Ford Mondeo 2.2 TDCi 175 CV, prueba (parte III)

Hasta ahora hemos hablado del motor y prestaciones del coche y del diseño y espacio interior, toca el turno del equipamiento y que nos mojemos a la hora de valorarlo basándonos en su precio.

En primer lugar la carrocería más adecuada me parece la de 5 puertas, ya que la de 4 puertas es menos estética y menos funcional, en cuanto a la introducción de objetos en el maletero se refiere, pero con hasta 10 litros más de éste último. También es un poco más largo (escasos 6 centímetros), incluso más que el Sportbreak. Creo que son números que no van a decidir la adquisisción de una u otra carrocería.

Precios y equipamiento

El caso de los precios es algo más destacable. Entre las carrocerías de 4 y 5 puertas no hay diferencia alguna, pero el precio base aumenta en poco más de 2.500 euros si elegimos la carrocería Sportbreak del modelo más barato de gama con motor 1.8 TDCi y 140 CV. Por lo que respecta a la motorización, aunque el modelo probado cuenta con el acabado Titanium S, podemos elegir las versiones Titanium o Titanium X con esta misma motorización a partir de 30.910 euros, aunque perderemos en equipamiento como un kit de carrocería deportivo, llantas de aleación de 18″, suspensión deportiva y tapicería de cuero parcial con costuras rojas (ver imagen).

El Titanium S cuesta de base 32.635 euros, mientras que la carrocería Sportbreak aumenta tan sólo 1.000 euros (33.635 euros) el precio base. La elección es de cada uno, ya que únicamente son elementos decorativos y no afecta a las prestaciones del coche, excepto las llantas que en vez de 17 son de 18 pulgadas.

De equipamiento vamos realmente sobrados pero iremos por parte y lo primero la seguridad. En este aspecto decir que es un coche 5 estrellas Euro NCAP en protección de adultos y 4 estrellas en protección infantil. Cuenta con airbags de conductor y pasajero, airbags laterales, de cortinilla y de rodilla del conductor. También cuenta con habitáculo de seguridad de acero rígido, barras de refuerzo contra impactos laterales, columna de dirección reformable y pedales retráctiles además de la seguridad electrónica como ABS, reparto electrónico de la frenada (EBD), ESP, asistencia en frenadas de emergencia (EBA) de serie y opcional el control de velocidad adaptativo (ACC) y alerta de alcance (FA), muy recomendable en situaciones de poca visibilidad, así como sistema de iluminación en curva (AFS) hasta 15º.

El equipamiento base es muy muy completo y se ve traducido en el precio. La diferencia entre todo o nada en cuanto a extras no llega a los 6.000 euros, siendo el navegador de 7 pulgadas y Bluetooth con control de voz la opción más cara elevando 1.510 euros y el sistema DVD multimedia 2.250 euros. El resto es más o menos prescindible, aunque recomendaría el control de velocidad por radar que supone 1.200 euros, más el incremento del seguro, que todo hay que contarlo. El resto de opciones disponibles no llegan a 600 euros cada una, así que el equipamiento base es realmente completo.

Los mandos en el volante, denominado por Ford como HMI o interfaz hombre-máquina que no es otra cosa que permitir casi todas las funciones del coche manejarlas con los pulgares. A esto se le añade la opción Ford Convers+ (de serie para la versión probada) que le da mucha más manejabilidad y funcionalidad. Aunque en un primer momento puede parecer algo complejo su entendimiento, la verdad es que enseguida se hace uno a ello y es muy intuitivo. Manejar casi todo (agenda de teléfonos, rutas, destinos, radio, CD, MP3…) desde el volante y sin desviar la mirada del cuadro de mandos es una auténtica gozada. Lástima que no se pueda utilizar el sistema de bluetooth o navegación sin necesidad de encender todo el sistema, debiendo llevar en ocasiones la radio silenciada pero encendida (ver imagen).

El ordenador de a bordo (ver imagen) que mide consumos es excesivamente básico. Hemos echado en falta alguna opción adicional como muestra del tiempo de conducción, dos memorias de datos de viaje (parcial y total) pero sin embargo sí es más que agradecido la muestra de mensajes de estado en la pantalla y un indicador de la presión de los neumáticos.

El botón Ford Power (ver imagen) para su arranque permite a los más despistados no dejarse la llave puesta. Hemos detectado que el arranque en frio de este modelo es algo costosa, pues es necesario apretar 2-3 veces antes de conseguir arrancarlo. El mando sirve únicamente para abrir las puertas y evitar su encendido en caso de que el sistema no lo detecte dentro del habitáculo. Por el contrario, cuando otro conductor toma el relevo a los mandos con el coche ya encendido, puede llevarse el coche sin ningún aviso de que no se detecta el mando. Si se aleja una distancia prudencial, no podrá ni volver a arrancar el coche ni cerrarlo, que es lo peor de todo, hasta que llegue el mando. Es algún inconveniente que veo en su defecto.

En cuanto a valoración general, en una escala de 1 a 10 creo que bien merece un 8,5, ya que su excelente relación calidad/precio y su gran equipamiento de serie es una nota a tener en cuenta. Muy destacable para personas que van a hacer muchos kilómetros a lo largo del año y con familia, por su gran capacidad del maletero. Su motor es excelentemente flexible a bajo régimen y permite una conducción muy dinámica y divertida. Su sensación dentro del habitáculo es nula, por lo que viajar será un auténtico placer a bordo de este vehículo, tanto por comodidad en los asientos de los acompañantes como al frente de los mandos. Ford sigue haciendo muy buenos coches y haciéndose un hueco entre las buenas marcas. Siempre hay que tenerlo como alternativa a la ingeniería alemana.