Cupra retrasa su entrada en el mercado estadounidense más allá de 2030
La marca española centrará ahora sus esfuerzos en consolidar su presencia en otros mercados clave y explorará nuevas regiones con alto potencial para expandir su alcance global.
La marca española Cupra se ha visto obligada a reajustar su estrategia de expansión comercial debido a la incertidumbre regulatoria y los cambios en la dinámica del sector de los vehículos eléctricos. Por este motivo, la compañía ha decidido posponer su entrada en el mercado estadounidense, prevista inicialmente para el año 2030.
Este ajuste estratégico también ha llevado a la compañía a suspender las negociaciones ya iniciadas con el grupo de concesionarios Penske Automotive, con el que se planeaba establecer una red de distribución en Estados Unidos, según el informe financiero del segundo trimestre de la firma española.
Es importante aclarar que esta decisión no está relacionada con la reciente salida de Wayne Griffiths, exdirector ejecutivo de SEAT y Cupra, quien había impulsado los planes de expansión al mercado estadounidense. Sino que responde a las proyecciones de demanda y a los desafíos actuales en el sector de la movilidad eléctrica.
Las condiciones actuales no son las adecuadas
La eliminación de créditos fiscales federales para vehículos eléctricos por parte del actual gobierno estadounidense, junto con la posible cancelación de incentivos para infraestructura de carga, ha cambiado por completo el escenario. Aunque se espera un aumento temporal en la demanda de vehículos eléctricos antes de que expire el crédito fiscal en septiembre, las perspectivas a largo plazo son a día de hoy inciertas.
“No estamos abandonando nuestros planes, solo los estamos retrasando. Seguiremos observando la evolución del mercado estadounidense para definir el momento y la estrategia más adecuados, siempre alineados con la visión a largo plazo de Cupra”.
En la primera mitad de 2025, Cupra registró un sólido crecimiento, entregando 167.600 vehículos, con un aumento del 33.4 por ciento respecto al año anterior. Mientras que las entregas de SEAT cayeron un 21.4 por ciento, con 135 mil vehículos puestos en manos de sus clientes. En conjunto, ambas marcas entregaron, por tanto, algo más de 300 mil vehículos, lo que supone un ligero incremento respecto al mismo periodo del pasado año.
En cualquier caso y según las palabras de representantes de la propia firma española, el primer semestre del año ha supuesto un gran desafío para la compañía. Mayores costes de producción y una competencia cada vez más intensa han afectado a los resultados. Y por si esto fuese poco, los aranceles de la Unión Europea sobre el Cupra Tavascan, que se produce en China, han impactado de forma negativa a los beneficios. Así mismo, la planta principal de SEAT en Martorell también ha reducido su producción debido a la reestructuración en marcha para producir futuros modelos eléctricos, como el Cupra Raval o el VW ID.2.
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