Opel Meriva 1.4 Turbo 120 CV, prueba (parte II)

Diego G. Moreira     26 octubre 2010     5 min.
Opel Meriva 1.4 Turbo 120 CV, prueba (parte II)

Seguimos con la prueba del Opel Meriva y en esta segunda parte nos toca hablar de su diseño tanto exterior como interior. Nuestra unidad de pruebas no destacaba precisamente por su motor, en este caso el gasolina 1.4 Turbo de 120 CV, pero si por el noble comportamiento de este monovolumen compacto y por su […]

Seguimos con la prueba del Opel Meriva y en esta segunda parte nos toca hablar de su diseño tanto exterior como interior. Nuestra unidad de pruebas no destacaba precisamente por su motor, en este caso el gasolina 1.4 Turbo de 120 CV, pero si por el noble comportamiento de este monovolumen compacto y por su confort de marcha, tal y como vimos en la primera parte de la prueba.

Pero sin duda lo mejor del Meriva está en su interior, porque nos vamos a encontrar con un pequeño urbanita con muchas soluciones interiores que nos permiten modularlo y sacarle el máximo partido al espacio. Y de su exterior llama poderosamente la atención la apertura de sus puertas traseras, en sentido contrario a la marcha, pero ¿de verdad son útiles?…

Diseño exterior

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Cuando se lanzó la nueva generación del Opel Meriva la novedad exterior fue protagonizada por sus puertas que abrían en sentido contrario a la marcha, un sistema muy peculiar al que pocos fabricantes han recurrido y si tenemos en cuenta que son puertas al uso (no como el Mini Clubman) entonces aún se vuelve más singular esta solución para las puertas traseras, sólo usada también por el Rolls Royce Phantom.

La primera duda que nos apareció cuando veíamos las primeras imágenes del Meriva era si de verdad serían útiles estas puertas, y tras haber probado el vehículo tenemos dos apreciaciones claras acerca de las mismas. En primer lugar son más cómodas para acceder al interior porque cuentan con un mayor ángulo de apertura de las puertas normales pero también requieren ese mayor ángulo para poder salir sin problemas.

Me explico, si aparcas en batería entre varios vehículos y cuentas con el hueco justo, situación típica que salimos apretados al no poder abrir más la puerta de nuestro coche, pues en ese caso las puertas del Meriva no son muy prácticas porque dificultan aun más la salida. Mientras que si gozamos de espacio suficiente puede ser un sistema muy práctico para colocar una silla infantil o para que se incorpore una persona mayor al vehículo sin grandes dificultades, y la altura de las puertas y plazas traseras también es un punto positivo que favorece la incorporación al vehículo.

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En cuanto a la seguridad de las puertas hay que tener más cuidado al abrirlas pero cuentan con una seguridad similar a las normales, eso sí, para evitar una apertura accidental en marcha por encima de 4 km/h se cierran automáticamente.

Después de pararnos con las puertas (algo obligado en el Meriva) continuamos con el repaso al exterior, donde destaca su simpático frontal que sigue las líneas de la marca y cuenta con luces de día (eso sí, de bombilla). Los faros siguen el diseño que ya hemos visto en el Insignia o Astra al igual que la parrilla central, mientras que en la zaga nos encontramos con una curiosa terminación del cristal haciendo un efecto bi-tono que le da un toque elegante.

Rematando el conjunto tenemos unas llantas de aleación de 17 pulgadas con unas medidas de 225/45 R17, las cuales quedan bastante bien al tratarse de un vehículo bastante alto. De serie viene con unas ruedas de 15 pulgadas que se antojan pequeñas para el diseño del coche, mientras que en el acabado Cosmo (el de nuestra unidad de pruebas) cuenta de serie con unas llantas de 16 «.

Diseño interior, habitabilidad y maletero

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Al ponernos al volante nos encontramos con la típica postura de conducción de un monovolumen, cómoda y ligeramente elevada con todo a mano, en un salpicadero que nos recuerda mucho al Opel Astra. Muchos de los elementos como el equipo de sonido o los mandos de la climatización son compartidos con el Astra y eso sin duda es una nota de calidad.

Precisamente en cuanto a la calidad de los acabados no tiene ninguna pega y supera con facilidad algunos interiores de otros monovolumenes compactos del mercado, también cuenta con plásticos duros pero agradables al tacto y además es un interior alegre que juega con varias tonalidades.

Los asientos delanteros cuentan con una buena sujección lateral y de un mullido cómodo, y las personas altas no tendrán problemas de espacio para la cabeza ni en la plazas delanteras ni en las traseras. Pero donde más destaca el Meriva es en las diferentes soluciones que tiene en su interior, así como los diversos huecos.

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Los asientos traseros se pueden desplazar para ganar más o menos maletero, y además el asiento central se puede abatir consiguiendo un reposabrazos central. Con lo que podemos jugar con la distribución interior según el espacio que necesitemos, y por otro lado contamos con huecos suficientes para dejar nuestras cosas.

En las puertas contamos con una guantera doble, donde podemos guardar una botella (eso sí, son demasiado pequeñas para que entre una libreta por ejemplo) mientras que también tenemos un cofre que se desplaza por el rail central y que además de reposabrazos, guarda una guantera y una bandeja posavasos.

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Por último nos queda el maletero que es de formas regulares y cuenta con una capacidad de 400 litros, cuando abatimos los asientos traseros nos queda una superficie prácticamente plana, puesto que hay unas planchas en los respaldos de los asientos que nos nivelan la superficie.

En la tercera parte de la prueba del Opel Meriva veremos todo lo relacionado con el equipamiento, sus precios, además de nuestra valoración general.

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Fotos | David Taboada

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