La aventura de lograr que los ayuntamientos paguen los daños ocasionados por los baches

Fernando Alvarez     17 junio 2010     1 min.
La aventura de lograr que los ayuntamientos paguen los daños ocasionados por los baches

Las calles están infestadas de baches y quienes están encargados de la reparación de las calles, poco hacen por mejorar la situación. Una cuestión tan elemental de hacer más simple el libre traslado de las personas y el mantenimiento de nuestros coches, se agrava cada vez más por la desidia de las autoridades que parecen […]

Las calles están infestadas de baches y quienes están encargados de la reparación de las calles, poco hacen por mejorar la situación. Una cuestión tan elemental de hacer más simple el libre traslado de las personas y el mantenimiento de nuestros coches, se agrava cada vez más por la desidia de las autoridades que parecen no darse cuenta de que en España, muchas de las calles deberían ser transitadas con un todo terreno.

Vamos a ver: si la mayoría de los conductores paga puntualmente sus impuestos y esforzadamente mantiene las reparaciones que se le deben hacer periódicamente a nuestros coches ¿porqué las calles no son reparadas con el mismo celo con que se cobran los impuestos? Y voy más allá ¿deberían obligatoriamente pagar las reparaciones de suspensiones y ruedas de nuestros coches sin necesidad de juicios y largos procesos?

Desafortunadamente, me temo que la última pregunta del párrafo anterior es toda una utopía. A pesar de que se han levantado muchos reclamos para que ciertas reparaciones sean pagadas por los ayuntamientos, pocas llegan a buen término y las que llegan demoran meses y meses, con cantidades a cobrar mucho más bajas que lo que nos costó la reparación; ni más ni menos que lo que se les antoja.

Pero lo que importa no es la manera, sino simplemente que las autoridades hagan lo que tienen que hacer. Tener calles y caminos presentables y que no sean una pista de trial con cada lluvia o nevada que cae en el año. Porque de esas mismas calles y caminos, salen las multas de tráfico que, ésas sí, se cobran sin piedad.

Foto | 20 minutos

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