Prueba Mazda3 Sportsedan en ruta: De Brest a Caen

Diego G. Moreira     17 octubre 2015     8 min.
Prueba Mazda3 Sportsedan en ruta: De Brest a Caen

Tercer día de ruta abordo del Mazda 3 Sportsedan con el motor diesel de 150 CV. La ruta hoy discurrirá desde la ciudad de Brest en plena Bretaña hasta el Mont Saint Michel en el límite con Normandia, pasando por ciudades como Morlaix, Ploumanac’h o Saint Malo. No te pierdas nuestro recorrido por el norte de la Bretaña.

En mitad de la Bretaña, ahí es donde nos hemos quedado en nuestra ruta con el Mazda3 Sportsedan en dirección a Frankfurt. En la ruta de hoy -corta en km- pondremos el broche final a la región de la Bretaña con visita a la parte norte y finalmente despediremos el día desde un destino especial, con cierto aire místico y que hasta hace poco sólo se podía visitar dependiendo de las mareas. Me refiero al famoso Mont Saint Michel que será nuestro final de ruta hoy.

Ruta de Brest a Caen: 339 km

ruta brest a caen

Nada más salir del hotel descartamos la ciudad de Brest, no le tenemos odio por nada en concreto pero no tiene mucho interés desde el punto de vista turístico y con otros pueblos cercanos que sí merecen la pena y poco tiempo, decidimos priorizar. Nuestro primer destino es Morlaix (pasando por Landerneau que cuenta con una preciosa plaza de armas). La parte más interesante para visitar es lo que queda de la muralla, donde se encuentra el castillo de la ciudad. Destacan también las casas «à pondalez«, una serie de viviendas del siglo XV que disponen de patio de luces (la oficina de turismo es una de esas casas).

puente morlaixPlaza de Morlaix, coincidimos con un mercado

Para variar un poco entre tanta arquitectura ponemos rumbo a un destino diferente, a la costa. Ploumanac’h es famoso por sus rocas de granito rosa que crean un paisaje espectacular, se cree que se formaron hace 300 millones de años y se extienden a lo largo de más de 25 hectáreas. El pueblo en sí es casi inexistente, algunos restaurantes saturados de turistas que ofertan «moules» -mejillones- y varias tiendas de suvenirs, pero lo bonito es aparcar y pasear por los diferentes senderos que hay por la playa entre las imponentes rocas rosas en la zona del faro.

rocas rosas y faro
Granito Rosa de Ploumanac’h

A eso de media mañana ya toca ir pensando donde comer, así que seguimos la ruta por la costa pasando por varios pueblos marineros de la Bretaña e incluso por un molino de mareas (la fuerza de la subida y bajada de la marea era quien movía la maquinaria del molino) en dirección a Perros-Guirec, este pequeño pueblo tiene un interesante puerto totalmente artificial a modo de embalse. Tras coger fuerzas nuestro siguiente destino será Saint Malo -en el límite con la región de Normandia- y un destino muy turístico (incluso demasiado para la tranquilidad que en general se respira en la Bretaña). En ruta hay pueblos medievales muy interesantes para ver como Dinan, está amurallada y dispone de una imponente torre del homenaje que data de finales del siglo XIV.

saint maloCalles de Saint-Malo

La ciudad es grande pero la parte más importante es la ciudad vieja situada casi como si fuera una isla en pleno estuario del río Rance. Eso sí, las calles viejas están bien amortizadas, lo primero nada más llegar hay que pagar parking porque es imposible aparcar en otro lugar gratuito y la oficina de turismo nos da la bienvenida con todo tipo de informaciones (incluso sobre ferrys puesto que desde aquí se puede coger un ferry a la isla británica de Jersey, una especie de paraíso fiscal). Saint-Malo es el típico pueblo medieval lleno de hoteles, restaurantes, tiendas, todo ello intramurallas.

Aunque sin duda el plato fuerte del día es el Mont Saint Michel. Este lugar está considerado por la UNESCO como patrimonio de la Humanidad desde 1979, un monte rodeado de agua y con fuertes mareas donde inicialmente se construye una abadía y posteriormente demás construcciones auxiliares y fortificaciones. Fue un lugar pujante en el comercio en la Edad Media al tiempo que se seguía consolidando el asentamiento y posteriormente en el Siglo XIX despierta su vocación turística hasta hoy.

CIMG0497Mont Saint Michel

Nada más llegar a 3 km del monte nos encontramos un macro aparcamiento, y de pago claro. Por suerte llegamos después de las 19 horas y entonces es gratis hasta el día siguiente (es un buen truco para visitar el monte en verano, porque aún se llega con horas de sol y no se paga el caro aparcamiento que ronda los 2 euros hora). También vemos que hay un sistema gratuito de autobuses que nos llevan desde el aparcamiento hasta el monte, bueno autobuses o antiguallas con dos cabezas tractoras (para no tener que dar vuelta) que nos trasladan desde el aparcamiento, pasando por una zona de entrada llena de hoteles y por el recién construido puente hasta el monte.

