¿Merece la pena inflar los neumáticos con nitrógeno?

Miguel Lorente     29 enero 2019     6 min.
¿Merece la pena inflar los neumáticos con nitrógeno?

Desde Top 10 Motor vamos a reflexionar sobre las virtudes y desventajas que tiene inflar los neumáticos con nitrógeno

Como sabes, existen dos gases usados a la hora de hinchar las ruedas: nitrógeno o aire. El nitrógeno ha sido un elemento al que, desde la aeronáutica y la competición automovilística, se ha recurrido, mientras que, para la automoción comercial, se ha tendido al uso del aire.

Poco a poco, desde los talleres especialistas en neumáticos han incorporado máquinas para inflar los neumáticos con nitrógeno, además de las habituales de aire.

La diferencia fundamental, para el usuario de un turismo o, incluso, furgoneta o camión, es que el precio por hinchar las ruedas con nitrógeno es más caro que con aire. Ahora ¿qué ventajas tiene inflar los neumáticos con nitrógeno en vez de con el aire que nos rodea?

Beneficios de inflar los neumáticos con nitrógeno

De inicio, vamos a repasar que, el aire que nos rodea es una mezcla de diferentes gases como son el dióxido de carbono, vapor de agua, hidrógeno, gases nobles como el metano, el helio, o el neón; oxígeno y, sorpresa, mayoritariamente con un 78% en su composición, de nitrógeno.

Por otro lado, gracias a su estructura interna, el nitrógeno es un gas que en condiciones normales, forma moléculas diatómicas, unas moléculas de mayor tamaño que las que integran los elementos que forman el aire. Esto supone una serie de cualidades que aportan beneficios al inflar los neumáticos con nitrógeno.

Inflar ruedas con nitrógeno

Gracias al mayor tamaño estructural, inflar las ruedas con nitrógeno evita que el gas fugue de los neumáticos como ocurre con el aire. De forma progresiva, las ruedas pierden aire por fugas, poros o, en el peor de los casos, fisuras, algunas de ellas prácticamente invisibles al ojo. El nitrógeno ve dificultada esa salida por esos puntos por donde el aire sí puede escapar.

De igual manera, sabemos que el nitrógeno es un gas, prácticamente inalterable en su forma a temperatura ambiental. Esto ayuda a que, o bien en momentos de bajas temperaturas o, al revés, cuanto mayor calor sufren los neumáticos, haber inflado las ruedas con nitrógeno ayuda a mantener una presión constante en el interior de las mismas. El aire reacciona comprimiéndose en caso de baja temperatura o expandiéndose según aumentan los grados. Esto nos lleva a otro punto.

En caso de altas temperaturas, las ruedas infladas con nitrógeno son menos propensas, por no decir, que resulta improbable sufrir un reventón por exceso de temperatura del gas de los neumáticos.

Es cierto que es más fácil sufrir un reventón en un rueda debido a pisar un elemento dañino en la calzada o por el mal estado del propio neumático que a por un sobrecalentamiento del aire, pero con el nitrógeno, esa situación es difícil que ocurra.

Inflar ruedas con nitrógeno

Por eso, también inflar las ruedas con nitrógeno ayuda proteger su conservación. Dado que evita la caída de la presión interna o cambios bruscos en su forma, lo que puede provocar un desgaste del neumático irregular.

Esta presión inadecuada del gas no solo afecta al estado de los neumáticos sino que, directamente, influye sobre su más pronto deterioro. Además, un neumático en malas condiciones o con una presión inferior a la recomendada es un factor que aumenta el consumo del coche. Por lo tanto, aunque, a priori, la única desventaja de inflar con nitrógeno las ruedas sea la diferencia de precio, que abordaremos a continuación, a la larga, utilizar el nitrógeno puede ayudar a conservar el neumático, a no derrochar carburante y a evitar problemas con los neumáticos y la nueva ITV.

Inconvenientes de inflar con nitrógeno los neumáticos

Ahora, ¿cuáles son los desventajas de hinchar las ruedas con nitrógeno en vez de aire?

Fundamentalmente en el hecho en sí del inflado con nitrógeno de los neumático.

Inflar ruedas con nitrógeno

Muchos somos los que tenemos infladores portátiles, incluso, en caso de necesidad, uno doméstico para balones o bicicletas te puede sacar del apuro. Además, como sabes, la gran mayoría de estaciones de servicio dispone de máquinas que surten aire para inflar las ruedas.

Otro tema que aparece tangencialmente entonces es la tendencia al alza sea la de cobrar por su uso. Lo cual puede suponer también una desventaja de inflar las ruedas con aire. Los talleres mecánicos disponen también de máquinas que rellenan de aire los neumáticos pero ¿dónde se puede inflar las ruedas con aire?

Por lo general, en talleres especialistas en neumáticos. Solamente. Aunque es cierto que una de las ventajas de inflar las ruedas con nitrógeno es que la presión interna es más estable, en caso de tener que suministrar gas, habría que recurrir, en primera instancia, a un especialista que dispusiera de nitrógeno.

El precio por inflar un neumático con nitrógeno varía según del taller pero, el coste por rueda se sitúa entre 3 y 5 euros.

En caso de no encontrarlo, se puede inflar con aire una rueda que contiene nitrógeno, por la sencilla razón de que, como dijimos al inicio, el aire contiene más de tres cuartas partes de nitrógeno. Rellenar con aire una rueda con nitrógeno solo supondría una pérdida de la pureza del nitrógeno, y de sus cualidades, en detrimento de los beneficios que hemos indicado sobre el uso del nitrógeno en los neumáticos.

Recomendaciones para inflar las ruedas con nitrógeno

Inflar ruedas con nitrógeno

Tienes que tener en cuenta que, aún habiendo hinchado las ruedas con nitrógeno, hay que revisar la presión habitualmente. Se recomienda hacerlo cada 1.000 km recorridos o una vez al mes.

Con la misma presión en el neumático, tanto con aire como con nitrógeno, no mejora la calidad de la rodadura. Contar con el nitrógeno resulta más estable, a la larga, pero el uso de uno u otro gas no supone ningún beneficio directo a la conducción.

Por esto mismo, las revisiones oculares del estado de las ruedas no deben descuidarse. Otros factores como el paralelo, las caídas, frenazos bruscos, golpes en las cubiertas, etc. pueden provocar que, aún con una presión adecuada, los neumáticos tengan defectos.

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