He probado el Ebro S700 y te cuento por qué el nuevo SUV chino «Made in Spain» es una buena compra

Con el S700, Ebro pone en el mercado un SUV que cumple a la perfección como coche familiar por confort y espacio interior, y que destaca sobre sus rivales por una magnífica relación entre precio y equipamiento.
Desde su fundación en 1954 y hasta su desaparición en 1987, Ebro fabricó autobuses, furgonetas, vehículos todoterreno, tractores… Casi tres décadas después de pasar a manos de Nissan y desaparecer como marca, Ebro anunció su regreso en 2023 con un vehículo que, en principio, encajaba a la perfección con las raíces de la marca: el Ebro Pick-up, adaptado a los tiempos que corren al contar con propulsión 100% eléctrica.
La cosa prometía, pero no terminó de cuajar… hasta que apenas un año después, EV Motors, la empresa matriz de Ebro, firmó un acuerdo con el gigante chino Chery para retomar la actividad en la factoría de Zona Franca de Barcelona y fabricar vehículos SUV con marca Ebro. Los dos primeros modelos que se ensamblan en la ahora rebautizada Ebro Factory son el S700 y el S800, y ya nos hemos puesto al volante del primero de ellos. Muy pronto conduciremos también el S800, que no será la última novedad de la marca este año: ambos modelos contarán con variantes de propulsión híbrida enchufable, que llegarán al mercado antes del verano. Y a finales de 2025 se añadirá a la gama un tercer modelo más pequeño.
Ahora, tras conducir el S700 en la presentación nacional del modelo en Barcelona, no solo podemos confirmar las buenas impresiones que nos había dejado en cuanto a acabados y espacio interior en una primera toma de contacto estática, sino que podemos asegurar que estamos ante un SUV que va a pegar muy fuerte. Estos son los motivos por los que, como te adelantaba en el titular, creo que el S700, puede ser una muy buena compra.
Un diseño exterior resultón
Con 4,55 metros de longitud, 1,86 de anchura y 1,69 de altura, el S700 tiene un diseño agradable. Es de esos coches que no llaman la atención, pero que no disgustan a nadie. En comparación con el Omoda 5 y el Jaecoo 7, otros dos SUV con los que el Ebro comparte plataforma y mecánica -Omoda y Jaecoo también pertenecen al Grupo Chery-, el Ebro es, por decirlo de alguna manera, el más «convencional», el que tiene un diseño, en mi opinión, que puede gustar a todo el mundo.
Su principal seña de identidad es la gran parrilla octogonal, presidida por el logo de la marca. Otro rasgo distintivo es el pilar C, que está pintado en color negro para dar una sensación de techo flotante. En la parte trasera encontramos los grupos ópticos unidos por una banda luminosa, un alerón de techo que integra la luz de freno, un difusor y dos nervaduras verticales que incluyen los catadriópticos.
Su apariencia cambia mucho en función del color de carrocería elegido: particularmente me gusta mucho más con el acabado bitono que combina la carrocería en blanco Khaki con el techo en negro carbono, aunque es un extra que cuesta 550 euros y que únicamente se puede pedir con el acabado más lujoso. El resto de pinturas opcionales, en colores gris phantom y negro carbono, suponen un sobreprecio sobre los colores estándar de 300 euros.
Un interior amplio y con mucha calidad
El ruido al abrir y cerrar las puertas, el tacto de los distintos controles, el aspecto visual de los materiales y su presencia o los distintos acabados utilizados en las molduras y las tapicerías dejan claro desde el momento en el que accedemos al Ebro 700 que estamos ante un coche con una calidad de acabado muy por encima de lo que podrías esperar teniendo en cuenta su precio. Una sensación que es todavía mayor en el caso del acabado superior Luxury, que hace honor a su denominación.
No es casualidad que el salpicadero del Ebro S700 recuerde al de los mencionados Omoda 5 y Jaecoo 7, con el que comparten muchos mandos y controles y, especialmente, las pantallas de la instrumentación y del sistema multimedia, colocadas una a continuación de otra y en ambos casos de 12,3 pulgadas. Nada nuevo aquí: buena definición (la resolución es de 1.920×720 píxeles en ambas), un manejo fácil y suficientemente fluido a través de los distintos menús y conectividad con Apple Carplay y Android Auto, que puede ser por cable o inalámbrica.
Pero una de las principales bazas del Ebro S700 es su buena relación entre tamaño exterior y habitabilidad interior. Es una pena que no cuente con una banqueta trasera que permita la regulación longitudinal para favorecer el espacio para las piernas o el volumen del maletero según las necesidades, pero tanto las plazas traseras como el maletero están al nivel de lo que se le exige a un coche familiar, en la media de la categoría. Ebro declara una capacidad de maletero de 500 litros, ampliables a 1.305 litros abatiendo los respaldos de los asientos traseros. Las formas del maletero son muy regulares y aprovechables, y en el hueco bajo el piso se puede instalar una rueda de repuesto de emergencia. Por su parte, las plazas traseras destacan por la altura útil disponible.
