Peugeot RCZ 2.0 HDi 163 CV, prueba (I)

Diego G. Moreira     19 octubre 2011     3 min.
Peugeot RCZ 2.0 HDi 163 CV, prueba (I)

Hace casi un año nos pusimos al volante del Peugeot RCZ, por aquel entonces probamos el modelo equipado con el motor gasolina 1.6 THP de 156 CV, un motor que nos gustó y en general el coche nos dejó muy buena impresión, pero sin duda la versión más racional era la diesel de 163 CV. […]

Hace casi un año nos pusimos al volante del Peugeot RCZ, por aquel entonces probamos el modelo equipado con el motor gasolina 1.6 THP de 156 CV, un motor que nos gustó y en general el coche nos dejó muy buena impresión, pero sin duda la versión más racional era la diesel de 163 CV.

Entonces intentamos probar precisamente esa versión diesel equipada con el motor de dos litros HDi de 163 CV, y ver hasta que punto es un capricho o por el contrario puede ser un buen coche para el día a día. Pues bien, hoy os traemos las prueba de este Peugeot RCZ diesel de 163 CV.

Motor y prestaciones

La unidad probada equipaba el motor de dos litros HDi capaz de desarrollar una potencia de 163 CV, este es un motor bastante reciente, desarrollado sobre la base del archiconocido dos litros de 140 CV. Lo más destacable de este motor es la entrega de potencia, más que suficiente y contundente para el RCZ, así como los consumos bastante ajustados.

Responde desde 1800-2000 r.p.m., no destaca por ser progresivo pero si por la entrega de potencia, puesto que empuja con fuerza y mueve con mucha soltura al coche. Eso sí, muchas veces deberemos jugar con el cambio para sacarle todo el partido puesto que a bajas vueltas no es su punto fuerte.

En conducción deportiva tenemos un menor rango de uso (2000-4000 vueltas) y es algo más brusco que el motor gasolina, pero a cambio ganamos un ahorro en combustible significativo.

Unido a este motor teníamos una caja de cambios manual de seis relaciones con un tacto que es correcto pero sigue siendo mejorable en cuanto a precisión, y más en un modelo de estas características. Como opción, en el RCZ podemos equipar una palanca de cambios más corta para los amantes de lo deportivo.

Comportamiento

Tras probar dos versiones del Peugeot RCZ, podemos hablar de este apartado con mucha más precisión. Además la versión gasolina también la pudimos probar en circuito y los resultados han sido sobrasalientes en cuanto a estabilidad, paso por curva y agilidad.

Cuenta con un chasis muy bien calibrado, lo que unido a unas suspensiones de corte firme, hacen que el RCZ se comporte de manera excelente en zonas con curvas o en conducción algo más deportiva. Al mismo tiempo en carretera es un vehículo cómodo.

Donde notamos el corte deportivo del modelo es en zonas algo peor asfaltadas, puesto que la suspensión y unas llantas de bajo perfil restan confort al RCZ. Aún así, en nuestro día a día es un coche muy válido y devorador de kilómetros, puesto que el confort en carretera es elevado.

La dirección es bastante dura, algo totalmente racional en un modelo como este y bien ajustada para casi todas las situaciones, sólo en ciudad -cuando tenemos que maniobrar- igual notamos la dureza en exceso, pero por lo demás está acorde al coche.

Y por último tenemos el equipo de frenos, Peugeot en general siempre ha destacado por contar con unos buenos frenos (el Peugeot 308 es uno de los que mejor frenan en su categoría o los famosos y demandados frenos del Peugeot 407 Coupé) y en el caso del RCZ no es una excepción. Los cuatro frenos de disco del coche cumplen de manera notable su función y nos detienen sin problemas y de manera muy efectiva al RCZ.

Consumo

Uno de los argumentos que más nos convenció de esta versión diesel del RCZ es precisamente su consumo, porque tenemos un motor similar en prestaciones y empuje al gasolina, pero con un consumo bastante inferior lo que nos permite una mayor economía de uso.

En autopista durante nuestro recorrido habitual de 1200 km conseguimos un consumo de sólo 5,3 litros a los 100 km. En carretera se conformaba con unos 6 litros a los 100 km y en ciudad la cifra subía hasta los 8 litros a los 100 km, una cifra bastante buena.

Fotos | Diego G. Moreira

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