observa en el simulador no signifique peligro alguno para los pasajeros de cada vehículo.

Qué queréis que os diga. Yo me sentiría más seguro conduciendo de la manera tradicional. Tal vez estos sistemas autónomos sean de gran ayuda en ciertas situaciones, eliminando señales y facilitando un tráfico más fluido en calles conflictivas, pero de momento no soy de la idea de dejarle a una red de ordenadores la última palabra sobre en qué momento frenar o acelerar.

Vía | The Atlantic Cities

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