Prueba Audi Q5 55 TFSIe quattro Stronic: ¿merece la pena un híbrido enchufable?

Antonio Roncero    @roncero_antonio    5 junio 2020     11 min.
Prueba Audi Q5 55 TFSIe quattro Stronic: ¿merece la pena un híbrido enchufable?

Probamos y analizamos el rendimiento, los consumos y el precio del Audi Q5 TFSIe para ver si merece la pena comprar un híbrido enchufable, con un resultado sorprendente.

Cada vez oyes más hablar de las ventajas de los híbridos enchufables PHEV, pero no terminas de estar convencido de si interesan o no. Está claro que cada caso particular es único, pero para poder dar una respuesta contundente a esta pregunta hay que considerar distintos factores.

Entre ellos, el modelo del que se trata y su precio comparado con el resto de versiones de la gama, la necesidad actual –o la que pueda tener en el futuro– el comprador de disfrutar de las ventajas de la etiqueta CERO emisiones de la DGT, el tipo de utilización que se va a hacer del vehículo, la disponibilidad de un enchufe para la recarga…

Nosotros hemos convivido una semana con un Audi Q5 TFSIe quattro Stronic, y te vamos a contar la experiencia. Pero para un primer análisis no hace falta ni haber conducido el coche.

Un híbrido enchufable que interesa… ¡aunque no tengas enchufe!

Ojo, porque si piensas en un SUV como el Audi Q5 y vas a dirigir tus miradas a las versiones más potentes y equipadas, el híbrido enchufable TFSIe interesa… aunque no tengas dónde enchufarlo en casa. La explicación es muy sencilla: al estar exento del impuesto de matriculación por su bajo nivel de emisiones homologadas en el ciclo WLTP, el precio del Audi Q5 TFSIe quattro S tronic es incluso inferior a la de las versiones que podemos considerar equivalentes. Vamos a verlo.

El Q5 TFSIe cuesta menos incluso que el 45 TFSi, que no es híbrido y tiene etiqueta ECO en vez de CERO

Audi ofrece dos versiones de potencia del Q5 PHEV, el 50 TFSIe con 299 CV, y el 55 TFSIe con 367 CV. Ambas utilizan un sistema híbrido con el magnífico 2.0 TFSI de gasolina con 252 CV como motor de combustión. Y se apoyan en un motor eléctrico de 143 CV y en una batería de 14,1 kWh de capacidad. La diferencia de potencia de sistema viene determinada por la gestión del sistema híbrido; además, Audi diferencia ambas versiones al combinar la menos potente con el acabado Advanced, y la más potente con el S line, de orientación más deportiva.

Audi Q5 Tfsie 33

Y ahora viene lo bueno. El Audi Q5 50 TFSIe quattro S tronic Advanced tiene un precio de 59.910 euros, mientras que el Audi Q5 45 TFSI quattro S tronic con el mismo acabado cuesta… 62.170 euros. Sí, estás leyendo bien: el híbrido enchufable, que tiene mucha más tecnología, sale por 2.260 euros menos. Aun suponiendo que no puedas recargar la batería a diario en un enchufe, compensa.

En ese caso no podrás utilizarlo a diario para recorridos cortos en modo eléctrico –sí podrías hacerlo en postes de recarga públicos–, pero el Q5 TFSIe funcionará como un híbrido autorecargable. Además, tienes más potencia disponible que el 45 TFSI (con el que comparte motor de combustión) y, lo más importante, etiqueta CERO en vez de la etiqueta ECO del 45 TFSI, que lleva tecnología Mild-Hybrid.

Piensa en la importancia de la etiqueta CERO no solo como una inversión de presente, con todas las ventajas que conlleva. También de futuro. Por ejemplo, a la hora de una posible venta del coche, se cotizará más un “CERO” que un ECO. Y las restricciones en las grandes ciudades cada vez van a ser mayores.

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Si nos vamos al Q5 55 TFSIe S line, sucede más o menos lo mismo. Cuesta 66.200 euros. Lo más cercano por potencia sería un 50 TDI quattro, con 286 CV, que con acabado S line se va hasta los 72.730 euros. El 45 TFSI S line apenas cuesta 1.300 euros menos que el potente TFSIe, con 367 CV.

