El Porsche 911 RSR es la versión más radical de carreras y este es su proceso de construcción

Javier López    @jlopezbryan96    5 junio 2018     3 min.
El Porsche 911 RSR es la versión más radical de carreras y este es su proceso de construcción

Porsche sigue siendo intachable tanto en la calle como en la pista, algo que consiguen gracias al 911 RSR. Hoy os traemos los pasos para construir al deportivo.

El proceso de construcción de un vehículo siempre es cuanto menos curioso, ya que en él podemos observar todos y cada uno de los pasos necesarios para darle forma al coche que vemos por la calle y en otros terrenos. Esta misma serie de pasos también se dan en vehículos enfocados a otros medios, como la competición, donde modelos como el Porsche 911 RSR luchan por alcanzar el primer puesto. Para ello, es necesario un desarrollo previo en la factoría, donde de manera meticulosa se conciben todos y cada uno de los 911 RSR, y hoy os contamos cómo es este proceso.

Porsche sigue a raja tabla una serie de pasos necesarios para convertir a un 911 convencional en todo un RSR de carreras. Para ello, no solo son necesarias las modificaciones estéticas, sino también una serie de cambios a nivel mecánico que harán que el superdeportivo alemán se convierta en toda una proeza sobre el asfalto de los circuitos más duros del mundo.

Las siglas RSR aparecieron por primera vez en el año 1973 cuando Porsche decidió participar de forma oficial en Le Mans. Desde entonces, este apellido ha sido un fiel compañero de fatiga del Porsche 911, el cual trae con él una variante aún más radical que las que ofrece el deportivo de la firma en la línea de producción.

En la actualidad, Porsche ha fabricado cuatro unidades para el equipo oficial y otras siete que han terminado en las manos de equipos privados seleccionados cuidadosamente por la propia firma. Sin embargo, el destinatario no es lo importante, puesto que el proceso al que se somete el 911 RSR es el mismo en todos los casos, y el equipo de ingenieros realiza una ardua tarea para poder completarlo satisfactoriamente.

En primer lugar se parte de la carrocería desnuda de un 911 estándar y, una vez que llega a Porsche Motorsport, recibe las oportunas modificaciones para darle cabida al todopoderoso RSR. Los trabajadores refuerzan con nuevas soldaduras diferentes componentes y se instala la jaula de seguridad homologada por la propia FIA, sin embargo, la tarea más complicada reside en la instalación del motor.

El 911 RSR recurre al mismo propulsor que podemos encontrar en un GT3 de calle, pero la diferencia la encontramos en que en la variante de carreras, el motor se posiciona directamente delante del eje trasero y en posición longitudinal. Al mismo tiempo, la caja de cambios se instala justo por detrás del corazón del RSR en una carcasa de magnesio, haciendo que el eje trasero vaya colocado en una posición 6,6 cm más retrasada que en un Porsche 911 estándar.

La razón de adelantar el motor se debe a que los ingenieros buscaban instalar un difusor más grande y conseguir una mayor carga aerodinámica en el 911 RSR. De esta forma, el deportivo alemán ha ganado en eficacia y facilidad de conducción, y ahora la vida de los neumáticos es más larga. Al mismo tiempo, la refrigeración del 6 cilindros bóxer y de la caja de cambios era fundamental, y es por esto que los ingenieros también centraron gran parte de su trabajo en rediseñar las tomas de aire de las aletas traseras y de detrás de las puertas.

De esta forma, Porsche ha conseguido crear uno de los vehículos de competición más eficaces de todos los tiempos, donde su motor más ligero -40 kilos menos que un propulsor turbo- y sus neumáticos más anchos -310 mm- crean un conjunto intachable. La firma germana lleva 3 victorias y 16 podios con el 911 RSR, algo que demuestra su increíble madera de competidor, pero Porsche no se quedará satisfecha y seguirá luchando en las demás competiciones.


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