
La última semana hemos tenido la polémica servida en la industria de la automoción gracias al gran escándalo producido por la falsificación de los resultados en las pruebas de emisión de gases contaminantes por parte de Volkswagen. Esto ha provocado una reacción en cadena en la que se han visto otras marcas vinculadas al grupo alemán, como Seat o Audi. Los motores diésel, que parecía que estaban consiguiendo unas reducciones considerables en estas emisiones se han vuelto a cuestionar.
Era algo que nos temíamos. Una vez levantada la liebre, parece que se van conociendo más datos sobre los resultados de las pruebas de emisiones contaminantes en los coches diésel de varias marcas. Nos imaginábamos que un escándalo de estas características no podía estar limitado a una sola marca. Al parecer, son muchos los coches de este tipo que no han logrado pasar los estándares marcados por la normativa y producen más emisiones de las permitidas.
El asunto de la estafa provocada por la marca Volkswagen parece que está haciendo aflorar más irregularidades relacionadas con los motores equipados con el software de medición de emisiones de CO2. Varias marcas subsidarias de Volkswagen han tenido también mucho que ver con el asunto y comienzan a ser investigadas. Entre ellas, ha saltado el escándalo en Seat.