¿Cómo se sabe si los coches gustarán a los futuros clientes? Con un Clinic de Producto

Cuando los coches llegan al concesionario, ya han pasado por varios procesos que determinan si será bien recibido o no por los futuros compradores. Primero pasa la criba de la mesa de diseño, donde se retoca para traer al mundo real lo que surgió en ese primer proceso. Después llegan las diferentes pruebas de materiales y de construcción que dan lugar a los primeros prototipos. Tras muchas pruebas más, se llega a la versión que podría ser la definitiva y es ahí cuando se enfrentan a la opinión de los posibles compradores.

Estas pruebas se llevan a cabo con la colaboración de entre 300 y 500 personas, que se dedican a observar hasta el mínimo detalle lo que se ha montado en el modelo. Se trata de varios equipos de personas que recorren cada elemento del coche y realizan las valoraciones acerca de lo que han experimentado con sus observaciones. Todos ellos van equipados con una tablet, donde realizan las anotaciones y puntúan según sus percepciones.

Las observaciones se realizan abriendo y cerrando puertas, comprobando que sea fácil hacerlo y que lo hacen bien, otra persona puede detenerse en el olor que desprende la tapicería de los asientos, otra se fija en el tamaño del maletero y la facilidad para acceder a él. Cada persona tiene un criterio diferente y le interesan cosas distintas al otro, por lo que es la suma de todos ellos la que ofrece una buena muestra de lo que han percibido los «testeadores».

A lo largo del proceso de desarrollo de un nuevo modelo, se realizan tres Clinic de Producto. El primero de ellos sirve para estudiar la viabilidad del proyecto, mientras que en el segundo se centra en el producto. Por último el tercer Clinic puntúa su posicionamiento comercial. Gracias a estas pruebas se pueden corregir varios problemas que se encuentran en el diseño, como la posición del conductor o la comodidad de alguna tela utilizada en el diseño original.

Fuente | Seat