Prueba SEAT Ateca 2.0 TDI 150 CV 4Drive DSG, cumplidor fuera del asfalto

Diego G. Moreira     16 diciembre 2020     5 min.
Prueba SEAT Ateca 2.0 TDI 150 CV 4Drive DSG, cumplidor fuera del asfalto

Analizamos a fondo la versión 4×4 del SEAT Ateca, un SUV que en su versión 4Drive tiene mucho que ofrecer.

El SEAT Ateca es uno de esos SUV que son todo un éxito en ventas, gracias en parte a un espacioso interior y a su estética todocamino que cada día gana más adeptos. En su momento probamos una versión más racional, 4×2, que nos dejó muy buen sabor de boca.

Y ahora hemos querido comprobar si merece la pena su variante con tracción 4×4, denominada 4Drive, y si sus aptitudes fuera del asfalto están a la altura de lo que se puede esperar. Para ello hemos probado esta versión con motor diesel 2.0 TDI de 150 CV con tracción total y caja de cambios DSG de siete relaciones.

Diseño: pragmatismo SEAT

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Como ya he mencionado, el Ateca no es un desconocido para nuestro equipo de pruebas, de echo ya hemos probado otra versión con tracción delantera, con lo cual en este apartado me voy centrar en aspectos concretos de nuestra unidad con un llamativo acabado FR (además del rojo típico FR exterior).

A nivel exterior, además de por los tintes deportivos, destaca por su generosa altura libre del suelo, lo que nos permite poder pasar con cierta soltura por zonas complicadas. A eso tenemos que sumarle unos neumáticos con bastante perfil (que le restan eficacia en carretera pero son muy recomendables fuera del asfalto) con unas medidas 225/50 R18.

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Por dentro el SEAT Ateca es un coche amplio, con acabados correctos y materiales que cumplen con lo que se espera del segmento. Destaca por amplitud y por comodidad al volante, con una postura de conducción muy vertical (a la que tardas en acostumbrarte) y lleno de huecos y detalles prácticos para dejar nuestras cosas (hueco específico para el móvil, tomas de carga USB traseras, guanteras amplias…).

Al volante: 2.0 TDI 150 CV

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La gama 4×4 del Seat Ateca está disponible con dos variantes diesel: 150 y 190 CV, ambas con la base del mismo propulsor. Es verdad que la versión de 150 CV se queda en un interesante punto medio, pero si queremos tenerlo todo es mejor optar por el motor de 190 CV que apenas se notará en consumo y sí lo notaremos en prestaciones.

El motor cumple su cometido para los que buscan un coche que responda, no es deportivo ni lo pretende, pero sí que nos permite circular de forma ágil en cualquier tipo de carretera, eso sí, para tener un plus de potencia es recomendable el 190 CV.

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El binominio de motor y caja de cambios es muy confortable, el motor tiene algo de rumorosidad pero dentro del habitáculo está bien insonorizado y apenas se nota el ruido, mientras que la caja DSG de doble embrague es rápida y cómoda, con un funcionamiento impecable.

En carretera tiene un rodar cómodo, confortable, aunque se notan ciertas inercias que ni su suspensión FR es capaz de mitigar del todo, eso sí, es normal por sus medidas. La comodidad se nota especialmente en autovía o carretera, donde devora kilómetros sin que apenas se note.

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El consumo ronda los 7 litros a los 100 km en carretera, subiendo hasta un poco más de 7,4 litros a los 100 km en autovía, y marcando un mixto con recorrido urbano que asciende hasta los 8 litros a los 100 km. Cifras razonables si tenemos en cuenta la tracción, tamaño, motor y demás. Si circulamos en carretera y somos cuidadosos con el pedal, podemos llegar a bajar las cifras de consumo a 6,5 litros a los 100 km.

¿Merece la pena un SEAT Ateca 4×4?

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La clave de nuestra prueba era analizar las prestaciones fuera del asfalto de este Ateca y ver si puede ser interesante para los que tienen dudas entre la versión 4×2 y la 4×4. El sistema de tracción usado por SEAT, denominado 4Drive, distribuye la fuerza entre las ruedas del vehículo dependiendo de las condiciones de adherencia de cada rueda, del ángulo de giro del volante y de las condiciones del terreno, gestionando automáticamente qué rueda recibe más fuerza y llegando a un reparto 50-50 si es necesario, todo ello, mediante un sistema Haldex controlado electrónicamente.

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Desde un mando situado en el tren central podemos seleccionar entre varios modos de conducción: ECO, Normal, Sport, Individual, Offroad y Snow. Estos modos actúan sobre el sistema de tracción, caja de cambios, pedal de acelerador y volante.

La primera prueba de fuego que nos tocó pasar con el Ateca 4Drive fue una ruta de monte llena de roderas y con barro muy húmedo, donde poner a prueba la tracción. Ahí nos sorprendió muy positivamente, saliendo de la situación sin problemas y con una gestión de la tracción que nos permitió avanzar sin enterrarnos más o sin sobresaltos (muchos SUV con tracción total no pasarían).

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Al conectar el modo Offroad, en caso pendiente descendiente, se activa de forma automática el control de descenso, que retiene de forma sobresaliente el coche (eso sí, a costa de los frenos). Avanzando en una subida de cortafuegos, con roderas, piedras, firme irregular, nos volvió a sorprender por su capacidad de tracción, avanzando lentamente por zonas donde otros se quedan atascados por una mala gestión de la tracción, eso sí, estamos limitados por su altura.

En definitiva, su sistema de tracción total pasa nuestra prueba con nota. Es uno de los SUV con mejor tracción del mercado y eso puede ser un punto a su favor si vamos a usarlo en nieve o zonas con adherencia complicada, zonas donde este SEAT Ateca responderá sin problema, eso sí, su altura libre del suelo nos recuerda que no es un todoterrreno al uso.


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