Un motor de gasolina y un chasis que cumplen para cualquier tipo de utilización
La plataforma del Ebro S700 es la denominada internamente T1X, que utilizan muchos modelos del Grupo Chery. Y esto implica que hereda de ellos sus virtudes… y también alguno de sus defectos. El principal es una dirección que cuenta con una asistencia excesiva incluso eligiendo en la pantalla multimedia la configuración de tacto más deportivo. Esto, que puede ser una ventaja a la hora de aparcar o maniobrar en ciudad, se vuelve en contra cuando se trata de circular en carreteras de curvas. No es algo que afecte en absoluto a la seguridad, y en muchas situaciones en la conducción en el día a día no echarás en falta mayor precisión al volante. Pero el resultado global podría ser mejor si la dirección transmitiera mejor lo que sucede entre las ruedas y el asfalto. Por lo demás, resulta cómodo a la hora de tragarse los baches, y eso que el tarado de la suspensión no es suave, lo que ayuda a controlar bien los movimientos de la carrocería.
En cuanto al motor, más de lo mismo y de lo ya conocido en los Omoda y Jaecoo: el 1.6 TDGi de 4 cilindros con turbocompresor, que rinde 147 CV, cumple con unas prestaciones más que razonables para este tipo de coche, apoyado en un cambio automático de doble embrague que funciona más que correctamente siempre que no le pidas «marcha», a lo cual tampoco se presta al no contar con levas en el volante o con una palanca que pueda manejarse de forma secuencial para un uso manual. El agrado de uso que proporciona es notable porque el motor funciona de forma suave y entrega muy pronto su par máximo, de 275 Nm.
En el lado menos bueno, no cuenta con ningún tipo de hibridación y, por lo tanto, se tiene que conformar con el distintivo C de la DGT, y como en sus «primos hermanos». El consumo tampoco es su principal baza, aunque no es complicado mantenerse en medias en torno a los 8 l/100 km, en una utilización mixta y sin preocuparse mucho del estilo de conducción. Hay tres programas, Eco, Normal y Sport, que modifican ligeramente la respuesta al acelerador y el regimen de giro del motor al que se producen los cambios de marcha.
Un precio muy competitivo que, con oferta, es casi irresistible
Ebro ofrece el S700 en dos versiones de acabado, Comfort y Luxury, con un precio de venta al público de 29.990 euros para el Comfort, y 32.990 euros para el Luxury. Con los descuentos disponibles, la versión de acceso se quedaba en 27.640 euros si la compra es al contado, y en 30.400 euros el más lujoso. Y si se financia la compra, tienes un S700 Comfort desde 24.990 euros, un precio muy competitivo teniendo en cuenta el equipamiento de serie.
Apunta, porque por ese precio te llevas el S700 con llantas de aleación de 18 pulgadas, raíles de techo, faros LED, climatizador bizona, sistema keyless de desbloqueo y arranque sin llave, cámara de vídeo, equipo de sonido con seis altavoces, asientos deportivos, doble pantalla de 12,3 pulgadas para la instrumentación digital y el sistema multimedia, sistema de reconocimiento de voz y un completo paquete de asistentes a la conducción, incluyendo el control de crucero adaptativo.
El Luxury incrementa la factura unos 3.000 euros, pero el equipamiento que añade vale mucho más: entre lo más destacado, las llantas de 19 pulgadas, techo panorámico, portón trasero de accionamiento eléctrico, sistema de iluminación ambiental interior, retrovisores exteriores plegables y calefactables, head-up display, tapicería en piel sintética, asientos delanteros con ajuste eléctrico, memoria y funciones de calefacción y ventilación, cámara panorámica, bandeja de carga inalámbrica para el móvil con 50W y equipo de audio Sony con ocho altavoces.
Entre los SUV de tamaño parecido y planteamiento familiar rivales del S700, sus principales rivales por precio son modelos como el Dacia Bigster o el MG ZS, aunque el Ebro es también una alternativa a los Hyundai Tucson, Kia Sportage, Jaecoo 7 o Nissan Qashqai.
Una red comercial amplia y 7 años de garantía
Las dudas a la hora de comprar un vehículo de una marca nueva, por mucho que sea española y que sus modelos se ensamblen en España, pueden venir a la hora de valorar la fiabilidad, o dónde y cómo recibir asistencia. Para responder a lo primero, en Ebro no se andan con chiquitas y ofrecen de salida siete años de garantía -o 150.000 km- para todos sus modelos.
En cuanto a lo segundo, también puedes estar tranquilo: Ebro cuenta ya con más de 30 concesionarios repartidos por toda España, y los planes de la marca son seguir creciendo para alcanzar los 50 concesionarios a mediados de año, y llegar a 80 concesionarios a finales de 2025. Además, el suministro de piezas de repuesto está garantizado en 24 horas a cualquier punto de la península gracias al almacén que la marca tiene en Guadalajara. Y entre los servicios que ofrece la marca, se incluye el de coche de sustitución durante una semana en caso de que necesite pasar por el taller para realizar alguna reparación.
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