Prueba MINI Cooper 3p Automático: diversión al volante asegurada

Antonio Roncero    @roncero_antonio    2 febrero 2022     8 min.
Prueba MINI Cooper 3p Automático: diversión al volante asegurada

La versión Cooper, con el motor de 3 cilindros y 136 CV, es la mejor opción para disfrutar de todo el encanto de un MINI sin quedarte corto en potencia ni tener que invertir mucho dinero.

Desde principios de 2021 se comercializa la actual gama MINI, un coche con mucho encanto que ha sabido evolucionar y adaptarse manteniendo toda su esencia desde que llegó al mercado en 2014. Entre sus características principales, ni que decir tiene que la primera es el diseño, que no deja de ser la primera motivación de compra para quienes se deciden por este modelo. También es un coche en el que priman las sensaciones y la diversión al volante por encima de otras consideraciones. Y esto conviene tenerlo muy en cuenta.

La gama MINI ofrece actualmente con cinco versiones de carrocería: el MINI 3 puertas, el MINI 5 puertas, el MINI Cabrio, el MINI Clubman y el MINI Countryman. En el primer caso se puede elegir una versión de propulsión cien por cien eléctrica, el MINI Cooper SE. Con la carrocería más “aventurera” está disponible un interesante híbrido enchufable, el MINI Countryman PHEV.

Mini Cooper 14

En esta ocasión nos vamos a centrar en el MINI 3 puertas en versión Cooper equipado con cambio automático, que para nosotros es la mejor opción de su gama. Y lo es principalmente por un motivo: el pequeño tricilíndrico de gasolina de 1,5 litros con 136 CV tiene un rendimiento que supera por mucho al MINI One y hace que no sea necesario dar el salto al motor de 4 cilindros y 178 CV del Cooper S, que cuesta casi 5.000 euros más.

Recordemos que en los últimos cambios de gama, el MINI recibió paragolpes de nuevo diseño con nuevas tomas de aire verticales donde anteriormente se ubicaban los faros antiniebla, que pasa a integrarse en los faros principales. Otros afectaron al diseño de las llantas y a los espejos retrovisores. También se añadieron a la gama nuevos colores de carrocería, mientras que en el interior lo más relevante afectó a la instrumentación, al diseño del volante y al sistema multimedia.

El interior del MINI Cooper 3p

La nueva instrumentación digital con una pantalla de 5 pulgadas fija a la columna de la dirección es una de las principales novedades del interior de un MINI que, en materia de espacio o confort o ergonomía ha cambiado muy poco con el paso de los años, siempre “limitado” por el tamaño exterior y por las concesiones al diseño.

Esta instrumentación tiene más cosas buenas que malas. Aporta al MINI un toque más sofisticado y tecnológico, y la información principal se consulta fácilmente, con dos semicírculos a los lados que, curiosamente, dan el mismo protagonismo al nivel de combustible que al cuentavueltas. La zona central es la única configurable, en la que pouedes elegir qué información mostrar. Lo menos bueno de esta instrumentación es que no se ve muy bien cuando recibe directamente la luz del sol. Por otro lado, al moverse con las regulaciones del volante, según tu posición de conducción puede suceder que la parte central del mismo tape parcialmente la zona inferior de la pantalla.

Por cierto, el volante cuenta con doble regulación, en altura y en profundidad, algo que se agradece. Tiene un aro grueso con muy buen tacto; sin embargo, los nuevos mandos integrados utilizan unas superficies acabadas en negro brillante que no mejoran el tacto y el manejo de los anteriores.

Mini Cooper 22

El nuevo sistema multimedia se basa en una pantalla táctil de 8,8 pulgadas en formato apaisado que deja libres la parte superior y la inferior del gran círculo situado en el centro del salpicadero, rodeado por un anillo decorativo LED. En la superior se sitúa el botón de las luces de emergencia, y en la parte inferior los mandos principales de la radio.

La pantalla es táctil, pero se puede manejar a través de un mando giratorio entre los asientos con botones de acceso directo alrededor… siempre y cuando lleves el reposabrazos subido; si no, es prácticamente imposible. Destaca por la calidad de los gráficos, por un manejo fácil e intuitivo y por la incorporación de los “Live Wigtets”, que se pueden configurar de forma individual para mostrar las opciones de los menús deseados.

Mini Cooper 23

Una aspecto que ha ido cambiando a lo largo de las sucesivas evoluciones del MINI es el acabado y la calidad que transmite. Ahora es difícil encontrar materiales que no sean de notable hacia arriba. Sin embargo, algo que no puede cambiar es lo referido a la habitabilidad y el maletero. Y eso que el espacio en las plazas traseras es mejor de lo esperado para el tamaño del coche; pero el acceso es complicado tanto para entrar como para salir.

