Rolls-Royce Black Badge Ghost Gamer, el mundo de los videojuegos se mezcla con el lujo inglés

El mundo de los videojuegos está a la orden del día, desde hace muchos especialmente con la globalización y especialización de los esports, y eso hace que inunden nuestras vidas hasta en los lugares más insospechados pero lo que no teníamos calculado es que incluso Rolls-Royce sucumbiera a ello. Tranquilos, la marca no ha hecho ninguna locura, pero un cliente si ha recurrido al programa de personalización para crear un Ghost un tanto atípico.

Se trata del Rolls-Royce Black Badge Ghost Gamer, un pedido especial de un cliente nostálgico de los videojuegos clásicos arcade y cuyas ideas para esta creación se basan en el mundo de los 8-Bits, el cual además ha supuesto la primera creación de este tipo para los artesanos de la marca. Como veremos a continuación cuenta con detalles visibles muy curiosos inspirados en estos videojuegos pero también hay otros que la marca ha ocultado para que, haciendo honor a la idea principal, viajar o descubrir su interior se convierta en un juego.

Comencemos por el exterior del Rolls-Royce Black Badge Ghost Gamer, en el que la marca se ha decidido para su carrocería por el bicolor siendo la parte principal pintada en Salamanca Blue mientras que la parte superior es pintada en Crystal sobre Diamond Black, una tonalidad super metálica que hace homenaje a las tonalidades neón de los juegos arcade. Pintado a mano en la carrocería aparece el nickname dado al coche, «Cheeky Alien», representado en un alien y una explosión representadas a través de un diseño de 8-Bits compuesto por 89 píxeles de 3×3 mm. El conjunto exterior queda rematado con la parrilla Pantheon retroiluminada, llantas provenientes del paquete Black Badge forjadas de 22 pulgadas y pinzas de freno en color negro.

El interior del Rolls-Royce Black Badge Ghost Gamer en el que se combinan los colores negro con el Cascade Tan nos sirve para realizar un pequeño viaje sensorial e imaginativo a las salas recreativas de finales de los 70. Los asientos han sido decorados con bordados a medida en diseño de 8-Bits en los que se puede leer «Player 1» y «Player 2» en los asientos delanteros y, en los traseros, «Player 3» y «Player 4», con colores que se inspiran en tonalidades eléctricas y que sirven como contraste al «Cheeky Alien» bordados en los reposacabezas.

La zona que se encuentra entre los asientos traseros y que se denomina como Waterfall, esta terminada en tapicería Black Badge Technical Fibre y realzada con otro homenaje a los videojuegos, apareciendo dos naves en forma de platillo volante en una escena lunar en el espacio pintado a mano. Solamente la recreación de esta escena necesito más de dos semanas de intenso trabajo para lograr que las tonalidades fueran las deseadas y encajaran a la perfección, para luego pintarlas completamente a mano con una combinación de pincelada tradicional, una técnica especializada de esponja para crear textura y profundidad, y un sutil difuminado con aerógrafo. Rolls-Royce también se ha encargado de ocultar motivos «Cheeky Alien» por el interior, como en la mesa trasera o en el lado oculto de la ventilación frontal en negro cromo.

Esta creación queda rematada como no podía ser de otra manera con el techo Starlight, el cual para los que ya empezamos a tener canas, y los que ya las tienen, les recordará irremediablemente a los juegos de naves espaciales. Incluye un bombardero formado por 85 LED individuales mientras que los algunos otros LED se han resituado para que parezca que la nave está surcando el espacio, acompañada de otras 85 naves cuyos LED se han colocado a mano uno a uno, todo ello redondeando con la función Shooting Star que se ha reprogramado para simular fuego láser y rayos de luz de las naves proyectándose por el techo. Por último, utilizando la misma tipografía de 8-Bits, en los umbrales de las puertas se pueden leer mensajes típicos de las máquinas recreativas como «Insert Coin», «Press Start», «Loading…» o «Level Up».