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Conducimos la Citroën Ë-Berlingo, más que una furgo eléctrica

Diego G. Moreira 13 diciembre 2021 5 min.

Conducimos la Citroën Ë-Berlingo, más que una furgo eléctrica

Primera prueba y análisis de la Citroën Ë-Berlingo y Ë-Berlingo Van, es decir, la mítica furgoneta de Citroën en versión eléctrica

Hablar de Citroën Berlingo, es hablar de un modelo muy conocido, que sucedió en el tiempo a la indestructible Citroën C-15. Renovar la mítica furgoneta de Citroën fabricada en Vigo no fue fácil, pero tras más de 25 años y tres generaciones, parece que la Berlingo se ha hecho un sólido hueco en el mercado.

Ahora la electrificación es el presente (el futuro no se sabe bien), pero está claro que a corto y medio plazo, tener un vehículo eléctrico va a ser la tendencia natural en el mercado. Y para ello, la renovada Citroën Ë-Berlingo nos ofrece un vehículo muy espacioso, polivalente y con una autonomía eléctrica de 280 km (WLTP).

Aunque se lanzó ya al mercado en julio de 2021, ahora hemos tenido la oportunidad de ponernos al volante de la Ë-Berlingo y Ë-Berlingo Van, además de acercarnos a la fábrica de Vigo (actualmente de Stellantis) y conocer algo más del proceso de fabricación.

Misma habitabilidad que la versión de combustión

La electrificación no le supone renunciar al espacio, y la Ë-Berlingo dispone del mismo espacio que la versión de combustión, incluso en la versión Van, el espacio de carga es el mismo. Las baterías se sitúan bajo el suelo, con lo cual se mantiene la habitabilidad.

Está disponible en dos tamaños de carrocería -M y XL- llegando a ofrecer hasta siete plazas, mientras que la versión Van también dispone de dos longitudes -L1 y L2-.

La amplitud es uno de los puntos fuertes de la Ë-Berlingo, gracias a una distribución interior que busca la practicidad con hasta 167 litros repartidos entre los 26 compartimentos opcionales de los que dispone en el techo. Una solución muy práctica, especialmente para las familias.

La luminosidad en todas las plazas es otro punto fuerte, destacando la doble puerta lateral con un acceso muy cómodo a sus tres asientos independientes o la modulabilidad, permitiendo guardar objetos voluminosos en el maletero.

En el caso de la Citroën Ë-Berlingo Van la capacidad de carga llega hasta los 4,4 metros cúbicos y 800 kg de carga (versión L2). Un detalle práctico, es el asiento central abatible, que se convierte en una mesa para poder situar dispositivos móviles como un portátil o tablet.

Sorprende el completo equipamiento en materia de asistentes a la conducción, así como, el equipamiento disponible en la versión Van: cámara de visión trasera, instrumentación completamente digital, navegación en pantalla táctil o integrada en la instrumentación, heap-up display, asistente de cambio involuntario de carril, entre otros.

Motor de 136 CV y hasta 280 km de autonomía eléctrica (WLTP)

El conjunto eléctrico que mueve la Ë-Berlingo es un motor de 100 kW, así como una batería de ion litio, de 50 kWh que cuenta con una garantía de 8 años (para el 70% de la capacidad de carga).

De serie carga a 7,4 kWh, estando disponible opcionalmente la carga a 11 kWh (trifásica). Los tiempos de carga van desde los 30 minutos de 0 al 80% de batería en carga rápida (100 kWh), pasando por 5 horas de 0 a 100% con carga a 11 kWh, 7 horas y media con carga a 7,4 kwh, hasta las 15 horas en un enchufe de pared convencional.

Las baterías son montadas en la planta de Stellantis de Vigo, concretamente adquieren los módulos de su proveedor de China, y el departamento de baterías de la fábrica, se encarga de ensamblar módulo a módulo, hasta acabar la batería por completo.

Dispone de varios modos de conducción: ECO, Normal y Power, cambiando la potencia que entrega en cada uno de ellos. De echo, en modo ECO sólo aporta 60 kW de potencia y 190 Nm de par motor. Incorpora el modo «Brake» mediante tecla en el selector de cambios para usar una frenada intensiva regenerativa.

Al volante de la Citroën Ë-Berlingo y Ë-Berlingo Van: mucha paz y suavidad

Lo primero que notamos al volante es la suavidad, ausencia total de ruido, insonorización interior correcta y una inusual estabilidad, mejorando las sensaciones de este tipo de vehículos, gracias al peso de las baterías y su acertada colocación bajo el suelo.

Como contrapunto a la notable estabilidad está el tacto de la dirección, que es poco precisa, aunque totalmente normal en este segmento.

En modo ECO ahorramos energía, la conducción es muy tranquila, pero no destaca especialmente por nada, aunque en cuanto seleccionamos el modo «Power» la respuesta inmediata del acelerador y el par instantáneo (muy característico de los eléctricos) hacen que ganemos velocidad rápidamente.

En caso de bajadas prolongadas podemos recurrir al modo «Brake» aunque es una pena que no disponga de un regulador de intensidad en la regeneración, porque podría aumentar la eficiencia.

Los consumos medios durante la prueba, en una conducción poco suave y con tramo de autovía, se situaron en unos 20-22 kWh, algo elevados pero sin duda pasa factura el diseño poco aerodinámico (idéntico al de su versión de combustión), aunque son cifras orientativas hasta que no hagamos una prueba más en profundidad.