Si el autobús no es lo tuyo, también se puede ir andando son aproximadamente 40 minutos y 3 km, desde hace un año ya no hay que andar pendiente de las mareas puesto que el nuevo puente salva el tradicional escollo de que subiera la marea y no se pudiera salir del monte. El Mont Saint-Michel tiene algo especial, el tipo de construcción, lo imponente de sus murallas, que todo el pueblo esté en cuesta, no se exactamente que es pero cuando llegas notas que estás en un lugar privilegiado. Lo más importante para visitar es su abadía medieval, claro está previo pago, y después lo mejor es pasear sin rumbo por sus callejuelas, por la muralla, ver los edificios, algunos parques pequeños, etc. Cuando cae la noche aún se vuelve más místico y al empezar a iluminarse sus callejuelas crea un ambiente muy bonito.

casas tipicas mont saint michelCalles del Mont Saint Michel

Bien entrada la noche, dejamos el monte para ir dirección Caen y puesto que en las cercanías de la ciudad haremos noche, eso sí, para cenar dado lo tarde que era (22 h) ya no queda más remedio que ir a esa socorrida cadena de comida rápida que abunda en las entradas a los pueblos en Francia (la hora ideal para cenar es de 8 a 10, más tarde entre semana es complicado). El día siguiente arrancamos con gran componente bélico, puesto que estamos en Normandia e incluso iremos a la playa del desembarco.

Impresiones de conducción

mazda afueras brest

Despertarse en la Bretaña tiene muchas cosas buenas, el frio húmedo que viene del mar, las bonitas vistas de los pueblos y casas, pero subirse en el coche a primera hora con frio nunca es acogedor, así que se agradecen los asientos calefactables de nuestro Mazda3, de serie en este acabado Luxury.

Los días van pasando y ciertas cualidades del Mazda3 nos van gustando más, la primera de ellas el potente y versátil propulsor, tanto nos ofrece una potencia más que suficiente para movernos con soltura por autovía o carretera (e incluso ofrece deportividad) y al mismo tiempo los consumos son bastante bajos (en la ruta de hoy 5,3 litros a los 100 km). Precisamente ahondando más en el motor, este 2.2 Skyactiv-D dispone de dos turbos (turbocompresor de doble etapa), uno de ellos funciona a bajo régimen y el segundo a alto, haciendo que tenga una excelente respuesta desde bajas vueltas y más aún cuando sobrepasa las 3.000 r.p.m. hasta las 4.500 vueltas donde desfallece. Esto unido al excelente tacto de la caja de cambios de seis relaciones, con una precisión envidiable, hacen que sea fácil sacarle todo el partido al propulsor. Nos ha sorprendido especialmente la baja rumorosidad del motor.

head up display

Un detalle que es práctico y además aporta seguridad es el head-up display que ofrece información sobre la velocidad, control de crucero y navegación. El Head-up display es un equipamiento poco habitual en los compactos y que sin embargo es muy útil y en el caso del Mazda3 contrarresta la posición (desde mi punto de vista) demasiado baja del velocímetro dentro del cuentavueltas.

Cuando sale el sol o de repente ese frio de por la mañana da paso al sol, entonces se agradece el modo «ECO» del climatizador, un elemento que es novedoso y muy útil para cuando queremos el aire acondicionado pero sin tener toda la fuerza de enfriamiento habitual, entonces ponemos el modo ECO y enfría pero sin dejarnos congelados.

bose

Aprovechando este repaso a los diferentes elementos del equipamiento, no me puedo olvidar del sistema de sonido BOSE con 9 altavoces que es de serie en el acabado Luxury y ofrece una muy buena calidad de sonido, dispone incluso de subwoofer. Es ideal para esos momentos de la conducción donde buscamos un buen acompañamiento musical o incluso disfrutar de una buena canción y romper con la monotonía de conducir. Unido a los altavoces, el Mazda3 incorpora dos tomas USB para disfrutar de nuestra música, también de la app Aha que nos permite acceder a todo tipo de radios a nivel internacional (mediante conexión de nuestro smartphone con datos) o de la conexión Bluetooth en streaming de nuestro móvil.

Hasta aquí ha llegado la ruta de hoy, nuestro próximo recorrido será desde Normandia hasta Alemania, pasando por Luxemburgo. Cambio total en cuanto a paisaje, carreteras y zonas que visitar.

CIMG0592

Fotos | Equipo de pruebas


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