La UE negocia con China una solución alternativa a las tarifas especiales impuestas a los vehículos eléctricos importados
Aunque un posible acuerdo se ve todavía como algo muy lejano, iniciar de nuevo las negociaciones ya supone un importante primer paso hacia ese objetivo.
La Unión Europea y China se han sentado a la mesa, frente a frente, para estudiar la posibilidad de establecer precios mínimos en los vehículos eléctricos importados desde China, como alternativa a los aranceles especiales impuestos por Bruselas que se aplican hoy en día. Esta reactivación de las negociaciones se produce tras casi nueve meses desde que ambas partes exploraron por vez primera esta opción sin llegar a un acuerdo concreto.
Según un representante del Ministerio de Comercio chino, las negociaciones se han reiniciado recientemente y se extenderán hasta la próxima semana. Tras estos primeros contactos, el gobierno chino ha manifestado su satisfacción por el renovado interés de la UE en resolver el conflicto mediante el diálogo, destacando que China valora muy positivamente la voluntad de los europeos de superar las discrepancias comerciales.
La voluntad negociadora actual de las autoridades europeas parece ser consecuencia de la reciente revisión iniciada por la Comisión Europea sobre los aranceles aplicados a los modelos eléctricos de una conocida firma alemana con plantas de producción en China. La elevada tarifa a la importación aplicable a los vehículos producidos en China por parte de este fabricante, le ha llevado a solicitar a las autoridades europeas una revisión de su situación, sugiriendo la sustitución de este gravamen por un compromiso que incluya cuotas anuales de importación y un precio mínimo de entrada.
O todos o ninguno
Pekín ha advertido explícitamente contra negociaciones bilaterales entre la UE y fabricantes individuales, insistiendo en la necesidad de un trato colectivo para preservar la confianza. Así mismo, China se mantiene tajante, asegurando que su ventaja en el mercado de los vehículos eléctricos se debe a su mayor competitividad natural, y no a subsidios injustos.
A pesar de este importante avance en la relación entre la UE y China, los expertos ven complicada una resolución rápida. La UE ha aplicado acuerdos de precios mínimos en materias primas homogéneas, pero nunca en productos tan complejos como automóviles completamente ensamblados. Bruselas mantiene que un precio fijo único no compensaría suficientemente el daño causado por presuntos subsidios chinos. Por ahora, el resultado de estas conversaciones sigue siendo incierto, en un contexto de tensiones comerciales que afectan profundamente a la industria automovilística europea y china.
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