Las 9 averías más caras que puede tener un coche

Mónica Redondo    @MonicaRedondoD    10 mayo 2019     8 min.

Llevar un correcto mantenimiento y tener las revisiones al día, puede hacer que se eviten las 9 averías más caras que puede tener un coche.

Aprovechando que el calor ha llegado para quedarse, antes de tiempo, hemos elaborado una selección con las 9 averías más caras que puede tener un coche. Antes de salir de fin de semana, puente o incluso esas merecidas vacaciones anticipadas, es importante llevar a cabo una revisión para evitar así un posible disgusto en carretera.

Y es que según un estudio, llevado a cabo por la empresa Endado, los meses de marzo, abril, mayo, junio, julio y agosto son en los que más repuestos se compran y se venden. Son muchas las páginas de recambios que existen actualmente en el mercado pero siempre es recomendable que las revisiones se lleven a cabo en un taller especializado y que estén supervisadas por personal competente. 

Entre las 9 averías más caras que puede tener un coche destaca el turbo, los inyectores, los frenos, los neumáticos o incluso la temida ‘culata’.

Averías más caras que puede tener un coche: el turbo

Una de las averías más caras que puede tener un coche y por consiguiente, una de la que más temen los conductores es que se rompa el turbo. Nueve de cada diez vehículos que se venden en la actualidad llevan turbocompresor. 

Esta pieza, amada por muchos y odiada por otros tiene como objetivo incrementar el rendimiento de los motores. Eso sí, si se llega a romper, la reparación puede llegar a sobrepasar los 1.000 euros.

¿Por qué se puede llegar a romper un turbo? Son muchos los factores que entran en juego en esta pieza mecánica. La falta de lubricación del eje, la carbonización del lubricante por las altas temperaturas, las impurezas, la rotura del filtro o la rotura del mecanismo de la turbina son solo algunos de los motivos por los que el turbo se puede llegar a estropear.

Averías más caras que puede tener un coche: la distribución

Otra de las averías que más quebraderos de cabeza trae a los propietarios es la distribución. Hasta hace unos años, algunos modelos como los BMW Serie 3 equipaban cadena de distribución en vez de correa. Esto quiere decir que salvo que se rompa, cosa no probable, no se tendría que llevar a cabo un mantenimiento.

Los coches más modernos equipan correa de distribución y la rotura de la misma puede ocasionar la despedida de tu vehículo y es que cuando la correa se rompe, los pistones pisan válvula debido a la falta de sincronización. A raíz de ahí, las válvulas se doblan.

Es importante conocer su funcionamiento y es que es la encargada de sincronizar el funcionamiento de los pistones y de las válvulas. También está conectada a la bomba del agua del motor, por lo que su mantenimiento es vital para alargar la vida del motor.

Conducir siempre en poblado, circular a velocidades muy altas o hacerlo por caminos con mucho polvo, son algunos de los motivos por los que esta pieza se puede llegar a romper con el paso del tiempo. Además, se aconseja cambiar la correa de la distribución cada 100.000 kilómetros o pasados cinco años.

Averías más caras que puede tener un coche: los inyectores

Solo con leer la palabra inyectores entra una sensación de malestar a quien lo hace y es que al igual que el turbo es una de las averías más temidas por los conductores. Puede estar ocasionada con el uso, por la suciedad del circuito pero también tiene que ver el tipo de combustible que se haya repostado.

El motor tendrá el mismo número de inyectores que de cilindros, por lo que si el motor es un seis cilindros en línea, tendrá seis inyectores. Tienen como función enviar la cantidad necesaria de combustible en cada situación.

Se suelen estropear de forma individual pero es importante acordarse del refrán «cuando las barbas de tu vecino veas cortar…» Además, es una de las averías que tiene el coste más elevado.

¿Cómo se puede detectar una posible avería en los inyectores? Este fallo puede identificarse cuando el conductor nota un descenso de potencia del motor, un consumo mayor de combustible y una velocidad máxima muy limitada.

