Llega el calor; toca preparar las vacaciones… y también tu coche: 6 puntos que no debes olvidar

Guillermo Lopez     17 junio 2018     9 min.
Llega el calor; toca preparar las vacaciones… y también tu coche: 6 puntos que no debes olvidar

El calor trae consigo el aroma a vacaciones y es momento de prepararnos para ellas. Y tu coche y sus revisiones debería ser en lo que primero pienses.

Si has descuidado el mantenimiento del mismo, es hora de realizar una buena puesta a punto, sobre todo ahora que los talleres no están colapsados, porque en cuanto llegue el mes de julio todos tendremos prisa por preparar nuestro coche para afrontar con garantías el período del año en el que más disfrutamos de él: las vacaciones de verano.

Garantías de tranquilidad que nos eviten en lo posible imprevistos que nos dejen tirados en la carretera con el coche cargado hasta los topes de familia, amigos y equipaje y nos provoquen una importante avería en la cartera que impida que disfrutemos de nuestros días de ocio como habíamos planeado.

Para muchos, esta será su primera gran revisión desde las vacaciones del año anterior. Es muy probable que, desde entonces, no hayan visitado un taller de nuevo. Razón de más para invertir tiempo y dinero en hacer una buena revisión que ponga nuevamente a nuestro compañero de cuatro ruedas en perfecto orden para el viaje. Y en estos casos, hay una serie de elementos del vehículo que no debes dejar de controlar. Aquí tienes una breve lista con los principales puntos que deberías revisar y verificar su correcto funcionamiento, así como el precio medio para sus reparaciones.

1. Filtros y aceite del motor

Si quieres evitar verdaderos sustos en la carretera, esta es la principal actuación que deberías acometer en la preparación de tu coche. Cambiar el aceite y los filtros de aceite, aire motor, habitáculo y de combustible evitará futuros problemas. El aceite es la vida del motor. Además de controlar que se encuentre en los niveles adecuados, y revisar las posibles pérdidas que se producen en el sistema de lubricación del motor conviene igualmente verificar la calidad del mismo. Lo mejor si vas a viajar después de un año, es que lo cambies por un aceite adecuado. En cuanto a los filtros, su función es la de evitar que las impurezas lleguen a provocar problemas de funcionamiento en el motor y otros elementos mecánicos del coche.

2. Anticongelante y sistema de refrigeración

Que el nombre no te confunda. Di algo puede dejarte helado y tirado en la carretera en pleno mes de agosto y a 40 grados es sin duda este líquido. O, mejor dicho, la ausencia del mismo. El anticongelante es la base del sistema de refrigeración del motor. La estanqueidad del circuito de refrigeración y el adecuado nivel del líquido que en él se contiene son básicos para permitir que tu viaje estas vacaciones no se convierta en un calvario. La principal misión del anticongelante es evitar los tan temidos calentones de la mecánica del coche. Este líquido, que permite que el motor del coche funcione siempre a la temperatura idónea, es el principal responsable de muchas de las habituales averías del verano, esas en las que vemos el coche parado en un arcén con el capó abierto y una familia desesperada y con cara de angustia a su alrededor.

Los 42 euros que de media cuesta reponer el líquido anticongelante y verificar el correcto funcionamiento del sistema de refrigeración, no deben servir de excusas para controlar tanto el nivel del líquido como el buen estado del ventilador, del termostato del sistema y de las distintas correas y manguitos. Recuerda que de poco te servirá entonces una botella de agua en el coche para rellenar el sistema de refrigeración, porque cuando se produce el calentón, el agua que le añadas se perderá irremediablemente por los manguitos reventados del sistema.

La bomba del agua también forma parte del sistema de refrigeración. De su correcto funcionamiento depende todo y es uno de los elementos que más pueden fallar del mismo, de ahí que su mantenimiento también deba ser objeto de atención. Cambiar una bomba que funciona defectuosamente cuesta unos 71 euros de media. La mejor revisión que puedes hacer para su mantenimiento es comprobar que las correas están en buen estado, que la estanqueidad del sistema es total y que el nivel del líquido está en su punto óptimo de llenado.

3. Frenos

Las pastillas, discos y el nivel del líquido de frenos deben ser objeto de atención preferente en nuestra revisión previa al viaje. Las pastillas y los discos están sometidos a fuertes desgastes por el uso. De su estado depende la seguridad y buena parte del comportamiento del coche, de ahí que su revisión sea de carácter obligatorio. Unas pastillas cuestan entre 50 y 70 euros, los discos delanteros unos 105 euros y el líquido de frenos (que debe cambiarse cada dos años) unos 52 euros. Poco dinero si tenemos en cuenta la de vidas que contribuyen a salvar.

