Prueba Toyota GT86 2017, espíritu inamovible

Daniel Valdivielso    @valdi92    26 junio 2017     8 min.
Prueba Toyota GT86 2017, espíritu inamovible

Analizamos a fondo la actualización del Toyota GT86, un deportivo compacto que nos ofrece sensaciones analógicas en un mundo cada vez más digitalizado.

Esta semana en la sección de pruebas de Highmotor tenemos con nosotros a un invitado muy especial, que, afortunadamente, se sale de lo común.

Hablamos del Toyota GT86, un coupé deportivo que ha recibido una ligera actualización en los últimos meses, mejorando su atractivo.

La trayectoria del GT86 es ya larga y conocida. Construido en colaboración con Subaru -que cuenta con su propio modelo, el BRZ- y desarrollado con el placer de conducción como máxima cualidad, el GT86 se lanzó al mercado en el año 2012, pasando de hecho por nuestras manos el año pasado.

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Ahora se ha actualizado ligeramente, sobre todo en el plano estético, excusa más que suficiente para volver a reencontrarnos con uno de esos vehículos que siempre te dejan con ganas de más pero, a la vez, con un gran sabor de boca.

Diseño exterior

El diseño exterior del GT86 guarda las proporciones de un coupé deportivo clásico, con un frontal agresivo, una parte delantera de gran tamaño, un habitáculo relativamente retrasado, muy poca altura y una parte trasera compacta y musculosa, que otorga al conjunto la deportividad que pretende.

El GT86 aplica a la perfección estas directrices, ofreciendo como resultado un vehículo de corte clásico que destaca en el mercado, en el que actualmente no encontramos ninguna alternativa con un planteamiento similar. Esta característica por sí sola ya le sirve para diferenciarse del resto del tráfico, algo que se ha amplificado con la llegada de la actualización.

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Los cambios estéticos le han sentado francamente bien al GT86
El frontal del GT86 2017 destaca por un paragolpes rediseñado con una entrada de aire muy generosa, que junto con las dos molduras con nervaduras de los extremos -que sirven para alojar las ópticas anitniebla- enfatizan la anchura del conjunto. Los grupos ópticos cuentan ahora con iluminación completa mediante LED.

Las aletas delanteras juegan de nuevo un papel fundamental en el diseño del conjunto, ya que sus curvadas y marcadas líneas simulan una generosa musculatura, amplificando los pasos de rueda, que en esta actualización mejoran su imagen con unas llantas de aleación multirradio de 17” con un diseño más atractivo. Una pequeña moldura en la parte superior, que anteriormente llevaba un logo del modelo, simula ahora una salida de aire.

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La superficie acristalada que termina en la parte trasera en forma de punta triangular es una clara alusión al GT2000 de los años 70, dando pie a una zaga realmente musculosa y robusta, con unos pasos de rueda abultados en su justa medida y un paragolpes que integra un difusor en color negro con dos generosas salidas de escape circulares -de 86 mm de diámetro- y ópticas antiniebla y de marcha atrás.

Otros cambios que encontramos en la actualización son los grupos ópticos traseros, que modifican su diseño interno y adoptan tecnología LED para las funciones de iluminación, freno e intermitencia, o el alerón sobre el portón del maletero, que ahora es más compacto, está construido con metal y está terminado en color negro.

Diseño interior

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El interior del GT86 no se ha caracterizado nunca por su elaborado diseño o por sus elevados niveles de calidad. Siendo francos, el planteamiento del vehículo tampoco lo pretende, aunque la última actualización le ha servido para subir enteros en este aspecto gracias a la mejora en la apariencia de algunas piezas.

Las líneas del interior siguen siendo las mismas que las de la versión pre-restyling. Encontramos, por tanto, un habitáculo de 2+2 plazas, con un salpicadero bien rematado y un diseño deportivo «a la japonesa», con materiales de diferentes texturas y motivos, todo ello conjuntado en un ambiente muy juvenil.

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Los cambios de la actualización le han servido al GT86 para mejorar su competitividad en algunos aspectos ergónomicos y tecnológicos, gracias a la aparición de un nuevo volante, más pequeño, con unos pequeños botones en los brazos que sirven para interactuar con el ordenador de abordo o con el equipo de audio/teléfono.

La instrumentación acoge también un nuevo display a color, situado en la parte derecha, que amplía de forma exponencial las funciones del ordenador, ofreciendo ahora numerosos datos telemétricos entre los que podemos encontrar un medidor de fuerzas G, un cronómetro o un medidor de potencia representado por gráficas.

