Salón de la fama: Porsche 917 I

Jaime Gomez     6 diciembre 2011     4 min.

Muchas son las leyendas que se forjan en Le mans, pero una destaca por encima del resto. Muchas veces pasa a la historia el nombre del piloto ganador, pero esta vez fue el coche, el inigualable Porsche 917. A mediados del siglo pasado, el equipo Porsche se iba abriendo hueco en el mundo de la […]

Muchas son las leyendas que se forjan en Le mans, pero una destaca por encima del resto. Muchas veces pasa a la historia el nombre del piloto ganador, pero esta vez fue el coche, el inigualable Porsche 917.

A mediados del siglo pasado, el equipo Porsche se iba abriendo hueco en el mundo de la competición, iba avanzando con paso firme y seguro con un objetivo fijo, ganar las 24 Horas de LeMans. En 1952 con el Porsche 356 lograba la victoria en la categoría de 751 a 1100cc.

A medida que iba cosechando éxitos, su hambre de título era cada vez mayor, al igual que cada vez era mayor la competencia. Los vehículos de competición cada vez diferían más de las versiones de calle, los motores cada vez rendían más y los niveles de preparación era altísimos.

La ronda gala estaba dominada por Lola, Ford y Ferrari, Porsche, con sus pequeños motores sólo era capaz de hacerles frente en los circuitos revirados, pero en LeMans reinan las largas rectas, donde prima la potencia pura.

Con el objetivo de asaltar La Sarthe, Porsche diseñó un concepto revolucionario de vehículo de competición, el Porsche 908. Un motor flat-8 (cilindros opuestos) debía propulsar un chasis tubular de acero. En su primer intento no pudieron superar a los poderosos Ford GT40, pero les plantaron cara. Pese a la menor potencia, tras el Ford GT40 “Gulf” acabaron dos Porsche 908. Sentaron las bases del éxito, cada vez estaban más cerca de la victoria.

En 1969, con el cambio en el reglamento, la categoría de prototipos desaparecía en favor de los grupo 4, coches deportivos de limitada producción (25 unidades) y motores de hasta 5.000cc. Suponía un gran reto para la marca, que nunca se había embarcado en un proyecto de tal magnitud. Pusieron manos a la obra, tenían que fabricar el sucesor del 908.

Ferdinand Piech sabía que desarrollar un modelo nuevo supondría un sobrecoste, pero estaba convencido de poder rentabilizarlo con la venta de los coches a equipos privados al finalizar la temporada. A esto se le sumó la ayuda de Volkswagen, que financiaría las dos terceras partes del proyecto, con la única condición de que el Porsche 917 llevara un motor refrigerado por aire, seña de identidad de Volkswagen, que montaba esa tecnología en todos los modelos de aquellos días.

Partiendo de la base del 908, Porsche invirtió todo sus conocimientos sobre aleaciones exóticas para reducir el peso del coche a la mínima expresión. Aleaciones de magnesio, titanio y aluminio se encontraban por todas partes, desde los trapecios de suspensión hasta piezas internas y externas del motor.
El objetivo era tener mucho menos peso que la competencia, sin olvidar la potencia. Partiendo del flat-8 de su predecesor, le añadieron 4 cilindros, lo que elevó la cilindrada hasta los 4.500cc, el cigüeñal se elevó todo lo posible para hacer lo más compacto posible el motor .La cifra de potencia era de unos respetables 580 caballos. La carrocería fue hecha de fibra con resina de polyester, esto ayudó muchísimo a la ligereza del conjunto, que alcanzaba un peso de 800kg, casi 200kg menos que los Ford.

Pero no tardarían en llegar las complicaciones, debían pasar en primer lugar las homologaciones, por reglamento, el equipo debía fabricar 25 unidades de calle, que posteriormente podría transformar en vehículos de carrera. Cuando llegó la inspección, Porsche tenía montados 3, 18 en la cadena de montaje y piezas necesarias como para montar otros 7, decían que no les supondría problema montarlos, pero sería un gasto innecesario para después tener que desmontarlos para prepararlos para correr en circuitos. Esto no gustó a la comisión homologadora del CSI, les dijeron que volverían, pero que esperaban ver los 25 Porsche 917 perfectamente montados.

Les tomaron la palabra y 3 meses después volvieron a solicitar la homologación, los inspectores no dieron crédito a lo visto al llegar, 25 Porsche 917 les esperaban en el exterior de la fábrica. El 1 de abril el Porsche 917 estaba homologado.

(Como curiosidad, a Ferrari le homologaron un año después el 512 con solamente 18 unidades montadas)

CONTINUARÁ…

Vía | Ultimatecarpage

2 comentarios

  1. Fernando Alvarez dice:

    Impresionante máquina. Se decía que había pilotos que sentían miedo pilotando un 917.

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