¿Qué pierdes eligiendo el TFSIe? Pues unos 150 litros de capacidad de maletero, al integrar la batería del sistema híbrido enchufable bajo el piso.

Como un coche eléctrico en ciudad, un SUV deportivo en carretera

Hasta aquí la teoría. Pero… ¿qué nos dice la práctica? Pues que los híbridos enchufables tienen presente… y mucho futuro. Sobre todo mientras no cambie la normativa actual y les acabe afectando la forma de adjudicar las etiquetas medioambientales.

Nosotros hemos probado el Q5 híbrido enchufable más potente, la versión 55 TFSIe de 367 CV. Y nos ha encantado.

Vaya por delante que el 50 TFSIe también es una magnífica opción. Solo notarás diferencia a la hora de demandar lo máximo del sistema de propulsión, donde el más potente saca a relucir la potencia máxima y permite parar el crono en 5,3 segundos en el 0-100 km/h, frente a los 6,1 segundos del 50 TFSIe. Pero para una utilización cotidiana te será difícil distinguir cuál de los dos conduces. Tampoco hay diferencia en la autonomía en modo eléctrico, y anuncian prácticamente el mismo consumo. Los dos alcanzan una punta de 239 km/h.

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Audi anuncia una autonomía WLTP de 45 kilómetros utilizando utilizando únicamente energía eléctrica si sales de casa o del trabajo “con las pilas cargadas”. Nosotros lo hicimos cada día. Poniendo el coche a cargar por la noche en un enchufe doméstico da más que de sobra para recuperar toda la carga de la batería; en realidad, lo hace en unas seis horas. No necesitarías, por lo tanto, instalar un Wallbox, prácticamente imprescindible si se tratase de un coche cien por cien eléctrico. Aunque siempre es recomendable.

En mi caso, el recorrido habitual hasta la oficina tiene 40 km, sin llegar a pisar el centro de la ciudad. Siempre por autopista o vías de circunvalación. En estas condiciones, para realizar el recorrido de ida en modo completamente eléctrico hay que practicar una conducción muy eficiente; pero es totalmente factible conseguirlo. Lo mejor, en nuestro caso, es dejar hacer al modo híbrido, y forzar el modo eléctrico tanto durante la salida de la población al iniciar el recorrido como al llegar al destino.

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El funcionamiento en modo eléctrico es… como el de un coche eléctrico, con la limitación de la velocidad máxima a unos 135 km/h, y con la salvedad de que si pisas el acelerador más allá de un cierto nivel, entra en acción el modo híbrido. Pero en la mayoría de las situaciones de conducción te da para ir con el tráfico sin problemas, disfrutando de una gran suavidad y una capacidad de recuperación destacables.

A la hora de pisar la ciudad o en situaciones de tráfico congestionado es donde el Q5 TFSIe te saca la mejor sonrisa, si has tenido la precaución de reservar la carga de la batería. Para eso está el modo “Battery Hold”, aunque tampoco es necesario que lo utilices si sencillamente te limitas a funcionar en modo híbrido y no abusas del modo EV donde menos eficiente es hacerlo: en autopista o en vías rápidas.

Audi Q5 TFSIe: cómodo, práctico, eficiente y rápido

No hay que tenerle “respeto” a toda la tecnología embarcada en el Q5 TFSIe: a efectos prácticos se conduce como un Q5 automático. En la mayoría de las frenadas suaves no son las pastillas las que “muerden” los discos de freno, sino que la deceleración se produce a través del sistema de frenada regenerativa. Pero el tacto del pedal es muy bueno, y apenas se percibe la transición cuando entran en acción los frenos hidráulicos.

Audi Q5 Tfsi E

Tampoco hay que prestar mucha atención no obsesionarse con los gráficos del sistema de gestión de la energía, que puedes consultar tanto en la pantalla multimedia como en la magnífica instrumentación Audi virtual cockpit. Lo mejor es dejar al coche hacer, y que la gestión electrónica se encargue de todo. Como mucho, interesa intervenir para elegir el modo EV si quieres forzar la marcha solo con el motor eléctrico. O seleccionar el programa del Audi drive select que te interese en cada momento: más confortable, más dinámico, más orientado a la eficiencia… Igual que se hace en cualquier otro Audi, aunque no sea híbrido.