En cuanto al espacio para el equipaje, los poco más de 200 litros del maletero no dan para mucho, aunque tampoco es el MINI un coche pensado para viajar. Si tienes que hacerlo y necesitas llevar equipaje con las plazas traseras libres, los respaldos de los asientos traseros se pueden colocar en posición vertical para ganar unos litros de capacidad, o abatirse individualmente.

Lo mejor del MINI Cooper, sin duda, llega a la hora de conducirlo. Sobre todo cuando pones rumbo a tu carretera de curvas favorita. Aunque también hay que decir que, en el día a día, cumple con nota como coche para desplazamientos urbanos o interurbanos, especialmente por su agilidad, su capacidad de maniobra y lo fácil que resulta de aparcar. Al fin y al cabo, son menos de 3,9 metros de longitud. Pero hay otros factores que ayudan.

Al volante del MINI Cooper Automático

La suspensión tiene un tarado decididamente firme, pero no tanto como para resultar un coche de esos que se merecen el calificativo de incómodos. Se notan claramente los resaltes de la carretera y el paso por los reductores de velocidad; pero el confort en carreteras de buen firme permite incluso pensar en afrontar viajes largos sin más problemas que el espacio disponible. Y cuando toca enlazar curvas el MINI saca a relucir su carácter. Sigue siendo un coche tremendamente ágil, pero ahora ya no lo es a costa de una dirección nerviosa, aunque resulte muy directa. Se siente siempre muy ligero y reactivo a las órdenes sobre el volante, y ayuda con la zaga a redondear la curva, sin meter en complicaciones al conductor, con unas ayudas electrónicas que aparecen para intervenir justo cuando deben, no antes.

Mini Cooper 13

El motor de 3 cilindros, que no cuenta con ningún tipo de hibridación –le corresponde la etiqueta C–, acompaña en esta ecuación donde se busca como resultado la diversión y sensaciones al volante. En este sentido, seguro que hay a quien los 136 CV del motor 1.5 turbo le parezcan poco cuando comprueben que el chasis admite mucho más. O quizás a quienes no termine de convencer ese sonido al ralentí que delata su condición de tricilíndrico. Pero una vez metidos en materia el MINI Cooper es un coche rápido (210 km/h de punta y 8,1 segundos de 0 a 100 km/h) y el motor no vibra ni suena más de la cuenta. Muchos ni siquiera sabrían identificar que el motor que hay bajo el capó solo tiene tres cilindros.

Me parece muy recomendable el cambio automático de doble embrague y siete marchas, no dudaría en invertir los 2.000 euros que cuesta. Es más, me quedo antes con el motor “pequeño” y el cambio automático que con el Cooper S con cambio manual, y todavía sobrarían 1.700 euros para algún capricho con la lista de opciones. La única pega que le pongo es que no tenga levas en el volante, pero se maneja muy bien en modo secuencial desde la palanca si no quieres dejar que lo haga todo él solo.

Un motor de 3 cilindros que no lo parece

Se puede elegir entre tres programas en función de si vas a realizar una conducción eficiente, normal o deportiva. Para ello hay que utilizar uno de los interruptores de la hilera situada bajo los mandos de la climatización, el situado más a la derecha, que queda un poco lejos y no es fácil de accionar al molestar la palanca de cambios. Creo que un mando de este tipo debería estar más cerca del volante. Al cambiar entre los modos no sólo notarás que cambia la forma en la que la instrumentación presenta algunas informaciones (como la velocidad máxima) y el aro del círculo en el que se integra la pantalla multimedia. También se percibe una clara diferencia en la respuesta al acelerador y en la gestión del cambio automático, así como en el tarado de la amortiguación adaptativa, si se ha montado esta opción.

Mini Cooper 11

En cualquier caso, el motor empuja siempre con solvencia incluso en el modo “Green”, y hasta saca su carácter si eliges el programa deportivo, permitiendo una conducción muy ágil. En el modo más eficiente no se limitan las prestaciones como para usarlo solo de forma puntual, y puedes conducir sin preocuparte mucho del acelerador con medias de consumo que rondarán los 7 l/100 km. Si te empeñas, y a poco que las condiciones sean favorables, incluso cerrarás recorridos con consumos muy cercanos a los 6 l/100 km. Pero en ciudad con tráfico denso no bajarás de los 8,5 l/100 km, y si tiras de modo Sport te acercas fácil a consumos de dos dígitos.

El precio del MINI Cooper Automático parte desde 25.800 euros. Puestos a buscar alternativas con un precio similar y que, como el MINI, puedan presumir de cierta exclusividad,  encontramos al Audi A1 Sportback, disponible desde poco más de 26.000 euros en versión 30 TFSI S tronic, también con un motor tricilíndrico de gasolina (en este caso con 110 CV) y con cambio automático de doble embrague.

Galería de imágenes MINI Cooper


Deja un comentario