Prueba SEAT Ateca 2.0 TDI 150 4Drive, polivalente español

Daniel Valdivielso    @valdi92    30 agosto 2017     10 min.
Prueba SEAT Ateca 2.0 TDI 150 4Drive, polivalente español

Al Ateca, el primer SUV de SEAT le han hecho falta apenas unos meses para convertirse en una de las referencias. Hoy lo analizamos en nuestra sección de pruebas

Esta semana en la sección de pruebas de Highmotor tenemos a un auténtico coche para todo, uno de esos modelos que llega para convencer a propios y extraños.

Hablamos del Ateca de SEAT, el primer SUV de la marca española, que pese a llevar pocos meses en el mercado, se ha convertido en uno de los puntales de la marca.

Diseño exterior

El Ateca es un modelo que se puede identificar rápidamente, sin duda, como un SEAT de última hornada. Lejos quedaron aquellos años en los que todos los SEAT ofrecían un diseño redondeado -en algunas ocasiones demasiado redondeado- con líneas poco definidas y trazos faltos de rotundidad.

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La nueva generación de modelos de la marca española disfruta de un diseño mucho más elaborado, en el que los vértices y las aristas, con unos trazos más marcados, son parte fundamental de los mismos. El Ateca no es una excepción, y recoge las tendencias de modelos como el León para ofrecer una imagen muy atractiva.

Es cierto, la apariencia externa del Ateca nos puede recordar a un León de cinco puertas sobrellevado. Esto no es necesariamente malo, ya que el actual León es, posiblemente, uno de los mejores productos de SEAT de los últimos 20 años. El frontal del Ateca destaca por unos grupos ópticos angulosos, que concuerdan a la perfección con una parrilla de moderado tamaño.

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En la parte inferior contamos con un paragolpes rematado en protecciones plásticas sin pintar que, combinadas con unas molduras decorativas plateadas, refuerzan la imagen offroad del conjunto. No falta la gran abertura central de refrigeración, así como las ópticas antiniebla, encastradas en sendas molduras laterales de nuevo con formas cuadrangulares.

La vista lateral del Ateca se podría calificar sin temor a equivocarse como equilibrada. No destaca en nada, pero tampoco veremos ningún elemento que se «nos salga de ojo». La superficie acristalada es suficiente, y está rematada, en nuestra versión, con listones cromados que realzan la sensación de calidad.

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Apenas encontramos dos líneas de tensión en la carrocería, una justo por debajo de los tiradores de las puertas, que la recorre de faro a piloto, y otra en la parte inferior de las puertas, que intenta simular un incremento en la anchura del conjunto. Los pasos de rueda y los bajos están de nuevo rematados en plástico negro, acogiendo de forma muy equilibrada las llantas de nuestra versión, de 19″. En la parte superior, sendas barras de techo mejoran la imagen del conjunto.

En la parte trasera del Ateca nos volvemos a encontrar con un diseño que a todas luces nos resulta familiar, con un portón de grandes dimensiones y unos grupos ópticos similares a los del León. Dependiendo de la versión, el portón puede contar con apertura eléctrica y sistema manos libres, así como tecnología LED para los pilotos.

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El conjunto se remata con un paragolpes muy bien integrado, que incluye de nuevo una gran moldura negra que, en su interior, acoge otra plateada. Este modelo cuenta además con dos salidas de escape redondeadas en el lateral izquierdo, salidas que en contra de la tendencia del segmento, son plenamente funcionales.

Diseño interior

El interior del Ateca es, esta vez sí, prácticamente calcado al que encontramos en un SEAT León 2017 como el que probamos hace unos meses. El diseño es el mismo, con un salpicadero ligeramente orientado hacia el conductor y una buena ergonomía de uso, encontrando todos los botones y actuadores sin ningún problema.

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La calidad de realización es notable, aunque algunos revestimientos no están a la altura del conjunto. Hablamos, por ejemplo, las fijaciones de la consola central, que en la parte trasera deja tornillos a la vista, o los paneles de las puertas traseras, construidos enteramente en plástico duro a excepción de un pequeño panel lateral textil.

Por lo demás, nos encontramos con un interior típico de SEAT, con una buena realización sobre todo en términos visuales. Los materiales que tocamos el 90% del tiempo tienen un buen tacto y están acolchados y suavizados, mientras que los materiales del 10% restante dejan algo que desear.

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Una vez sentados en el puesto del conductor, es muy fácil encontrar una posición cómoda, haciendo muy fácil el acostumbrarse a una utilización diaria. La instrumentación cuenta con dos grandes relojes analógicos, dos indicadores mediante bloques digitales y una pantalla central con un ordenador de abordo muy completo.

El sistema multimedia cuenta con un software muy potente y una pantalla bien situada y de generoso tamaño, lo que hace que su utilización sea fácil y rápida. El bloque de mandos de climatización es exactamente el mismo que el del SEAT León, y bajo él, un generoso hueco portaobjetos con revestimiento gomoso, dos entradas USB y, en nuestra unidad, dispositivo para carga inalámbrica.

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Bien equipado y sin grandes fisuras, el Ateca es un producto redondo
Los asientos de nuestra unidad, tapizados en una mezcla de cuero negro y alcántara marrón, están muy bien realizados y resultan cómodos en todo momento. Además, su tapicería va a juego con el resto de decoración del interior, que destaca por las molduras decorativas marrones y la tapicería negra para techo y pilares.

