¿Anteponer las prestaciones a la fiabilidad o la fiabilidad de un coche clásico a las prestaciones ?

Hacía varios meses que no me paraba por un sitio que me gusta mucho y al cual dedico bastante tiempo cuando me acuerdo de darle una visita. El sitio es Piel de Toro, uno de los lugares de la red obligados si vas a leer algo de coches clásicos.

El caso es que me llamó la atención el mensaje de un usuario que hablaba de su Mercedes-Benz 200D W110 de 1965 y que prefería anteponer la fiabilidad a las prestaciones y lo antiguo por sobre lo nuevo. Es decir, un debate en el que seguramente muchos habéis caído alguna vez ¿En general eran mejores lo coches de antes o son mejor los de ahora? Lo que este usuario de P de T ha escrito, es lo siguiente:

Cuando saqué el carné, no quise un coche moderno que anteponga las prestaciones a la fiabilidad, sino un clásico que anteponía la fiabilidad a las prestaciones; que pudiera llegar al millón de kilómetros en vez de rendir el alma antes de los doscientos mil; que no estuviera pensado para romperse pasado un tiempo con setenta y seis mil piezas de media; que me permitiera CONDUCIR en lugar de tratarme como si fuera inútil; y que fuera seguro estando hecho de metal, que relativamente seguro hecho de plástico y fibra. Y me compré un Colas diesel. Desde entonces, es mi único coche, fiable, seguro, espacioso, pleno de personalidad y sabor a diferencia de la sosa insipidez y falta de alma actuales. Da lo mismo que lo arranques todos los días que después de meses; siempre arranca a la primera. Cuando uno tiene un coche de estos comprende lo mucho que el marketing nos está tomando el pelo en una época en la que hasta los faros son de muy mal plástico. Por esta y por muchas razones más, desprecio los coches nuevos, que jamás conduciré. Ahora se las dan de económicos cuando el mío consume 8,1 litros de gasoil a los 100, y luego se gastan en averias de caudalímetros, sondas y válvulas EGR más de lo que se ahorran en carburante. Desde aquí, ánimo y a restaurar clásicos; cada euro que invirtáis en ellos os lo devolverán tres veces en satisfacciones y en momentos difíciles de olvidar.

He resaltado en negritas lo que creo que es importante para todos aquellos a los que nos gustan los clásicos. Vamos, que yo sé que el Mercedes 200D de aquellos años es un cochazo y todavía ensueño de muchos. Pero no sé si realmente sea para tanto, considerando que para ir de paseo está bien; pero ni se te ocurra acelerar fuerte, ni exigir a los frenos un poco, ni intentar entrar en una curva un poco pasado.

Claro, eran otros coches, que no fueron creados para ir a Le Mans. Y eran otras épocas. Y tal vez ahora algunas marcas efectivamente no están tomando el pelo con ciertos modelos, bajo ciertas circunstancias, pero eso es porque como consumidores se lo hemos permitido durante años (aunque ésta es otra historia).

Me gustan muchísimo los clásicos, pero no conduciría uno todos los días. Creo que así puedo resumir lo que he sentido ante el texto publicado en P de T.

¿Crees que el orgulloso dueño del Mercedes tiene la razón? ¿Puede un coche con 46 años encima servir para el traslado diario y hacer olvidar que ahora existen mejores coches que antes?