Stellantis y CATL comienzan a trabajar juntos para avanzar en la fabricación de coches eléctricos

Mientras hay marcas que ponen límites a la producción de vehículos eléctricos, otras está trabajando para avanzar con más rapidez hacia la total movilidad eléctrica. En el caso de Stellantis, el grupo acaba hacer público que ha firmado un memorando de entendimiento (MoU) no vinculante, que hace referencia al suministro local de células y módulos de baterías LFP en Europa.

De esta manera, se garantiza el aprovisionamiento de este tipo de baterías para los coches eléctricos del grupo Stellantis durante varios años. Pero este no es el único acuerdo al que han llegado las dos compañías. También se está valorando la creación de una joint-venture en la que participarán ambas compañías y que permitirá incrementar la colaboración entre ambas.

Una hoja de ruta clara y ambiciosa

Este memorando garantiza una colaboración duradera mediante una hoja de ruta muy atrevida, que apoyará el desarrollo de vehículos de batería de Stellantis y permitirá identificar oportunidades para reforzar la cadena de valor de las baterías.

Gracias a la incorporación de las baterías con tecnología LFP producidas por CATL, se podrá contar con una tecnología de baterías que necesitan los coches de gama baja y media. Estos son los que se espera que se utilizará para la movilidad eléctrica de la mayoría de los usuarios de coches eléctricos. Una gama en la que se necesita accesibilidad y precios contenidos.

Stellantis quiere utilizar esta tecnología de acumulación de energía para vehículos eléctricos en turismos, SUV y crossovers de los segmentos B y C, que son los que más se utilizan en la actualidad y que se espera que sigan siendo los preferidos por los usuarios durante unos años.

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Este acuerdo se enmarca dentro del plan estratégico Dare Forward 2030 de Stellantis, que quiere conseguir unas ventas de vehículos eléctricos de batería del 100% en Europa y un 50% de turismos y vehículos comerciales ligeros eléctricos en Estados Unidos en esa fecha. Con este acuerdo y otros similares, Stellantis espera convertirse en una empresa con cero emisiones de CO2 en el año 2038. Un camino largo y que, como ya sabemos, está plagado de obstáculos.