Dependiendo de la línea de acabado escogida, la dotación puede ser bastante extensa. Nuestra unidad equipaba, entre otros elementos, sistemas como el arranque sin llave, con un botón situado al lado de la palanca de cambios, que simula un latido para invitarnos a arrancar, o un sistema de iluminación ambiental en las puertas huecos para los pies delanteros.

El espacio a bordo es muy amplio, con unas plazas delanteras que no flaquean en ninguna medición, y una segunda fila amplia y cómoda para viajar, sobre todo en términos de altura al techo. No obstante, echamos en falta algunas concesiones al confort y a la practicidad como la banqueta deslizante, presente en otros modelos como su primo hermano el Skoda Karoq.

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El maletero disfruta de una capacidad de 510 litros en las versiones de tracción delantera y de 485 litros en el caso de las unidades con tracción integral, aunque esta capacidad se puede multiplicar si plegamos los respaldos de la segunda fila de asientos, maniobra que se realiza sin complicaciones mediante dos tiradores dispuestos para tal fin en los laterales del maletero.

Dinámica de conducción y vida a bordo

Hora de ponernos en marcha. Nada más arrancar, el Ateca nos «obsequia» con una notable sonoridad en frío, acompañada de unas vibraciones que se filtran de manera notable dentro de habitáculo, sobre todo en lugares como la palanca de cambios o los pedales. Esta característica está mejor rematada en otros modelos como el VW Tiguan o el Mazda CX-5.

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«Nuestro» Ateca monta uno de los propulsores más equilibrados de la gama, un 2.0 TDI de 150 CV y 340 NM desde 1.750 rpm, asociado en este caso a una caja de cambios manual de 6 relaciones que transmite la potencia al suelo a través de un sistema de tracción integral conectable mediante un embrague Haldex.

Con esta combinación de potencia y transmisión, el Ateca es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 196 km/h. Los consumos homologados son de 5.9 litros/100 km en ciclo urbano, 4.7 litros/100 km en ciclo extraurbano y 5.1 litros/100 km en ciclo mixto.

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En cuarto a la parte ciclo, el Ateca se construye sobre la plataforma modular para motores transversales de Volkswagen MQB, una plataforma ampliamente utilizada por el grupo alemán en la mayoría de sus marcas, presente en modelos como el Skoda Superb, el VW Golf o el Audi Q2.

En la parte delantera encontramos las tradicionales columnas McPherson, mientras que en el eje posterior contamos con un sistema independiente multibrazo en las versiones de tracción integral y un eje rígido en las variantes con tracción delantera. El equipo de frenos está compuesto por discos ventilados en el eje delantero y discos macizos en la parte trasera.

Una vez en marcha, el Ateca se postula como un SUV muy agradable de conducir, con una dinámica bien puesta a punto para ofrecer una conducción extremadamente similar a la de un turismo. El Ateca se muestra cómodo en asfaltos en buen estado, aunque algo firme en calzadas más rotas, algo en lo que también intervienen las grandes llantas de 19″ de nuestra unidad, que devuelven una respuesta algo seca en determinadas situaciones.

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El Ateca ofrece una dinámica muy similar a la de un turismo
La insonorización es correcta, aunque peor que la de otros modelos como un Mazda CX-5 o, también, su hermano el León, que disfruta de un mejor aislamiento tanto a nivel mecánico como aerodinámico. La dirección, con asistencia eléctrica, es precisa y su nivel de asistencia es correcto.

El Ateca 4Drive ofrece un sistema de modos de conducción con diferentes perfiles, desde ECO hasta Sport, pasando por un modo Nieve o un modo Offroad, que incluye un asistente de descenso para afrontar pendientes con seguridad. Fuera del asfalto, el Ateca no está preparado para circular por terrenos muy agrestes, aunque el sistema de tracción integral ofrece un plus de seguridad en condiciones meteorológicas adversas.

A nivel de consumos, el Ateca necesita, en una utilización mixta normal, una media de 7 litros/100 km. En utilización plenamente urbana, el Ateca demanda normalmente unos 8 litros/100 km, que descienden hasta unos 5.5-6 litros en vías rápidas, todo ello con una autonomía media de unos 800 km por depósito.

Gama y versiones, ¿cuánto cuesta la unidad que ves?

SEAT ha tenido a bien ofrecer una amplia gama tanto de motores como de acabados para el Ateca. Esto nos permite configurar un Ateca a nuestro gusto, con motores de gasolina de 115 CV (1.0 TSI), 150 CV (1.4 TSI ACT) y 190 CV (2.0 TSI), y diésel 1.6 TDI (115 CV) y 2.0 TDI de 150 y 190 CV. No faltan las transmisiones tanto manuales de 6 velocidades como automáticas DSG de 6 y 7 relaciones.

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En cuanto a los acabados, son nada más y nada menos que seis las variantes disponibles. Desde el de acceso, denominado Reference, hasta los más equilibrados Style o Style Plus. Si queremos el máximo equipamiento podremos optar por los Xcellence y Xcellence Plus, y si preferimos la deportividad, por el recién estrenado FR.

Nuestra unidad tiene un precio de partida de 33.230€ en el acabado Xcellence. Esta línea de equipamiento, una de las más completas, incluye elementos como los faros Full LED, el climatizador bizona, el control de crucero, el asistente de seguridad Front Assist o la iluminación interior LED con luces ambientales de colores.

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Además, nuestra unidad incluía, dentro del equipamiento opcional, el sistema de Navegación Plus (1.408€), las llantas de 19″ Exclusive Machined (821€) y la alarma antirrobo (321€). En total, nuestra unidad rozaba los 36.000€, un precio algo alto pero que da acceso a uno de los SUV más completos del mercado.


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