Volkswagen Golf VII 2.0 TDI 150 CV DSG, prueba (Motor, prestaciones, comportamiento y consumo)

Jaime Arruz     3 julio 2013     6 min.
Volkswagen Golf VII 2.0 TDI 150 CV DSG, prueba (Motor, prestaciones, comportamiento y consumo)

Probamos el nuevo Volkswagen Golf VII diesel que esconde bajo el capó el motor 2.0 TDI de 150 CV junto con la caja de cambios automática de doble embrague DSG. En esta primera parte analizamos el motor, prestaciones, comportamiento y consumos del nuevo Golf VI.

El Volkswagen Golf es una de las grandes referencias en el segmento de los turismos compactos. Lleva años siéndolo, por imagen, calidad y comportamiento. La séptima generación, que llegó al mercado hace sólo unos meses, continúa por este mismo camino. Todo aquel que lo prueba, queda satisfecho. Quizá su única pega sea el precio, mayor que el de la mayoría de sus rivales.

El Golf VII, aparentemente, podría parecer solo una actualización del Golf VI, que estuvo en venta entre 2009 y 2013. Pero no es así, es un modelo completamente nuevo. A la hora de renovar su apuesta entre los compactos, Volkswagen ha llevado la contraria al resto de fabricantes. ¿El motivo? Descatalogó el Golf VI sin someterlo a ninguna actualización estética y con apenas cuatro años de vida. Normalmente las marcas mantienen en el mercado los modelos entre seis y ocho años, con una puesta al día más o menos profunda a mitad de su vida comercial. La firma alemana decidió que su Golf merecía más y, aunque no lo parezca, lanzó un coche prácticamente nuevo.

La séptima generación del Golf estrenó la plataforma ‘MQB’ del Grupo Volkswagen que posteriormente han ido montando otros modelos del conglomerado alemán, como el Audi A3 o el SEAT León. Además, con respecto a la sexta generación, presentó mejoras en el chasis, los motores y el equipamiento, además de tener motores más eficientes y ser más ligero.

El Golf es un coche muy satisfactorio por las sensaciones que transmite a quien se pone a sus mandos, el funcionamiento de sus numerosos sistemas de ayuda a la conducción y, en el caso de la unidad de pruebas que tuvimos en Higmotor, su motor diesel 2.0 TDI de 150 CV y su caja de cambios de doble embrague ‘DSG’ de seis velocidades. Todo ello da forma a un conjunto redondo que cumple con todas las expectativas.

Motor y prestaciones

El motor TDI de 150 CV del Golf, que también está disponible en otros modelos del Grupo Volkswagen como por ejemplo el último Audi A3, es suave y silencioso. La única excepción se da cuando esta frío al iniciar la marcha, en primera velocidad, momento en el que vibra ligeramente. En ningún caso es algo molesto para el conductor y sus acompañantes.

Este propulsor responde muy bien al acelerador, en cuanto se pisa el pedal se nota que tiene potencia suficiente para mover sin problemas el peso del Golf, tanto en marchas cortas como en las más largas. En éstas, las recuperaciones son rápidas, facilitando aquellas maniobras que precisan de cierta agilidad como por ejemplo los adelantamientos en carreteras de doble sentido.

El motor 2.0 TDI de 150 CV, una evolución del motor 2.0 TDI de 140 CV que llevaba el anterior Golf, emana un bonito sonido por su salida de escape, no tanto como un buen motor de gasolina, cierto, pero lejos ya de aquellos propulsores diesel de antaño que más parecían motores de vehículos industriales.

Este propulsor diesel de 150 CV forma un tándem sobresaliente junto al cambio de doble embrague ‘DSG’ de seis relaciones, gracias a la rápida repuesta en toda circunstancia. Esta transmisión automática, que se puede manejar manualmente mediante las levas que hay tras el volante o dando toques arriba y abajo en la propia palanca del cambio, es suave, rápida y muy agradable de utilizar.