El líquido de frenos conviene cambiarlo cada dos años porque el paso del tiempo hace que pierda parte de sus características de viscosidad, lo que afecta al correcto funcionamiento del sistema hidráulico que permite accionar los frenos del coche. Esta operación debe realizarse en un taller, porque aún más peligroso que el líquido haya perdido efectividad es que el rellenado del mismo se efectúe indebidamente y no se haya purgado correctamente el aire del sistema.

Las pastillas y los discos también deben ser reemplazados por un especialista en la materia. Es la mejor manera de evitar males mayores por funcionamientos incorrectos que puedan afectar a la fiabilidad y la calidad de la frenada. El continuo uso que hacemos de los frenos provoca el desgaste de ambos elementos, al igual que las inclemencias del tiempo y el estado de las carreteras por las que circulamos. La errónea alineación de las pastillas, las fuertes frenadas para evitar un accidente y otras situaciones similares provocan desgastes irregulares que anticipan el momento del cambio. Estirar la vida de las pastillas de freno más allá de lo que indican los testigos de las mismas no nos permite ahorrar dinero. Al contrario, provocará daños en los discos que nos forzarán a reemplazarlos antes de tiempo.

El mal estado de pastillas y discos provoca además importantes vibraciones en la dirección del coche que terminan por afectar al confort tanto de conducción como de marcha del vehículo. Vigila y cambia estos elementos con la frecuencia que su estado y tu estilo de conducción imponga. Cada euro que “ahorres” en ellos te acerca más inevitablemente a sufrir un accidente.

4. Amortiguadores

Si por algo se caracterizan los viajes de verano es sin duda por ser los viajes del año en el que el coche viaja más cargado. De ahí la importancia que debes prestar especialmente a estos elementos antes de iniciar el viaje.

Los amortiguadores soportan la carga que lleva el coche, son parte activa del sistema de suspensión del vehículo y responsables máximos de su comportamiento en carretera. De cómo actúen depende igualmente el correcto y preciso funcionamiento de la dirección y permiten absorber las irregularidades del terreno facilitando un mayor confort a bordo durante el viaje.

Indicadores de que los amortiguadores no están en buen estado son la sensación de pérdida de estabilidad del coche en las curvas, el que cuando frenamos el coche se incline en demasía hacia adelante o que al acelerar lo haga en exceso hacia atrás. Los desgastes irregulares de los neumáticos, en especial de los neumáticos delanteros, también delatan su posible malfuncionamiento.

El coste medio del reemplazo de los amortiguadores delanteros es de 201 euros de media, y el de los traseros de unos 130 euros.

5. Neumáticos

No nos cansaremos de repetirlo. Los neumáticos son los únicos elementos del coche que están en contacto con el suelo. Por ello han de ser considerados el principal elemento del coche y su estado y cuidado no puede ni debe obviarse. Ha de ser perfecto. Invertir en neumáticos es invertir en seguridad. No daremos precio, pues la horquilla existente es muy amplia en función de la medida del mismo y de la calidad del compuesto que queramos montar en nuestro coche. Apuesta siempre por un neumático de calidad, de marca reconocida y que ofrezca la información adecuada en la etiqueta homologada.

Por lo general, no utilices neumáticos recauchutados en un turismo. Vigila igualmente que sus flancos se encuentra en correcto estado y que no hay graves defectos. Si aprecias alguno, especialmente en los flancos, cambia inmediatamente de neumático. Monta siempre el mismo tipo de neumático en el mismo eje. A ser posible los cuatro de la misma marca y acorde a las medidas indicadas por el fabricante de tu coche. Comprueba regularmente las presiones y vigila los desgastes irregulares, pues son síntomas claros de posibles malos funcionamientos del vehículo.

Si hay una experiencia que no desearás tener esa es sin duda un reventón de un neumático mientras circulas con tu coche, de ahí que tu control de los mismos deba ser una constante en el mantenimiento y cuidado de tu coche. En verano, recuerda que vas a circular con mayor carga que de costumbre, por lo que regula las presiones de los mismos acorde a los baremos indicados por el fabricante.

6. Limpiaparabrisas y Luces

En verano no suele llover, pero esa no es razón para no comprobar el correcto estado de tus limpias y el nivel del líquido limpiaparabrisas. Fíjate que hemos dicho líquido limpiaparabrisas y no agua. La razón: la composición química de los líquidos limpiaparabrisas facilita el limpiado de los numerosos mosquitos que impactarán contra el parabrisas cuando viajes.

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El mejor de todos: lavarlo. No es tan sencillo como parece, y menos ahora que en el parabrisas se insertan sistemas tan sensibles para tu seguridad como el ADAS

Los insectos y el polvo de la playa harán que utilices tus limpiaparabrisas con igual insistencia que si te lloviera, así que procura igualmente tener en buen estado las escobillas de los limpiaparabrisas. El sol las deteriora con suma facilidad, y una escobilla en mal estado lo único que provocará será un barrido defectuoso del parabrisas, perjudicando notablemente tu visibilidad mientras conduces.

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