Rolls Royce Cullinan, la joya de la corona y el lujo hecho SUV

Victor Alós Yus    @sepelaci    11 mayo 2018     3 min.
Rolls Royce Cullinan, la joya de la corona y el lujo hecho SUV

Después de mostrar algún adelanto, Rolls Royce presenta el modelo de SUV de lujo que sigue el espíritu de la marca, pero con ganas de afrontar retos imposibles

Lujo, exclusivo y único. Eso es lo que nos viene a la cabeza cuando pensamos en una marca como es Rolls Royce. Y eso es lo que nos ofrece el nuevo modelo de la marca británica, un coche que se desmarca de la típica berlina que es históricamente la gama por excelencia que viste el Espíritu del Éxtasis y que representa la introducción de un SUV en la gama. Y vaya SUV… Si pensábamos que los SUV de lujo eran el Range Rover, el Mercedes Clase G o incluso el Bentley Bentayga, olvídalo. Estamos ante el que quiere ser el SUV más lujoso del mercado -con permiso del Vision Mercedes-Maybach Ultimate Luxury– y por eso utiliza un nombre que significa precisamente eso.

Cullinan es el nombre del diamante más grande encontrado nunca y una vez pulido forma parte de las Joyas de la Corona británicas. Y eso es lo que representa este SUV, una categoría que trasciende a todo lo que podemos encontrar en este tipo de coches. Rolls Royce ha fabricado algún todoterreno antes, pero dedicado al ámbito militar y no representa una filosofía de producción. Ahora, este impresionante vehículo tiene todo lo que se busca en un Rolls, pero con añadidos que no existían hasta ahora.

Para comenzar, la tracción total hace presencia por primera vez en un coche de la marca. Y es un auténtico todoterreno, no un coche con capacidades off-road. Su capacidad de vadeo es de 540 mm. Su estructura se basa en la plataforma ‘Architecture of Luxury‘, que se utiliza solo para los modelos de Rolls. De hecho, solo el futuro Ghost, el Cullinan y el Phantom utilizan por el momento la plataforma y no la usará ningún otro coche del grupo fuera de la marca de lujo.

Sus medidas son de 5.341 mm de longitud, con 2.164 mm de anchura y una altura de 1.835 mm. La distancia entre ejes alcanza los 3.295 mm y por ello tendrá un interior amplio y lujoso. El peso es de 2.660 kg, lo que añade a sus logros ser el más pesado de toda la gama. En cuanto a la suspensión, algo vital para un vehículo de estas características, es idéntica a la del Phantom 8, es decir, independientes en las cuatro ruedas con doble paralelogramo delante y multilink detrás con amortiguación neumática y barras estabilizadoras activas. La diferencia está precisamente en la amortiguación neumática, con más capacidad de aire y que ofrecerá una mayor comodidad y confort en terrenos fuera de carretera.

Para circular por terrenos complicados, el conductor solo tiene que pulsar el botón «Everywhere»y la tracción actúa sobre 12 elementos para poder circular con tranquilidad y sin perder la comodidad. Hay otros modos de conducción: «Nieve«, «Arena» y «Rocas«, que adaptan la conducción a estos tipos de terreno. Si miramos el motor, encontramos un bloque V12 de 6.5 litros que ofrece una potencia de 570 CV y un par máximo de 850 Nm, lo suficiente para que la etiqueta de «todoterreno» no sea solo decorativa.

Y en el exterior, pese a atreverse con todos los terrenos, es un Rolls Royce y su estética mantiene el espíritu de la marca. Todo en él, dentro y fuera, remite a Rolls Royce. En el interior encontramos el lujo habitual, con un diseño muy similar al Phantom 8, ya que son hermanos de diseño. Y cuenta con funcionalidades tan prácticas como que la altura respecto al suelo baja 40 mm cuando se abre una puerta, para facilitar el acceso. Un pequeño detalle que se une a muchos más que confirma que esta es, realmente, la joya de la corona.


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