El Dodge Charger eléctrico 2027 viene de serie con puerto NACS en Estados Unidos

El Dodge Charger Daytona EV de 2027, que ya se puede reservar en Estados Unidos, ha tenido el honor de convertirse en el primer vehículo eléctrico de la marca que incorpora de serie el puerto de carga NACS en Norteamérica. Una característica que le permitirá acceder directamente a más de 25 mil Supercargadores de Tesla en ese mercado, evitando así la necesidad de emplear un adaptador adicional.

El precio de salida del Charger Daytona Scat Pack de dos puertas ha aumentado, eso sí, notablemente respecto al modelo anterior. Ahora parte de los 74.490 dólares (incluyendo gastos de destino), lo que supone 12.500 dólares más de lo que costaba el año pasado. Aquellos clientes interesados en la versión de cuatro puertas deberán abonar 500 dólares adicionales.

Stellantis afirma que incluirá con el vehículo un adaptador de NACS a J1772 para la carga en corriente alterna, pero aquellos que deseen conectarse a puntos de carga rápida CCS1, como los de Electrify America o EVgo, deberán adquirir por separado un adaptador NACS a CCS1.

Potencia no le falta

En lo que respecta a sus especificaciones técnicas, el Scat Pack mantiene el mismo sistema de tracción total con dos propulsores eléctricos que entregan 630 caballos de potencia, con un extra de 40 CV durante 10 segundos al activar el modo PowerShot. También conserva el peculiar Fratzonic Chambered Exhaust, un sistema que genera artificialmente el sonido de un motor V8, junto con modos de conducción especiales como Drift y Donut.

Equipa además un pack de baterías de 94 kWh de capacidad útil, con el que es capaz de recorrer según el fabricante unas 267 millas con una sola carga. Esto es, alrededor de 430 kilómetros. A la hora de realizar una recarga, debemos recordar que dispone de una arquitectura de 400V, siendo posible pasar del 20 al 80 por ciento de carga del pack de baterías en unos 24 minutos.

Desde su lanzamiento en su edición 2024, el Charger Daytona eléctrico ha enfrentado críticas por problemas de calidad de ensamblaje, fallos en el software y, sobre todo, por la ausencia del tradicional motor V8 que tanto caracteriza a los muscle cars de Dodge. Estas cuestiones han provocado ventas discretas y cierta frustración entre los propietarios. Para contrarrestar esta situación, Stellantis introdujo este año una versión con motor de gasolina de seis cilindros, aunque aún no hay datos claros sobre su volumen de ventas.