Salón del Automóvil de Vigo: Chevrolet HHR

Cuando hace unos años Daewoo fue bautizada en Europa con el nombre de Chevrolet (ambas pertenecen a General Motors) como parte una estrategia comercial, muchos nos llevamos las manos a la cabeza. Aquello era regalar el nombre de una histórica marca americana a una firma koreana cuya filosofía era la de hacer insustanciales coches de plástico a un módico precio.

Con los años parece que esta tendencia ha ido cambiando. Cadillac, Chrysler, Hummer, Dodge… varias marcas americanas han hecho su aparición con fuerza en España en los últimos años y Chevrolet está ya en posición de empezar a dar un giro de 180º en sus diseños y enfoque.

El HHR puede que sea parte de eso, mejor dicho, puede que sea el principio de eso. Su diseño inspirado en el Chevrolet Suburban del año 1949 es imposible que deje de recordar a un modelo de la competencia: el Chrysler PT Cruiser. Totalmente retro, con garra, tamaño y espacioso; es un monovolumen para gente diferente que busca un diseño diferente.

Pero a diferencia de ese antecesor en el mercado nacional, el HHR entra en el mercado con argumentos de precio. De momento sólo existe una motorización, un motor gasolina ECOTEC de 2,4 litros con válvulas de tiempos variable e inyección secuencial que da 170 caballos gestionados por una caja manual o una automática en opción.

La gama de equipamientos tampoco es mucho más extensa de momento, vamos, que se queda en una sola. Los elementos de seguridad no son una lista extensa, en confort si que gana bastante e incluye bastantes elementos en el interior a tener en cuenta: asientos delanteros calefactados de cuero, reposabrazos, tomas de corriente… lo que le dan -al menos en apariencia- la calificación de ser un monovolumen apto.

Además también incluye elementos como elevalunas eléctricos o radio con MP3, pero pasa lo de siempre; de nada sirve un coche poco apto bien equipado. Su imponente en diseño no tiene por que ser uno efetivo a niveles de seguridad y conducción, y mucho menos de visibilidad interior. La habitabilidad no es tan buena como en otros monovolumenes equivalentes (scénic, zafira…) y los acabados dejan bastante que desear como de costumbre. Los plásticos desprenden un olor bastante desagradable y su aspecto denotan poca calidad, por si no fuera poco, el diseño y colores del interior lo hacen bastante poco atractivo.

Parte de 28.100 euros (para la península suponemos) y mi valoración es al menos la de una buena compra para aquellos incondicionales del diseño yankee, un buen equipamiento a un buen precio también, pero si entramos a valorar el resto de aspectos ya no sale tan rentable como parecía.

Sin ir más lejos, sus consumos no son demasiado buenos y hay elementos de repuesto cotidiano como los neumáticos que aparentan padecer el mismo mal que otros modelos americanados: son dimensiones poco corrientes y por ello caros. Digamos que es de esas compras en las que hay que saber separar muy bien cabeza y corazón.

Fotos | Eduardo Mariz
Agradecimientos al concesionario Motorgal Vigo