Averías más caras que puede tener un coche: la bomba de gasoil

La bomba de gasoil también es una de las averías más caras y que más asustan a los conductores y es que en algunos modelos se convirtió en un fallo endémico. Tiene la función de suministrar la presión correcta a los inyectores, eso sí, de un motor diésel.

Si el coche no arranca o lo hace a veces, si se notan tirones en plena aceleración o si se escuchan ruidos intermitentes, puede significar que la bomba de gasoil empiece a estar algo tocada.

Las bombas de gasoil pueden ser mecánicas o electrónicas y si se rompen, pueden llegar a costar entre 800 y 2.200 euros, solo la pieza. A estas cifras tendrías que sumar la mano de obra del taller especializado que realice la reparación.

Averías más caras que puede tener un coche: la centralita

La centralita es la encargada de gestionar toda la información que generan los sensores, actuadores, etc. Indiferentemente que el coche sea diésel, gasolina, híbrido o eléctrico. Es una pieza electrónica y cuando falla, lo ideal es sustituirla por una nueva o reacondicionada.

Suelen tener un precio bastante alto; entre 700, las más básicas, hasta los 3.000 euros si se trata de un coche muy potente o de gama premium. Es importante conocer que si no se cambia la centralita, el coche puede empezar a dar distintos fallos de carácter grave.

Motorización Alfa Romeo GTV

Averías más caras que puede tener un coche: el cableado del sistema eléctrico

Los coches híbridos o eléctricos tampoco se escapan de tener averías caras y es que una de las más importantes es el fallo del cableado del sistema eléctrico. Es importante vigilarlo a partir de los 60.000 kilómetros y es que puede llegar a quemarse y anticipar así, la vida del motor.

Es importante destacar que si el acumulador no se ha dañado, esta pieza podría costar alrededor de 200 euros.

Averías más caras que puede tener un coche: conector de servicio en los híbridos enchufables

Los conectores de servicio en los vehículos híbridos enchufables están expuestos a calentamientos cada vez que se produce una carga. Esto puede desembocar en que se pueda llegar a quemar. Se recomienda llevar a cabo cambios preventivos para evitar así posibles disgustos más grandes.

Además, es importante conocer que algunas veces se puede desconectar, de forma involuntaria, por un golpe fortuito. Suele pasar en los Toyota Auris y está situado en la banqueta trasera.

Averías que no tienen los coches eléctricos

Averías más caras que puede tener un coche: la junta de la culata

La junta de la culata es una avería que pueden llegar a sufrir los coches de combustión; gasolina o diésel y los híbridos. Suele aparecer cuando el propulsor está cerca de llegar a los 300.000 kilómetros.

Este elemento es fundamental para el funcionamiento del motor y es que tiene como función asegurar la estanqueidad de la compresión. Está fabricado mediante una capa de amianto que está cubierta por dos láminas de cobre.

El deterioro es uno de los motivos por los que se debe cambiar. También hay que tener en cuenta si el motor ha sido sometido a una temperatura exageradamente superior o si se han notado pérdidas de agua.

Si el motor se calienta, se pierde anticongelante, si la tapa del depósito de aceite tiene una mezcla marrón, si se ven gotas de agua en la varilla del aceite o incluso una excesiva presión en los manguitos del sistema de refrigeración, son síntomas claros de que ese motor tiene junta de culata.

Nismo Heritage parts

Averías más caras que puede tener un coche: la caja de cambios

La rotura de esta pieza también causa quebraderos de cabeza a conductores; ya tengan vehículos de combustión o híbridos. Sobre todo en el caso de los coches híbridos, el precio de la reparación aumenta y es que la caja de cambios va asociada a un inversor que tiene tres funciones: la de caja de cambios, la de alternador y la de motor de arranque.

Por este motivo es una de las piezas fundamentales en un coche híbrido. Eso sí, aunque sea una avería muy cara, tiene una muy baja probabilidad de rotura.

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