Evolución, trabajo y sacrificio: así ha cambiado la factoría de SEAT después de 25 años

Son muchos los factores que han cambiado en los automóviles actuales, tanto a nivel mecánico como nivel tecnológico, pero esta evolución también se ha visto reflejada en un elemento imprescindible para producir un coche, la fábrica. SEAT ha querido abrirnos los ojos con el objetivo de que seamos participes de todo lo que ha cambiado su planta después de 25 años, un cambio que vivieron Juan Pérez, actual responsable del equipo de Procesos Prensas, y Victor Manuel Díaz, responsable de Trabajo en Equipo, Estandarización y Shopfloor Management, puesto que ellos traspasaron las puertas de la factoría española por aquel entonces.

Ambos trabajadores han hecho una serie de declaraciones con la intención de transmitir con la mayor claridad todos los cambios que se han llevado a cabo en SEAT desde su incorporación en la fábrica. En el año 1993 la industrial del automóvil estaba en pleno auge y la firma española despegaba con gran fuerza junto a una oferta de modelos que fueron acaparando un alto éxito gracias al legado que dejaron sus predecesores.

Para mantener dicho éxito SEAT ha tenido que ir actualizándose con el paso del tiempo y, al mismo tiempo, también a su gama de vehículos. Para llevar a cabo esto la firma fue mejorando poco a poco sus instalaciones con el objetivo de fabricar coches más punteros en todos los aspectos. Tanto Juan como Victor han sido participes de este proceso y hoy nos cuentan con lujo de detalles cómo lo han vivido ellos y que ha supuesto para SEAT esta evolución.

Lo primero que llamó la atención de aquella factoría de 1993 fue la limpieza que presentaba, tanto que para Juan era «como un laboratorio». Otro aspecto de las instalaciones de SEAT que destacaba notablemente en aquella época era su tamaño, puesto que declaraba unas dimensiones totales de 404.000m², mientras que en la actualidad esta cifra ha ascendido hasta los 2.800.000 m², lo que equivale a 400 estadios de fútbol juntos. Sin embargo, Victor y Juan no solo se asombraron por el estado de la fábrica, sino también por lo que pudieron desarrollar allí.

Los coches de ambos trabajadores fueron SEAT y ellos participaron en el proceso de construcción. Fue en aquel momento cuando la segunda generación del Ibiza y del Córdoba dieron el pistoletazo de salida en la planta de Martorell y tanto Juan como Victor no pudieron evitar enamorarse de los modelos españoles. Esta sensación se acentúo gracias a que los dos intervinieron en la fabricación de sus propios coches.

Con el paso del tiempo, las fábrica española se ha robotizado con la incorporación de 2.000 robots, algo que facilita el trabajo para toda la plantilla a la hora de crear un coche. Sin embargo, Juan y Victor han vivido una evolución en lo que respecta al transporte dentro de las instalaciones de la factoría de SEAT. Ambos recuerdan como tenían que recorrer unos 10 kilómetros diarios para ir de su puesto de trabajo hasta el vestuario, algo que ha cambiado considerablemente puesto que en la actualidad los empleados cuentan a su servicio con 125 vehículos automatizados para trasladarse de una punta a otra y transportar piezas.

Pero la nueva tecnología no solo beneficia a los trabajadores, sino también a la producción de vehículos. Esto es algo en lo que SEAT ha trabajado arduamente con el objetivo de conseguir que la tarea de crear un coche sea más sencilla y más eficiente tanto para la marca como para las 12.000 personas que forman parte de la firma española. Esto se ve reflejado en las 16 horas que se requieren para fabricar un SEAT frente a las 60 horas que eran necesarias hace 25 años, algo que se ha conseguido con la incorporación de 84 robots que trabajan codo con codo con la plantilla de la marca. Con esta premisa SEAT consigue elaborar un total de 2.300 vehículos al día.

Juan y Victor admiten que la fábrica de la marca española es para ellos como una segunda casa, donde los dos trabajadores han evolucionado codo con codo. Sin embargo, estos cambios solo son el principio, puesto que SEAT tiene grandes planes para el futuro, los cuales implicarán aún más modificaciones en las instalaciones de Martorell.