¿De verdad necesitan los vehículos eléctricos más autonomía?

Guillermo Lopez     27 septiembre 2018     6 min.
¿De verdad necesitan los vehículos eléctricos más autonomía?

Los eléctricos actuales ofrecen autonomías que van desde los 150 a 250 km de los más veteranos hasta los más de 400 km que ofrecen los más modernos

Según todos los analistas, la “escasa autonomía” y la “deficiente y prácticamente inexistente red de puntos de recarga abiertos al público en las calles y carreteras” son el principal freno a la expansión del uso de vehículos cien por cien eléctricos en nuestra sociedad.

Los eléctricos más veteranos ofrecían rangos de entre 100 a 150 km de autonomía, distancia que rápidamente creció hasta ofrecer aproximadamente los 200 km que la gran mayoría de los modelos actualmente en el mercado ofrecen. Tesla rápidamente sorprendió con sus casi 400 (el model X ofrece 381,4) km de alcance total, cifra que ahora se empeñan en igualar la gran mayoría de sus rivales, cuando no es superar, como lo han hecho recientemente el Jaguar I-PACE (386,2 km) o el nuevo Mercedes EQC 4MATIC (450 km). La pregunta que ahora conviene hacerse es: ¿realmente es necesaria más autonomía para un vehículo eléctrico?

La nueva movilidad pasa por lograr la mayor eficiencia en el uso de la tecnología aplicada al automóvil, pero no exclusivamente. También pasa por utilizar los automóviles de la manera más eficiente posible. ¿Es eficiente utilizar un vehículo eléctrico para recorrer distancias superiores a los 450 kilómetros?

Para muchos usuarios del automóvil, los eléctricos más modernos pueden suponer toda una decepción, pues su autonomía “apenas pasa de 400 km”. Error. Los usuarios que quieren utilizar vehículos eléctricos —básicamente por cuestiones de imagen y ecología— deben no sólo pensar en que quieren cambiar de coche, también han de pensar que tienen que cambiar su forma de utilizar el coche.

Evidentemente, cuando uno se compra un vehículo eléctrico es normal preocuparse de la distancia que podrá alcanzar, de lo lejos que podrá llegar sin necesitar recargar su vehículo. De ahí que, ante los rangos de autonomía que ofrecen los gasolina, los diesel o los vehículos de gas, los eléctricos puros sigan decepcionando. Y aquí viene la gran pregunta: ¿Realmente necesita un vehículo eléctrico más de 400 km de autonomía? La respuesta es muy simple: no. Razonémoslo.

Los conductores no usan más de 2 horas al día el coche

De media, los vehículos permanecen aparcados aproximadamente el 85 por ciento de su vida útil, y eso siendo generosos, pues hay estudios que indican que incluso ese tiempo es superior. Eso quiere decir que muy poca gente utiliza su coche durante más de dos horas al día todos los días. Con semejante tasa de utilización y teniendo en cuenta que la velocidad máxima permitida nos otorgaría un alcance total de 240 km en carretera abierta, ¿realmente hacen falta más de 400 km?

Siguiendo con el uso en carretera, la reglamentación actual indica la conveniencia de efectuar una parada de aproximadamente 20 a 30 minutos cada dos horas de conducción. El tiempo de parar a tomar un café e ir al baño en un restaurante de carretera o una gasolinera. En media hora de conexión a la red, los modernos eléctricos pueden llegar a recargar hasta el 80 por ciento del total de carga de sus baterías. En caso de tenerla completamente agotada significaría adicionar carga para 320 km más, pero dado que al parar a descansar tendríamos todavía carga suficiente para recorrer 160 km, lo que conseguiríamos al hacerlo sería disponer de los 400 km de autonomía iniciales para seguir nuestro camino.

Y si en vez de cada dos horas, descansáramos cada 3 horas, es decir, cada 360 km (algo más de la distancia que, por ejemplo, separa Madrid de ciudades como Valencia o Zaragoza) con media hora de recarga podríamos disponer de 360 kilómetros adicionales de autonomía (los 320 km mencionados más los 40 que aún proporcionaría la carga que nos quedaría por consumir), lo que significa que con una simple parada de media hora para descansar y tomar un refrigerio podríamos cubrir distancias de 680 kilómetros suficiente para recorridos como Madrid-Huelva, Barcelona-Madrid, A Coruña-Madrid, Alicante-Barcelona, Zaragoza-Sevilla, Badajoz–Zaragoza, Vigo-Zaragoza, Málaga-Zaragoza o Bilbao-Córdoba, por citar tan sólo algunos.

En las ciudades, taxistas y VTC tampoco necesitan más autonomía de 350 kilómetros

En cuanto al uso urbano del coche eléctrico, fijémonos por ejemplo en los modernos servicios de las plataformas VTC. Un coche de Cabify o de Uber que esté las 24 horas “apatrullando” la ciudad que diría “El Fary” no realiza más de 700 km diarios, unos 350 km por turno de conductor. Es decir, consumen un depósito de combustible cada dos días, aproximadamente. Y si, por centrarnos más aún, nos fijamos en los servicios de carsharing que utilizan vehículos eléctricos para prestar su servicio (Car2go, Emov, Zity) en ciudades como Madrid, sus 500 coches pasan por sus cocheras una vez cada dos días para recargar sus baterías, cuya carga les brinda una autonomía máxima de unos 200 km en el mejor de los casos.

En el primero de los casos los coches VTC están las 24 horas en funcionamiento, sin apenas paradas de su motor. En el segundo, los vehículos de carsharing apenas recorren 40 km diarios de media.

Audi e-tron presentación mundial

Para quienes viven en el centro de las ciudades, con la actual autonomía de 200 a 250 km que ofrecen los eléctricos es más que suficiente para sus quehaceres diarios, siempre y cuando recuerden enchufar su coche a la red cada uno o dos días. Quienes viven fuera de la ciudad y acuden a diario a trabajar también tienen de sobra con esas cantidades, aunque para mayor seguridad es más recomendable optar por los eléctricos más modernos, vehículos de hasta 400 km de autonomía, igualmente recomendables para quienes se muevan por el extrarradio de las grandes ciudades y para quienes viajen.

Dotar de mayor autonomía a los eléctricos pasa por dotarles de baterías más voluminosas y, por tanto, de añadir mayor peso a los coches, lo que también incide notablemente en su consumo que es precisamente lo que se necesita satisfacer para dotar al coche de mayor autonomía. Un círculo vicioso que impide lograr una mayor eficiencia, al menos por el momento con la actual tecnología vigente.

El problema actual radica en la red de carga existente, no en la autonomía

El verdadero problema de los eléctricos para popularizar su uso está por tanto en el número de estaciones de recarga abiertas al público (no todos los usuarios disponen de un garaje particular donde realizarla) y no tanto de la autonomía de los vehículos, que, como se demuestra, es más que suficiente para garantizar el uso diario de los mismos. Mientras eso no cambie, difícilmente se extenderá el uso de los eléctricos puros en el mercado.

Y por otro lado estaría el modo de utilizar el eléctrico pues, al igual que sucede con los vehículos con motores de combustión, el consumo de los mismos depende en gran parte de quien pisa el pedal y del modo en que lo hace. Pero eso, lo veremos en otro momento.

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