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El equipo multimedia es también de nueva factura, integrando más y mejores funciones. No obstante, sigue ofreciendo un manejo algo pesado y lento, desvirtuando el resultado final en un vehículo que está pensado mayoritariamente para gente joven. La utilización del climatizador y de los demás botones del conjunto no representa ningún problema. Como curiosidad, destacar que, a día de hoy, el GT86 no incorpora intermitencia confort, un detalle al que ya prácticamente todos los conductores nos hemos acostumbrado.

El interior está diseñado para resultar amplio y cómodo en las plazas delanteras, con unos asientos que, además, agarran bien en conducción deportiva. Las plazas traseras son mucho más pequeñas, pero útiles en situaciones de emergencia. Su maletero, de formas regulares, cubica 254 litros, ampliables al plegar los respaldos de los asientos traseros.

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Dinámica de conducción

El GT86 2017 mantiene el mismo grupo motopropulsor de la edición anterior, es decir, un 2.0 tetracilíndrico con arquitectura bóxer, aspiración atmosférica y sistema de inyección mixta directa/indirecta D4-S, capaz de rendir 200 CV a 7000 rpm y 205 NM a 6400 rpm. No hay, por tanto, ningún cambio en términos mecánicos.

Está asociado a una caja de cambios manual de 6 relaciones, que transmite la fuerza al eje trasero, firmando una aceleración de 0 a 100 km/h en 7.6 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 226 km/h. Sí, ya sabemos, no es, en apariencia, tan rápido como «podría ser» con esas cifras. Exacto, en apariencia.

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El japonés es uno de los vehículos más agradables de conducir del mercado, con mucha diferencia
El GT86 no busca el máximo nivel prestacional en ningún momento. Su planteamiento está basado en el placer de conducir, en el rendimiento dinámico sin necesidad de la máxima velocidad, algo en lo que, por cierto, cumple con creces. Si las prestaciones en línea recta son una variable muy importante para nosotros, este Toyota no es la opción más adecuada.

La parte ciclo del GT86 se completa con un esquema de suspensiones independientes en las cuatro ruedas, con columnas McPherson en el eje delantero y paralelogramo deformable en la parte trasera y un equipo de frenos con discos ventilados delante y discos macizos detrás con pinzas flotantes de doble pistón delante y un sólo pistón detrás.

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Aprovechando la actualización, el GT86 disfruta de ligeros ajustes en la suspensión, que ahora es más absorbente y cuenta, además, con una estabilizadora posterior más gruesa. El resultado final es que el GT86 es más estable sin perder la agilidad que le ha caracterizado en todo momento.

Este japonés es uno de los vehículos más agradables de conducir, ya que aúna en un sólo modelo gran parte de las variables que gustan a los amantes de la conducción. Con un nivel de prestaciones suficientemente bueno, el GT86 ofrece un cambio de marchas con tacto excelente, un sonido de motor excepcional y natural, y un comportamiento ágil y deportivo.

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El modelo 2017 estrena además un nuevo programa de estabilización del ESP denominado Track, que permite un cierto deslizamiento sin que entre en acción, todo ello manteniendo los márgenes de seguridad. La frenada es muy consistente, permitiendo una modulación extremadamente precisa.

Por si fuera poco, el GT86 destaca por un gasto relativamente contenido, con medias en utilización mixta que pueden rondar los 8 litros. En carretera es posible bajar hasta los 7 litros, mientras que en ciudad aumenta hasta los 10. Necesita, no obstante, gasolina de 98 octanos, aunque Toyota permite la utilización de 95 octanos sin perjuicio del motor.

Gama y versiones, ¿cuánto cuesta la unidad que ves?

La gama del GT86 está compuesta por un sólo acabado y dos cajas de cambio. El precio de arranque es de 32.990€, correspondientes a la versión Sport con cambio manual. Si preferimos el cambio automático, el precio aumenta 2.000€ hasta los 34.990€.

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El equipamento de serie es muy completo, incluyendo, por ejemplo, sistema de entrada y arranque sin llave, faros LED, volante multifunción, climatizador bizona, retrovisores plegables eléctricamente, sensor de luz o diferencial trasero autoblocante Torsen.
Nuestra unidad incorpora, además, pintura sólida Rojo Kyuzo (250€) y Navegador Touch2 with GO (600€). En total, la unidad que ves en las fotografías tiene un precio final de 33.840€.


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