En modo automático, basta pisar el acelerador con decisión para que ella sola reduzca una o varias relaciones y permita al motor entregar la máxima potencia requerida por el conductor. Tanto las reducciones como el paso de una marcha a otra cuando se gana velocidad son transiciones muy suaves, en las que los ocupantes no aprecian que se esté cambiando de marcha.

Todas las versiones de la actual gama Golf tienen un sistema ‘Stop&Start’ que apaga y enciende automáticamente el motor en las detenciones, caso de un semáforo o un stop. Este dispositivo, muy útil en atascos para consumir y contaminar menos, funciona con rapidez y suavidad en la variante 2.0 TDI de 150 CV, aunque no tanto como el que, por ejemplo, monta Peugeot en sus modelos.

Comportamiento

El Golf siempre se ha distinguido por ser uno de los modelos de su tamaño con mejor relación entre agilidad, estabilidad y comodidad. La séptima generación mantiene esta característica.

Es ágil porque cambia de dirección con rapidez si se circula a ritmo alto por carreteras de montaña con muchas curvas, estable porque sigue fielmente la trayectoria que el conductor le marca con el volante y cómodo porque su suspensión aísla bien a los ocupantes del estado del asfalto, al menos con el modo ‘Confort’ de la suspensión adaptativa ‘DCC’ opcional que llevaba nuestra unidad de pruebas.

El sistema ‘DCC’ es parte de un conjunto de dispositivos, englobados bajo el nombre de ‘Driving Profile Selection’, que permite elegir entre cinco programas diferentes de conducción: ‘Confort’, ‘Normal’, ‘Sport’, ‘Eco’ y ‘Personalizado’. En cada uno de ellos, la suspensión, la respuesta del acelerador y del cambio de marchas, la dureza de la dirección y el funcionamiento de dispositivos como el climatizador es diferente.

El programa ‘Confort’ da prioridad a la comodidad, el ‘Normal’ es el más neutro de todo ellos, el ‘Sport’ es el adecuado para una conducción más rápida porque endurece la suspensión y sujeta mejor la carrocería, el ‘Eco’ está enfocado al mínimo consumo de combustible posible y el ‘Personalizado’ permite configurar al gusto el funcionamiento de todos los sistemas.

La principal diferencia entre estos cinco modos de conducción se da en la suspensión, claramente más firme en el modo ‘Sport’. En circunstancias normales, los programas más adecuados para el día a día y para viajes son el ‘Confort’, el ‘Normal’ y el ‘Eco’.

El Golf tiene una dirección muy buena y unos frenos potentes que facilitan las detenciones en pocos metros. A la hora de viajar, se agradece que el compacto de Volkswagen cuente con un habitáculo bien aislado de los ruidos exteriores. Algunos llegan, como es el caso de los producidos por la aerodinámica al rodar, pero están muy lejos de ser molestos para el conductor y sus acompañantes.

Consumo

El Golf 2.0 TDI de 150 CV con cambio ‘DSG’ gasta lo que se espera de un modelo de su tamaño con motor turboalimentado de esa potencia. Esta versión tiene homologa un consumo medio de 4,2 l/100 km —algo menos que la variante con transmisión manual—. En una utilización real, no es difícil realizar viajes largos por autovía a la velocidad legal en España y conseguir consumos de unos 5,5 l/100 km.

En ciudad el gasto de carburante es mayor, lógicamente, pero hay que ser muy poco cuidadoso con el pedal del acelerador para ver en el cuadro de instrumentos consumos superiores a 8,0 l/100 km. El mejor hábitat para lograr el menor gasto de combustible posible son las carreteras de doble sentido y las vías de circunvalación de las grandes ciudades, siempre que no haya atascos, ya que a 90-100 km/h se puede lograr un consumo próximo al homologado.

En la segunda parte de la prueba abordaremos el diseño exterior y analizaremos el habitáculo, detallando el espacio disponible y la calidad de los materiales empleados por Volkswagen para dar forma a uno de sus modelos más icónicos.

Fotos | Jaime Arruz y Equipo de pruebas


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