Cuatro averías de los coches diésel que podemos evitar

Victor Alós Yus    @sepelaci    7 agosto 2020     3 min.
Cuatro averías de los coches diésel que podemos evitar

Las averías pueden ser totalmente arbitrarias y producirse sin motivo o bien estar causadas por una falta de mantenimiento y por no limpiar varios elementos

Los coches diésel no están libres de averías. Unas son inevitables, que se pueden producir en cualquier momento, pero otras averías pueden evitarse y siguiendo un mantenimiento se reduce el riesgo de sufrir estos problemas. El mantenimiento correcto puede ser una buena manera de evitar estas averías, así que vamos a mostrarte cuatro de las averías más comunes en un coche diésel.

Suciedad en los inyectores

Los inyectores son fundamentales en un motor diésel. Se encargan de hace que el combustible se introduzca en los cilindros y se produzca la combustión que le permite funcionar. Con un uso prolongado, la suciedad provocada por la combustión se va acumulando en los inyectores e impide que la combustión se haga de manera correcta. Esto es fácilmente detectable porque se produce un humo oscuro y denso que atestigua este mal funcionamiento.

2018 Civic I Dtec Diesel

Esta acumulación de suciedad puede deberse a varios factores. Entre ellos puede ser que haya una pequeña fuga de aceite en la cámara de combustión a causa de una grieta o un poro en el circuito; la conducción a un régimen muy bajo de forma continuada; a una temperatura de servicio muy baja o a la baja calidad del gasóleo.

Hay que cumplir con el mantenimiento del coche y revisar cuidadosamente los filtros y el nivel de lubricante, para mantener todo el sistema en óptimas condiciones. Si fallan los inyectores, se producirá una falta de rendimiento, un incremento en el consumo y también en las emisiones contaminantes.

El EGR, un elemento fundamental del motor

En el motor diésel encontramos el EGR o el sistema de Regulación de Gases de Escape. Este sistema permite que el motor recupere parte de los gases resultantes de la combustión y se reduzcan las emisiones. Este sistema puede ensuciarse si se utiliza en una conducción limitada, como puede ser en ciudad. En esas condiciones, comienza a funcionar mal y hace que se pierda rendimiento al conducir. Para evitarlo hay que dejar que el coche respire, haciendo trayectos ocasionales por autovía y permitiendo que alcance revoluciones más altas.

La limpieza y puesta a punto del EGR es fundamental para mantenerlo en perfecto estado y hay que estar pendiente de él, realizando una limpieza cada cierto tiempo.

Filtros antipartículas

Los filtros antipartículas son otro de los elementos que se pueden convertir en fuente de problemas para el coche diésel. Se encargan de limitar las emisiones contaminantes y para ello deben incinerar los restos acumulados. Esto se produce cuando el motor funciona a unas revoluciones más elevadas. Al generar unos gases con más temperatura, esa suciedad se quema y permite que se limpie el filtro.

Los problemas llegan cuando esa suciedad no se elimina y la suciedad se acumula e impide que los filtros cumplan con su función. De esta manera, pueden provocar daños más importantes y hay que evitar su uso con los filtros sucios.

El turbo, el elemento más delicado

Y además, es la avería más cara de reparar. Porque el turbo se encarga de ofrecer la potencia adicional que necesita el motor para funcionar correctamente. Si no se respeta la temperatura de funcionamiento adecuada, el turbo puede presentar problemas. Alguno de los problemas que se pueden encontrar en el turbo del motor diésel es el desgaste de las piezas móviles.

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No hay que exigir potencia al motor hasta que se alcance la temperatura idónea de funcionamiento y dejarlo reposar tras pedirla. En cuanto hay problemas en el turbo, el conductor lo nota al perder potencia al conducir. Si es algo leve, puede resolverse en el taller con una revisión sencilla, pero si en esta se detecta un problema serio, puede ser una avería bastante cara, que puede ir desde una reparación seria hasta tener que descartar el turbocompresor y sustituirlo por uno nuevo.

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