Škoda Superb Combi 2.0 TDI 170 DSG, prueba (parte II)

Diego G. Moreira     4 enero 2011     5 min.
Škoda Superb Combi 2.0 TDI 170 DSG, prueba (parte II)

Seguimos con la prueba del Škoda Superb Combi equipado con el motor diesel de dos litros y 170 CV, pero sin duda el mejor complemento de este motor es el cambio automático de doble embrague DSG de seis velocidades. En esta segunda parte nos centraremos en el diseño exterior, habitabilidad interior, puesto de conducción y […]

Seguimos con la prueba del Škoda Superb Combi equipado con el motor diesel de dos litros y 170 CV, pero sin duda el mejor complemento de este motor es el cambio automático de doble embrague DSG de seis velocidades. En esta segunda parte nos centraremos en el diseño exterior, habitabilidad interior, puesto de conducción y demás.

Pero si quieres saber como va el Superb Combi con este motor TDI o cual es su comportamiento, puedes ver la primera parte de la prueba donde precisamente tratamos esos aspectos. En general nos ha parecido un motor interesante para este Superb Combi y que cuenta con el plus de comodidad del cambio DSG que destaca por su buen funcionamiento.

Diseño exterior

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Atrás queda el anterior Superb que no era más que un Passat de anterior generación remarcado (al igual que actualmente ocurre con el Seat Exeo y el Audi A4), pero como decía atrás quedan esos tiempos donde el Superb no despuntaba por diseño precisamente. Pero con la llegada de la nueva generación en 2008 (si mal no recuerdo lo pudimos ver en el Salón de Ginebra de ese mismo año) el diseño cambiaba radicalmente con un estilo propio y con alguna que otra novedad para la versión berlina.

El frontal del Combi es idéntico al de la berlina y cuenta con un diseño bastante elegante, más personal y a la altura de una berlina de representación. Precisamente un detalle que ya empieza a ser símbolo de la casa, es la incursión del nombre (Superb) en los laterales de los faros delanteros, que en nuestra unidad eran bi-xenón, direccionables y con función de iluminación en curva.

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La iluminación de los faros era muy buena y como de costumbre los puse a prueba por mi recorrido habitual de pruebas, en una zona con bastantes curvas y en la que no existe iluminación pública, y me gustó como además de los faros direccionables también se encendían los antiniebla para completar la iluminación.

Dejando atrás el frontal, nos encontramos una zaga típica de vehículo familiar. En el caso de la berlina tendría que hablar del sistema que permite ser cinco o cuatro puertas, pero como nos hemos puesto al volante del Combi (intentaré traeros la berlina) pues nos encontramos una zaga bastante conservadora en lo que a diseño se refiere.

Diseño interior

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Cuando pasamos al interior del Superb Combi quizás la característica que mejor lo defina sea espacio, porque por este precio hay muy pocos vehículos que ofrezcan este espacio tanto en las plazas traseras, como en el maletero (el punto fuerte de la versión Combi). Pero empezando por delante nos encontramos un puesto de conducción correcto, sin demasiados alardes diseño pero en la línea típica del Grupo VAG.

En la parte central tenemos el navegador táctil que funciona muy bien y es bastante intuitivo, es un sistema que comparte con otros modelos del grupo, y justo debajo tenemos el climatizador que también es compartido y lo usan los demás modelos.

Los materiales son correctos, no tienen la calidad de una berlina premium, pero se acercan bastante. Los plásticos no tienen un tacto duro ni son desagradables visualmente, sólo en algunas zonas nos encontramos algunos materiales que podrían ser mejorables y el aspecto general es bastante sobrio.

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Los asientos delanteros recogen muy bien el cuerpo y tienen un tamaño considerable, en nuestra versión de pruebas eran de cuero, con reglaje eléctrico, confortables y la postura de conducción era correcta. Pero sin duda donde más disfrutas a bordo del Superb Combi es en las plazas traseras, el espacio para las piernas es bastante grande (similar a un Peugeot 607), también tenemos suficiente espacio para la cabeza y eso se traduce en unas plaza traseras confortables para viajar.

Como anecdota, durante la presidencia de turno de la República Checa de la UE, fue elegido el Superb con motor 1.9 TDI como vehículo oficial mientras duró la presidencia, y sin duda no tiene nada que envidiar en espacio trasero al resto de berlinas más caras (o mejor dicho, bastante más caras) que nuestra clase política acostumbra a escoger.

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Los pasajeros de los asientos traseros cuentan con asientos calefactables, salidas de aire y una pantalla que les indica la hora y la temperatura exterior, un detalle enfocado precisamente al transporte de personas en sus cómodas plazas traseras.

Maletero y huecos

En el apartado de huecos viene bastante completo y podemos dejar nuestras cosas en la consola central en varios huecos, o en las guanteras de las puertas, además cuenta con una guantera bastante generosa. Pero el maletero -eléctrico- es su punto fuerte porque esta versión Combi tiene una capacidad de 633 litros, con una anchura mínima de un metro (101 cm), junto a esta notable capacidad de carga tenemos la opción de equipar varios accesorios para organizar la carga. Gracias a dos rieles longitudinales podemos situar una barra articulada o una cinta enrollable, así como las típicas argollas o ganchos para sujetar lo que necesitemos.

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En la última parte de la prueba nos centraremos en el equipamiento de serie del Škoda Superb Combi, de los precios y como es costumbre, de nuestra valoración general del modelo.

Fotos | Diego G. Moreira

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