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Una función destacable es asistente predictivo de eficiencia. Utiliza los datos de la ruta del navegador y la información que recogen el sensor de radar y la cámara de vídeo, para anticiparse a la hora de gestionar el sistema híbrido. Incluso manda señales al conductor a través de la instrumentación o del pedal del acelerador, por ejemplo, para que levante el pie derecho y no acelerar más de lo necesario si vas a tener que frenar y se puede aprovechar la inercia.

Es más, si llevas el modo “auto” o “efficiency” seleccionado en el Audi drive select, es capaz incluso de apagar el motor por completo durante unos segundos para avanzar por inercia sin gastar energía, más allá de la electricidad necesaria para los sistemas de a bordo.

Llegados hasta aquí, puedo confirmaros que el Audi Q5 55 TFSIe corre mucho y gasta muy poco. Pero ni esperes que ofrezca las sensaciones deportivas de un coche de casi 370 CV… ni te creas los 2,3 l/100 km de consumo medio que homologa.

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Como te he contado, es posible recorrer casi 40 km en modo eléctrico… y realizar el mismo trayecto de vuelta ya sin energía eléctrica suficiente para funcionar sólo en modo EV. En estos 40 km de vuelta no bajarás de 8,5 l/00 km en el ordenador de viaje. Si haces el cálculo, resulta que te estás moviendo a diario en un consumo medio de combustible de alrededor de 5 l/100 km, que no es la cifra homologada… pero no está nada mal para un coche con 367 CV y el tamaño y peso –más de 2.000 kg– del Q5.

A esa cifra hay que añadir, claro está, la energía eléctrica que has recargado para poder realizar los 40 km, que no es precisamente gratis. Pero las cuentas salen. Y más si tu recorrido diario no supera esos 40-45 km entre la ida y la vuelta… o si puedes enchufarlo tanto en casa como en el trabajo.

¿Y si no tengo enchufe?

Pues piensa en un coche que funciona como un híbrido no enchufable y en un consumo medio que se moverá en torno a los 9 l/100 km… siempre que no decidas sacar a relucir toda la caballería. Si lo haces, verás que el Q5 55 TFSIe corre mucho y bien. Y que el peso extra del sistema híbrido no es un lastre. Insisto, no es un deportivo, pero en modo “dynamic” y si conduces sin preocuparte del consumo, te sorprenderá tanto por las prestaciones como por la facilidad con la que las suspensiones y la tracción quattro gestionan la transmisión de la potencia al asfalto.

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También puedes seguir la marcha si decides explorar fuera de la carretera. Para ello cuentas con el control de descenso de pendientes, con un modo de conducción “off-road” y con la posibilidad de elevar la altura de la carrocería si has equipado la suspensión adaptativa opcional. Pero aquí sí se nota que este Q5 no es como los otros. Y no porque no esté preparado, sencillamente el peso invita a circular con más precaución y a baja velocidad en zonas muy rotas, para que no se produzcan molestas sacudidas al hacer trabajar en exceso a la suspensión.

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Por lo demás, el Audi Q5 TFSIe destaca por una soberbia calidad de realización. Y también por una ergonomía que facilita enormemente el manejo. Incluso me atrevo a decir que me parece más fácil, seguro e intuitivo de utilizar el “antiguo” sistema MMI con el botón giratorio en la consola central que todavía conserva esta generación del Q5 (es de los pocos Audi que queda por “digitalizar”) que el MMI touch multipantalla que elimina cada vez más botones y deja todo a cargo de las pantallas táctiles, y que Audi está implantando progresivamente en toda su gama, desde que lo lanzó en el Audi A8.

En el apartado práctico, apenas encontrarás más diferencias en confort, facilidad de uso o espacio interior respecto a un Q5 no enchufable, más allá de la la mencionada merma en la capacidad del maletero, a lo que hay que añadir lo que ocupa la bolsa destinada a guardar el cable.

Galería de imágenes Audi Q5 55 TFSIe quattro S tronic


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