Comprar un coche con renting, una opción cada vez más popular

Victor Alós Yus    @sepelaci    27 septiembre 2014     3 min.
Comprar un coche con renting, una opción cada vez más popular

A la hora de adquirir un coche nuevo hay varias maneras de hacerlo, aunque no es necesario comprar el coche, ya que se puede alquilar un vehículo por un tiempo determinado, incluyendo el pago de seguro, impuestos y mantenimento, a través de las empresas de renting

Si estás pensando en comprar un coche, habrás podido ver que hay diversas maneras de pagar la compra. La primera es, lógicamente, el pago al contado. Otra opción es solicitar la financiación para la compra, bien a través de un banco o de la propia financiera de la marca. También se puede adquirir un coche a través el leasing, aunque una opción que se está popularizando los últimos años es el renting.

El renting es una opción por la que se firma un contrato con una compañía especializada, que puede ser la propia financiera de la marca o una que ofrece este tipo de servicios de manera especializada. Por este contrato, la empresa alquila al particular un coche por una cuota fija mensual, que depende del modelo elegido, el kilometraje que se quiere realizar y los servicios que se desean.

El tiempo de duración del contrato suele oscilar entre los 12 y los 48 meses, aunque lo usual es que se haga por tres años. La principal diferencia con el leasing es que en este, la empresa que lo alquila al usuario final no asume los gastos del coche, sino que simplemente cobra una cuota mensual, fija o variable por su uso.

En el leasing el coche se alquila durante todo el tiempo de la vida útil del coche y en el renting el tiempo de alquiler es variable. Al final del periodo de alquiler, se puede tener un coche nuevo, firmando otro contrato de cesión.

Los gastos que incluyen la cuota del renting son el seguro, una previsión de los gastos por mantenimiento y averías del coche, siempre y cuando no se produzcan por un mal uso del coche, y los impuestos correspondientes al vehículo. También puede incluir la posibilidad del cambio de neumáticos, si se negocia con la compañía.
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Los gastos de combustible no están incluidos, como es lógico. Tampoco se contempla el pago de las multas que se impongan al conductor. Este tiene que comprometerse a mantener el coche en condiciones, a que no lo conduzca una persona distinta a la autorizada y que devolverá el coche al final del contrato.

Cuando finaliza, el usuario puede elegir entre tres opciones. La primera es elegir otro coche, también nuevo. La segunda opción es comprar el coche por el valor residual pactado y la tercera, devolver el coche y no seguir utilizando los servicios de la empresa.

El principal inconveniente es que el coche no es propiedad del usuario, sino de la empresa que lo cede. Esto quiere decir que no se pueden hacer remodelaciones en el mismo sin permiso por escrito del propietario, en las condiciones que este indique y en el taller que diga.

Además, el contrato ha de ser cumplido hasta el final. En caso de romperlo antes de tiempo, se deberá pagar una compensación por el tiempo que quede pendiente. Además, si se excede el número de kilómetros estipulados se ha de pagar un suplemento. Lo bueno es que si no se llega, también se abona la diferencia entre lo estipulado y lo recorrido.

Es una buena manera de conseguir un coche nuevo, pudiendo cambiarlo cada pocos años por uno nuevo. Además, la compra de un coche proveniente de renting puede resultar muy beneficioso, ya que suelen ser coches con pocos años y con una garantía bastante fiable. Además, al poder comprarlos directamente a la empresa que los ha utilizado, sin intermediarios, resultan más asequibles.

La posibilidad de adquirir un coche nuevo a través del renting es una de las más interesantes, ya que permite acceder a un vehículo de bastante calidad con una buena cuota mensual. Resulta interesante, ¿verdad?

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