Citroën C5 2.0 HDi 136 CV Aut., prueba (Parte I)

Diego G. Moreira     15 noviembre 2009     5 min.
Citroën C5 2.0 HDi 136 CV Aut., prueba (Parte I)

Este era un coche del que andaba detrás, me parecía una berlina interesante y además desde que cambió el modelo en 2008 no había tenido oportunidad de ver como iba. En cuanto a la elección del motor lo único que tenía claro es que lo quería diesel, combustible que ocupa la mayoría de las ventas […]

Este era un coche del que andaba detrás, me parecía una berlina interesante y además desde que cambió el modelo en 2008 no había tenido oportunidad de ver como iba. En cuanto a la elección del motor lo único que tenía claro es que lo quería diesel, combustible que ocupa la mayoría de las ventas del C5 (y de muchas berlinas medias) pero la potencia y el cambio automático fue totalmente casual.

El Citroën C5 de 170 CV estaba a punto de desaparecer en el momento que realicé la prueba, y el nuevo C5 HDi 3.0 V6 de 240 CV estaba demasiado ocupado (posiblemente una de nuestras próximas pruebas), pues acababa de aterrizar, y por tanto nos quedó esta versión de 136 CV y cambio automático. Con los nuevos cambios de la gama del Citroën C5, ahora el cambio automático va asociado al motor HDI de 160 CV.

Motor y prestaciones

Citroën_C5

Como os estaba comentando, nuestro Citroën C5 equipaba el motor de dos litros HDi y 136 CV (también aparece como 138 o 140 CV) y el cambio automático de seis velocidades. El par motor del C5 era de 340 Nm a 2.000 r.p.m. con lo que tenía bastante fuerza pese a su potencia, pero también hay que tener en cuenta que pesaba casi 1.700 kg.

El cambio automático de seis velociadades contaba con varios modos de conducción, y por supuesto accionamiento secuencial, entre esos modos podíamos elegir Sport, Confort o Nieve. El modo Confort se centraba en los consumos y en llevar un ritmo tranquilo, y el modo Sport ganaba algo de rapidez (sin llegar a ser toda la deseada) en el cambio de marchas y alargaba los cambios revolucionando más el motor. Por último nos queda el modo nieve que se utilizaba para aquellas situaciones complicadas donde necesitabamos un arranque más suave, mejorando la motricidad y el arranque.

El cambio automático en esta versión era fácilmente prescindible, aun así nos ha gustado la suavidad de funcionamiento. Posiblemente vaya mejor asociado con el nuevo motor de 160 CV. En cifras de acelación o en el momento de hacer una salida rápida de una rotonda por ejemplo, ahí es donde se notaba que el coche sólo tenía 136 CV y más aún si llevas cuatro adultos en sus interior; eso sí, para realizar viajes a ritmo tranquilo y al mismo tiempo minimizar el consumo este motor será un buen aliado.

Suspension_citroen_c5

En cuanto al comportamiento no hay prácticamente pegas reseñables, es un coche muy aplomado y sus suspensiones hacen muy bien su trabajo. De hecho incluso en curvas algo rápidas el Citroën C5 mantenía bastante bien el tipo. A esto hay que sumarle una buena insonorización interior y un confort de marcha ayudado por la famosa suspensión hidractiva de Citroën que hace que vayas flotando (literalmente) y se come todas las irregularidades del asfalto sin mermar el confort interior.

Pero la suspensión Hidractiva III tiene más detalles que comentar que su comportamiento en carretera. Como buena berlina Citroën, sucesora del Xantia y del BX entre otros, lleva la suspensión regulable el altura. Antaño había una palanquita que se movia y cambiabas la altura de la suspensión, pero los tiempos han cambiado y ahora se hace mediante dos botones situados en el tren central y en la pantalla de la instrumentación ya nos aparece la información referente a la suspensión (posición, si está subiendo, si está bajando…).

suspension_Citroen_C5

Tiene tres posiciones diferentes:

Muy alta: sólo se puede seleccionar a menos de 10 km/h y en este modo el C5 se convierte en un auténtico SUV, aportándole mucha practicidad en pasos por zonas complicadas donde podríamos pegar en los bajos.

Alta: se puede seleccionar hasta los 40 km/h, y eleva algo la suspensión del vehículo para pasar por caminos de forma más holgada que una berlina media más baja.

Normal: destacar que dentro de la posición normal se podía activar el modo Sport que endurecía la suspensión.

Baja: Posición que se selecciona sólo en el taller normalmente o cuando apagamos el coche que se baja automáticamente la suspensión.

Después de hablar de la suspensión y de sus peculiaridades nos ha quedado un detalle que no hemos mencionado y es su dirección. Dejando a un lado la peculiaridad de su volante con centro fijo (que particularmente no me gusta), el Citroën C5 tiene una dirección que es bastante blanda. Por último nos queda hablar de los consumos.

Citroën_C5

En el apartado de consumos el Citroën C5 cumple a la perfección, en general los motores HDI son bastante poco tragones y en este caso así ha sido. Durante toda la prueba recorrimos cerca de 1.600 km, repartidos en 60% autopista, 30% carretera y 10% recorridos urbanos, hasta lo hemos probado en un puerto de montaña. El consumo en autopista rondó los 5,8 litros a los 100 km a velocidad legal y con el maletero con varios bultos. Si nos metíamos en ciudad el consumo se elevaba considerablemente y más con el cambio automático llegando fácilmente a los 11 litros.

Aunque los consumos puedan parecer altos hay que recordar que estamos ante el C5 con cambio automático, el motor de 140 CV con caja de cambios manual rebaja bastante los consumos. En la siguiente parte de la prueba como de costumbre os hablaremos de su interior lleno de formas nuevas y de su espacio.

Prueba Citroën C5 2.0 HDi 136 CV Aut. | Parte II y Parte III

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