Jaguar F-Type S de 380 CV, prueba (Motor, prestaciones, comportamiento y consumo)

En el mundo de los automóviles hay coches y hay máquinas, dentro de la segunda categoría hay máquinas que además de ofrecer deportividad también ofrecen un ambiente de lujo y exclusividad. Así es como podríamos definir al roadster deportivo que hemos probado en Highmotor.

El F-Type es un descapotable cargado de nervio, un digno sucesor del Jaguar E-Type, aunque en versión cabrio. Su diseño exterior nos evoca al clásico británico, la sencillez pero a la vez elegancia de ambos modelos son sus puntos en común, así como su deportividad.

Pocas veces un coche me sorprende tanto, este no sólo me ha sorprendido sino enamorado, el F-Type te cala. No sabría definir si es por su deportividad indomable (ideal para disfrutar en circuitos y poco idónea para nuestras carreteras llenas papagazzi abordo de Seat Exeo y demás) o por su diseño atrevido o incluso por su cuidado interior, donde la calidad es la protagonista.

Motor y prestaciones

¿340 CV o 380 CV? El Jaguar F-Type recurre a potentes motores gasolina con turbo para mover al felino inglés, el motor de acceso ya cuenta con 340 CV y en el caso del F-Type S la potencia sube hasta los 380 CV. En ambos casos el motor empleado es un tres litros V6 con turbo, con un par máximo de 460 Nm, lo que da una idea de la capacidad de aceleración que tiene este deportivo.

Nada más subirnos al coche, dejamos la llave en un hueco en el tren central y pulsamos un botón de color naranja también situado en el tren central, justo en ese momento al arrancar sube al corte y escuchamos rugir al V6. Ahí ya nos damos cuenta, que el felino tiene carácter (y mucho). El sonido aún puede ser más espectacular si optamos por el sistema de escape deportivo activo (un extra) que mediante una válvula en las dos salidas de escape traseras, hace que nuestro V6 suene como un V8 y emita un rugido constante.

Durante los primeros metros, ya notamos que la aceleración es su punto fuerte, con sólo pisar el acelerador el coche nos pega al asiento con mucha facilidad. La respuesta del motor es desde muy bajas vueltas, a 2.000 r.p.m. ya empuja, y lo hace de forma constante hasta las 6.500 vueltas.

Adelantar o incorporarse a una autovía son cosas que el F-Type hace en cuestión de segundos. De echo, el gran par motor que tiene (460 Nm) lo ofrece entre las 3.500 – 5000 r.p.m. Para acelerar de 0 a 100 km/h sólo necesita 4,9 segundos, y la velocidad máxima está limitada electrónicamente a 275 km/h.

Asociada al motor va una caja de cambios automática XF de ocho relaciones, y para accionarla podemos usar la palanca del tren central o las levas detrás del volante. El funcionamiento de la caja es impecable, si practicamos una conducción tranquila mantiene al coche bajo de vueltas y es rápida cambiando, mientras que si decidimos ser más dinámicos, la respuesta vuelve a ser rápida y acorde con lo que se espera de un deportivo de este tipo.

Un detalle curioso es la presencia del Start&Stop, supongo que al llevarlo pueden homologar consumos en ciudad más ajustados, pero que un deportivo de 380 CV al llegar a un semáforo se apague, al menos es llamativo.

Y la deportividad no va reñida con la suavidad, es un bloque de seis cilindros y eso se nota. Si practicamos una conducción tranquila (y llevamos desconectado el sistema de escape activo) el F-Type es un deportivo refinado, suave y muy agradable de conducir.

Comportamiento: pensado para los circuitos

El Jaguar F-Type es un coche emocional, y lo digo de corazón, porque te hace sentir, disfrutar al nivel máximo de la conducción, pero claro, también es cierto que dada su potencia entra en el selecto grupo de automóviles para disfrutar en circuito.

Es un coche nervioso y divertido, cuenta con mucha estabilidad incluso a altas velocidades, pero en curvas es nervioso y el ESP deja mucho margen de maniobra, apenas interviene. Precisamente por esto, de nuevo creo que el mejor lugar para divertirse con él es un buen circuito. De todas maneras, tras probarlo en una carretera exigente, el estado de los neumáticos de nuestra unidad (que montaba unos Pirelli P-Zero) no era optimo como para jugarlo completamente, aunque se nota que la trasera tiene poco peso.

En carretera es cómodo, la suspensión es firme pero no llega a ser molesta y por encima de los 96 km/h para ofrecer una mayor estabilidad en el eje trasero se despliega el alerón. Los frenos van acordes a la potencia y tamaño, muy eficaces en todo tipo de situaciones.

También dispone de un modo Dynamic personalizable, que permite seleccionar la respuesta del cambio, acelerador, dureza del volante y suspensión. La suspensión en el caso del S y del V8, se adapta a nuestra forma de conducir variando su dureza o también podemos modificarla manualmente.

Consumo

Este apartado nos ha sorprendido, esperábamos un coche de altas prestaciones pero también un consumo elevado, y parece que en lo segundo nos hemos equivocado. En autovía, hemos hecho una media de 8,3 litros a los 100 km, una cifra baja para un coche de este tipo.

Mientras que en carretera, por nuestro lugar habitual de pruebas rondó los 9-10 litros a los 100 km, de nuevo una cifra baja y muy racional. En ciudad es donde el consumo sube algo más, hasta los 14 litros a los 100 km.

En la segunda parte de la prueba analizaremos el diseño exterior de este cabrio británico con mucho nervio, además de repasar su cuidado interior (sólo para dos afortunados) su maletero, donde mejor no llevar demasiado equipaje (196 litros de capacidad).

Fotos | Diego G. Moreira