China mueve ficha con un primer borrador de la normativa que aplicará a las baterías de estado sólido

China sigue marcando la diferencia en el sector del automóvil eléctrico, hasta el punto de que la demanda de este tipo de vehículos ha permitido a este país asiático en 2025 superar por vez primera a Japón en ventas globales de automóviles. Pero China no tiene solo marcas de automóviles cada vez más fuertes, sino que es líder también en la producción de celdas para baterías con proveedores tan potentes como CATL o BYD, que suministran estos valiosos componentes a fabricantes de vehículos eléctricos de todo el mundo.

Para mantener el impulso de la industria china, estas compañías están realizando fuertes inversiones con el objetivo de mejorar la tecnología de baterías actual. Esto aplica tanto a baterías de litio-ferrofosfato (LFP), como a las nuevas baterías de iones de sodio cuya producción en masa va a marcar este nuevo año 2026; sin olvidar tampoco, por supuesto, a las prometedores baterías de estado sólido.

Para hacer posibles estos avances contando con el apoyo legislativo necesario, el Comité Técnico Nacional de Estandarización Automotriz de China acaba de publicar un primer borrador del que será el estándar nacional para baterías de estado sólido en vehículos eléctricos. Este documento, abierto a consulta pública, establece definiciones claras y categorías precisas para esta tecnología emergente.

Aspectos a tener en cuenta

Como puede leerse, este estándar clasifica las baterías en tres tipos diferentes: líquidas, híbridas sólido-líquidas o completamente de estado sólido. No aparece, sin embargo, mención alguna sobre las baterías de estado semisólido que algunos fabricantes como MG Motor han comenzado a comercializar, en este caso en una versión del renovado MG4.

Adicionalmente, en el documento se diferencia entre las baterías de estado sólido en función del tipo de electrolito empleado (sulfuro, óxido, polímero, haluro o compuesto), por ion conductor (litio o sodio) y por aplicación (alta energía o alta potencia). Un criterio clave aplicable a las baterías de estado sólido según este nuevo estándar es la tasa de pérdida de peso, limitada al 0.5 por ciento como máximo, más estricta que el 1 por ciento propuesto antes por asociaciones del sector.

Este borrador inicial definirá, no obstante, únicamente el primero de una serie de cuatro estándares previstos, que incluirán requisitos de rendimiento, seguridad y durabilidad. China se convierte así en el primer país en proponer una norma nacional de este tipo, con el objetivo de acelerar la transición de las baterías de estado sólido del laboratorio a la producción en masa.

Gigantes como CATL y BYD, que controlan más de la mitad del mercado mundial de baterías para vehículos eléctricos, planean iniciar la producción a pequeña escala de este tipo de baterías en torno a 2027, para dar el salto a su fabricación en masa hacia finales de esta década. El establecimiento de estos estándares por parte de las autoridades chinas no solo permitirá reforzar la competitividad de la industria del país, sino que impulsará la comercialización de una tecnología que se espera que acabe revolucionando la autonomía y la seguridad de los vehículos eléctricos.